FEBRUARY 3, 2010 El conocido cantautor español dijo que extrañaba a su amigo, el poeta ausente Mario Benedetti.
El artista español Joaquín Sabina dijo en Montevideo que “el lado campechano y bonachón” de José Mujica “le viene bien a un país tan sensato como el Uruguay”.
En su opinión, es importante conocer a Mujica, quien asumirá el gobierno uruguayo el 1 de marzo, más allá “de su pasado tupamaro”. Dijo que definitivamente está más interesado en la realidad de América Latina que en la de Europa porque el continente americano está “muy agitado” y se caracteriza por tener una historia contemporánea “muy tremenda”.
Sabina hizo estas declaraciones a última hora del lunes pasado, como antesala del concierto que tenía previsto ofrecer ayer en Montevideo. Este show es parte de la gira internacional que realiza para presentar su más reciente producción discográfica, titulada ‘Vinagre y rosas’.
“Es un disco de desamor” porque “las canciones tristes, las de desamor son más fáciles de escribir”, explicó. El cantante español lamentó la muerte, el año pasado, de su amigo, el escritor Mario Benedetti; dijo que extraña ir a visitarlo y tomar un café y expresó su cariño por la ciudad de Montevideo.
Para él, “es una ciudad que tiene canciones escondidas para mí” y añadió que su público tiene “una cuestión de suavidad” que lo hace distinto a otros.
Uruguay “es un país muy pequeñito en el que das una patada y salen 15 poetas. Eso deberían cuidarlo y guardarlo”, aconsejó.
El tour Vinagre y rosas arranca así su fase latinoamericana y también llegará a Ecuador, el 29 de mayo próximo.
En conferencia de prensa, Sabina confesó que para escribir 'Vinagre y rosas' se fue a Praga en busca de anonimato y que debió "sobornar a la novia de un amigo para que lo dejara (...) para poder escribir canciones de desamor", pues estaba en "una tranquilidad doméstica" que le impedía inspirarse.
"No escribo canciones como quien va a la oficina", aseguró en la capital uruguaya.
"Nunca estuve sujeto a costumbres (...) Me gustaba vivir muy intensamente, un poquito al límite", confesó el creador de '19 días y 500 noches', en alusión a los excesos que desde hace algunos años están fuera de su vida tras graves problemas de salud.
Entonces, "salían canciones (...) más emocionantes", agregó.
"La tranquilidad doméstica da otras cosas, como una cuenta bancaria y un matrimonio desapasionado, pero no da buenas canciones", aseveró el cantautor de 61 años, a quien "inspira más el desamor", porque "el amor es una cosa de maricones".
Su último trabajo "es más literario y menos de luto", estimó Sabina en referencia a su disco anterior, 'Alivio de luto' (2005).
"Tiene vinagre pero también rosas", enfatizó.
Sabina, que se describe como "un pesimista que se engaña a sí mismo", consideró que "hay un rigor que no debe notarse en lo que uno escribe".
"Uno espera que lo que hace sea diferente a lo anterior (...) pero al cabo las canciones acaban pareciéndose", dijo.
En ese sentido, "uno no tiene derecho a tomarse a la ligera un oficio tan sagrado como escribir canciones (...) Hay demasiada basura, demasiada banalidad", aseveró.
Si las canciones "son malas" es porque "uno ya no da para más".
Asimismo, dijo que extraña a su "amigo", el escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti, fallecido en mayo de 2009.
"A Montevideo la llevo en el corazón", aseguró el popular cantautor andaluz. "Hice muchos amigos y algunos han muerto, como Benedetti", quien siempre "me esperaba con un café y un libro firmado".
Pero "gente que ha escrito tanto y tan bien nunca muere del todo", agregó el músico, quien reveló su admiración por distintos autores uruguayos, entre ellos Juan Carlos Onetti: "Me ha acompañado toda la vida".
También "me gusta el milonguero (Alfredo) Zitarrosa", dijo en referencia al cantante, compositor y poeta (1936-1989), considerado una de las figuras más destacadas de la música popular de Uruguay.
Asimismo, valoró a los cantautores uruguayos Jorge Drexler, radicado en España, y Jaime Roos.
Sabina dijo no saber si cumplirá con su plan de abandonar los grandes escenarios al término de la gira 'Vinagre y rosas', que ya lo llevó por España, Argentina, Chile y Uruguay.
"Ese era el plan. Volver a sitios más razonables, más pequeños, más humanos, como el Teatro Solís (de Montevideo) pero no sé si será así", señaló.