Roberto Bianco (*)
Gracias mi Montevideo,
por el sol de la ciudad,
y tu doble identidad,
de archiduque y archirreo;
gracias por el Ateneo,
gracias por Rodo y Ariel;
por el Pereyra Rosell,
por el flaco Zitarrosa,
el canario Julio Sosa,
y al mago, Carlos Gardel.
Gracias por China Zorrilla,
y por Alberto Candó,
por Carlos Paez-Vilaró,
y Julio Sanchez Padilla;
por el grito del canilla,
y por la marcha camión,
por el Cerro y por la Unión,
por Maroñas y sus pingos,
los ravioles del domingo,
y la grapa con limón.
Gracias por las matinés,
y por la sesión vermouth,
por Juana de Ibarbourou,
Sorocabana Café,
por el himno a Don José,
gracias por Marcha y Quijano,
los gallegos y los tanos,
! por el termo bajo el brazo,
Fosforito, Chicotazo,
Mastra y el Tito Cabano.
Gracias por Decalegrón,
por el Chicho y Pinchinati,
por Gavioli y por Raciatti,
por Durazno y Convención,
por Oscar Moglia, campeón;
por la yapa y el vintén,
el sucedido almacén,
los ñoquis del veintinueve,
un real al sesentainueve,
y el primus a kerosén.
Gracias por Wimpi y Juceca,
y por el León de Carmelo,
por los Club de los Abuelos,
el Mediomundo y Torraca,
por Catusa, por Araca;
Pintín y La Puñalada,
Juan Angel y Morenada;
gracias por el carnaval,
las criollas de la Rural,
y el desfile de llamadas.
Gracias por el clarinete,
del negro Santiago Luz,
por el Eduardo Da Luz,
por el Gato y el Cachete,
el Ruben Barco, Piquete;
por Cuareim y por Ansina,
las Caderas de la Tina,
la escultural Rosa Luna,
la voz del Canario Luna,
y por el Pepe Corvina.
Gracias por el viejo Artigas,
de la Plaza Independencia,
el Señor de la Paciencia,
los muchachos de la estiba,
por el Rampla y por Cajiga,
por la milonga orillera,
las zapatillas rancheras,
por las crónicas del Laco,
por la media-suela y taco,
y el sol de Jacinto Vera.
Gracias por Carlos Solé,
por el galgo de la ONDA,
gracias por las buenas ondas,
de Rada y Pancho Nolé.
Por la "cortita y al pie",
por mi trompo y mi cometa,
la tiendita La Coqueta,
la diosa Marta Gularte,
por la UTU, Bellas Artes,
por Belloni y La Carreta.
Gracias por los guitarreros,
de la alta nochería,
por Joaquin Torres García,
y las glozas del Boyero,
gracias por el 6 de enero,
y el judas de navidad,
por el carro del Chaná,
la feria Tristán Narvaja,
y por el "Fenix no baja",
y el cafe Tupí Namba
Y gracias Montevideo,
por el Dalton y Pendota,
por la Guambia y su patota,
por Jaime Roos y Mateo,
por los ranchos del buceo,
las excursiones al Chuy;
la peatonal Sarandí,
el mate con tortas fritas,
el tango La Cumparsita,
y el Bardo del Tacuarí
Gracias por mi credencial,
de ciudadano uruguayo,
por el primero de mayo,
Peñarol y Nacional,
por el canto popular,
gracias por los frenteamplistas,
por los blancos, los batllistas,
por AGADU y por su ley,
y porque salga la ley,
de protección al artista.
Y Gracias Montevideo,
te lo chamuyo en lunfardo,
porque me siento más bardo,
en mi lírico floreo,
porque sos como te veo,
raso, blue jean y percal,
barro, centro y arrabal,
creyente, neutro o ateo,
y gracias Montevideo,
capital del Uruguay.
(*)Roberto Bianco nació en Montevideo en 1930.
Es poeta, letrista, charlista e intérprete.
De la misma forma que los tangos
"rabiosamente uruguayos" de Manuel Picón, hay
que ser uruguayo o haber vivido en Uruguay,
(y tener unos años encima), para comprender
este poema (con fondo de tango) en su totalidad..
De todas maneras, la gran mayoría de los
dichos y nombres son conocidos por todos...