jueves, 22 de julio de 2010

LA POESÍA URUGUAYA PERDIÓ A UNA DE SUS REFERENTES MÁS IMPORTANTES: AMANDA BERENGUER (1921-2010)

Falleció Amanda Berenguer quien ha sido una de las poetas con mayor prestigio que supo surgir en nuestro país. El Director de Cultura (MEC) recordó su amplia carrera: abanico de registros amplios y lenguajes diversos. “Sumado a las pérdidas de otros poetas como Idea Vilariño, Mario Benedetti, Salvador Puig, nos deja más pobres, pero con un legado poético y artístico de particular excelencia y calidad”, sostuvo Hugo Achugar.

La Biblioteca Nacional fue el ámbito de reunión para familiares y amigos que despidieron a Amanda Berenguer, una de las artistas más importantes de nuestro país, fallecida en la madrugada del 13 de julio. El Director de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, Hugo Achugar, compartió sus apreciaciones sobre la obra de esta poetisa singular.

Para Achugar, la extinta escritora es una de las poetisas más grandes del siglo XX. Es dueña de una carrera rica, que manejó de registros y lenguajes diferentes, con una vitalidad que no perdió en ningún momento, a lo largo de su carrera amplia y que mereció, por estos motivos, el reconocimiento nacional e internacional.

Berenguer siempre tuvo un diálogo particular con los jóvenes poetas que iban surgiendo, a lo largo de su carrera, una conversación que destacó Achugar. Indicó que su partida se suma a la pérdida de otros poetas, como Idea Vilariño, Mario Benedetti, Salvador Puig. Dijo que nos deja más pobres, pero con un legado poético y artístico de particular excelencia y calidad.

Amanda Berenguer nació en Montevideo, en 1921. La Academia Nacional de Letras la nombró como Académica de Honor, en el 2006. Además, la Intendencia Municipal de Montevideo le otorgó el título de Ciudadana Ilustre, el pasado 13 de abril. Entre su dilatada obra, se destacan “Quehaceres e invenciones”, de 1963 y “La Dama del Elche”, galardonado con el primer premio del certamen organizado por el Ministerio de Cultura, en el año 1986, además del premio Bartolomé Hidalgo, en 1990.