domingo, 14 de febrero de 2010

Uruguay descubrió su potencial

La firma arrancó en 2003 con la siembra de 4.000 has. Hoy llega a las 100.000 de trigo, soja y maíz.

Héctor A. Huergo. URUGUAY. ENVIADO ESPECIAL

Conocimos a Marcos Guigou, junto a su padre Liber y a su socio Juan de la Fuente, en la primavera del 2002. En su campo de Dolores, a pocos kilómetros del río Uruguay (y al sur de la ahora célebre Fray Bentos), cuatrocientos productores y técnicos habían acudido a una jornada técnica, donde él y su equipo explicaron cómo era la siembra directa "a la uruguaya".

Los Guigou eran típicos productores mixtos, pero habían advertido que la agricultura en siembra directa, junto con la llegada de la soja RR, abrían una perspectiva fenomenal. Asiduo concurrente a las exposiciones dinámicas en la Argentina y a los congresos de Aapresid, y en contacto con técnicos de las empresas proveedoras de insumos, Marcos asimiló rápidamente los conceptos de la SD.

Paso a paso, en el 2002 había llegado a las 4.000 hectáreas. Al año siguiente vino a la Argentina a tomar contacto con las grandes organizaciones agropecuarias. En pocos meses selló un acuerdo con la familia Grobocopatel. Nació ADP, Agronegocios del Plata. En marzo celebrarán los 7 años de vida y las primeras 100.000 hectáreas de cultivo...

"La agricultura en la zona y en Uruguay en general estaba basada en el girasol -dice-. Yo quería llegar a una masa crítica de soja, para poder cargar un barco. Hoy hacemos fundamentalmente soja, trigo, maíz, y girasol. Nos fuimos expandiendo hacia el norte, la zona de Young. Aquí estamos cerca del puerto y hay buena infraestructura. Pero ahora estamos yendo hacia el noreste, una zona buena que tiene otros beneficios. Por ejemplo, producir trigo para Brasil".

"Nos llevó mucho tiempo el cambio cultural y formar la gente para la siembra directa -continúa Marcos-. En este equipo sentimos pasión por la agricultura, y hemos aprendido a generar competitividad y al mismo tiempo contribuir a la mejora ambiental produciendo con menores emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es por menor uso de combustibles, aplicación eficiente de fertilizantes, y mayores rindes unitarios".

Los productores vecinos rápidamente se convencieron de que era más conveniente alquilar una parte del campo e intensificar en la otra con la ganadería, que seguir con ganadería tradicional. Todo el crecimiento se basa en tomar campos para agricultura, lo que permitió un rápido crecimiento sin mucha dotación de capital. "Arrancamos con 750.000 dólares cada una de las partes, y después el negocio se autofinanció".

Guigou está convencido de que esto explica que los granos son productos de alto valor agregado. Pero también piensa que se le puede agregar más valor en la cascada agroindustrial. "Pero no queremos hacer todo solos. Creo que tenemos que buscar asociaciones con los molinos para, por ejemplo, hacer harina a fazón y exportarla". Reconoce que no es fácil, que hay barreras culturales, pero ahí está el objetivo, aunque el acento seguirá puesto en la producción, así que "lo que nos interesa es que nuestros granos valgan más. Hay gente en Uruguay que vende pan congelado en Miami. No tenemos que meternos en eso, porque ya está. Pero queremos hacer el trigo que ellos necesitan para mejorar su calidad. Esto es esfuerzo compartido y encadenado..."

Por la misma razón les interesa mucho que la producción ganadera se integre con la agricultura. "Nosotros necesitamos que se desarrolle el feedlot, porque es un nuevo mercado para nuestros granos".

El otro objetivo fuerte es el desarrollo de nueva tecnología. Hay quince ingenieros agrónomos en la organización. "Una gran oportunidad es el desarrollo de software, y aquí estamos poniendo el acento, porque lo que estamos creando nos sirve a nosotros, pero también a productores de todo el mundo".

Están entusiasmados con un producto que ya está casi listo. Es un sistema de información georeferenciada, basada en un gps de alta precisión que permite gestionar cada lote con un mapeo por ambiente. Ya tienen varios campos mapeados y cuentan con los dispositivos necesarios para hacer aplicaciones diferenciales de fertilizantes, o cambios en la dosificación de semilla. "En nuestra escala los ahorros pueden ser enormes", sostiene. Tienen también en desarrollo un sistema de teledetección de temperatura, que permitirá anticiparse a problemas como ataques de plagas o enfermedades que difícilmente se pueden descubrir con el monitoreo tradicional.

"Queremos hacer lo que hacen los neocelandeses, que se hicieron líderes en producción lechera y ahora venden sus desarrollos (sistemas de alambrado eléctrico, equipos de ordeñe, etc.) a todo el mundo. Nosotros queremos hacer software aplicado para la agricultura, y vamos bien... Buscamos valorizar cada punto del campo, para aprovechar a fondo la genética. Sentimos que estamos trabajando en la frontera. Un agrónomo puede salir a hacer una recorrida con la última información de foto satelital. Ya lo vamos a tener para el trigo. La flecha está en el aire..."

¿Problemas? También los hay, en Uruguay nada es fácil. Pero en ADP se respira aire de futuro.
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El megatambo de Punta Ballena


Uruguay exhibe una fenomenal expansión de su sector agrícola. Se da en todos los rubros, como la ganadería de carne, la lechería y las producciones intensivas. Aparecen viñedos y olivares por todos lados, desafiando a la naturaleza con el convencimiento de que la tecnología ofrece respuestas para todo.

Si hay algo que simboliza este proceso, es el proyecto lechero de Juan Carlos López Mena, propietario de la empresa Buquebus. El emprendimiento está en Punta Ballena, un ícono de la glamorosa Punta del Este. Suma un megatambo para 1.500 vacas en ordeñe, en confinamiento total, una planta de elaboración de quesos finos, e incluye una planta de biodiésel. El tambo de Lopez Mena es una verdadera ruptura tecnológica. Mientras un fondo de inversión neocelandés intenta introducir el clásico sistema pastoril de la isla oceánica, este proyecto sigue una línea "primermundista", mezcla de California y Alemania. Las vacas viven sobre camas de goma, en galpones con control de temperatura y humedad apuntando a máximo confort y alta producción individual. En su mayor parte, armado por la sueca Delaval, bajo la batuta del argentino Marcelo Catalá. Incluye una guachera automática, con el emblemático "calf feeder" alimentando grupos de 30 terneros a la vez en cada corral, también bajo techo y con piso. La mayor parte del forraje viene de afuera. La soja tiene dos destinos: el aceite para biodiésel (para su flota de ómnibus) y la torta para el tambo.

7 años de vida

Son los que celebrará Agronegocios del Plata (ADP), en marzo. La firma ya llegó a las primeras 100.000 has de cultivo.

La palabra de Mujica

El miércoles pasado, empresarios uruguayos y argentinos asistieron a un almuerzo convocado por el presidente de la Cámara de Comercio Argentino Uruguaya, Juan Carlos López Mena (dueño de Buquebus y ahora también industrial lechero, Ver El megatambo...), para escuchar al presidente electo, José Mujica.

Si bien Mujica había dado ya señales tranquilizadoras, acerca de la continuidad del modelo económico vigente, caracterizado por la estabilidad jurídica, la apertura comercial y el respeto a los inversores, ahora despejó todas las dudas. Su discurso, con párrafos altamente emotivos, remarcó su visión sobre el futuro. "Uruguay no es solo un país para venir a invertir, es, sobre todo, un lugar para venir a vivir", dijo. Reivindicó el desarrollo del interior agropecuario. Habló de crear empleos de calidad.

"No los vamos a expropiar. No les vamos a subir las tasas de los impuestos. Lo que queremos es que crezca la inversión y así habrá más trabajo y más producción. Entonces sí vamos a recaudar más. No vamos a matar a la gallina de los huevos de oro", afirmó.


Fuente: http://www.clarin.com/suplementos/rural/2010/02/13/r-02139010.htm