By HERNAN VERA ALVAREZ
Especial/El Nuevo Herald
Cierto día en París, Gabriel García Márquez se encuentra con un Severo Sarduy triste por un amor no correspondido. El futuro premio Nobel trata de consolar al amigo y le dice: ``Tú eres el mejor escritor del boom y el menos leído''. No sabemos si las palabras ayudaron a levantarle el ánimo a la ``Juana de Arco electrónica'' --tal como gustaba a sí mismo llamarse el artista cubano--, pero sirven para graficar el curioso caso de Mario Benedetti (Paso de los Toros, 1920-Montevideo, 2009) en la literatura latinoamericana. El autor uruguayo fue de los más leídos y comentados de su tiempo, aunque su nombre muy pocas veces se incluye en el boom. El título de la primera biografía dedicada a su figura, Un mito discretísimo, intenta dilucidar el problema.
El trabajo de Hortensia Campanella, quien es escritora, periodista cultural y editora de la obra de Juan Carlos Onetti, traza a lo largo de 320 páginas la silueta de una vida literaria e intelectual asediada por los vaivenes políticos de la historia. Este compromiso, aún cuando abrace el de la izquierda más recalcitrante, es de una dedicación exclusiva y excluyente. Benedetti trata de no ocupar el escenario de la figuración, figuración que tantas becas y premios han generado en tantos escritores, ni lo hace aun en la sombra de los que temen de represalias, en tal caso, hace más difusa la línea entre el lector y lo que señala.
Testigos de esa consecuencia son los diversos documentos y fotografías del archivo familiar del escritor, que vivió exiliado en Argentina, Perú, Cuba y Madrid durante la dictadura militar uruguaya (1973-1985), con los que Campanella se valió para la investigación, así como los cientos de entrevistados, entre los que se incluyen Sergio Ramírez, Joan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Ernesto Cardenal, Roberto Fernández Retamar, Manuel Vázquez Montalbán, Eduardo Galeano.
En ese riguroso espejismo que debería ser toda biografía aparece la temprana y exigente educación que tuvo el niño en El Colegio Alemán (de su paso se llevaría la voluntad de hierro con la que encararía cada uno de los proyectos ulteriores en la vida), sus empleos juveniles en grises oficinas, el amor incondicional a Luz López Alegre, su compañera durante los 60 años de matrimonio, hasta el fallecimiento de ella en el 2006. Y también, claro, las disímiles influencias en su narrativa: Hemingway, Thomas Wolfe, Maupassant, Horacio Quiroga, Chejov, Joyce, Faulkner o Scott Fitzgerald. En su libro Despistes y franquezas dice de alguno de ellos: ``De Maupassant aprendí el rigor de los finales; de Chejov, la creación de una atmósfera; de Hemingway, la maestría en el diálogo''.
Aspectos menos conocidos del que fue sin duda uno de los poetas más leídos en el siglo XX, a la vez, son el agudo crítico literario que trabajó en la revista ``Marcha'' (llegaría a ser director de las páginas literarias en tres períodos desde 1955 hasta 1960), el traductor de Kafka, el conocimiento de varios idiomas, la correspondencia con Onetti, el mal humor que le produjo la adaptación de su novela más conocida, La tregua, por parte del cineasta argentino Sergio Renán, aun cuando el filme fuera candidato al Oscar como Mejor Película Extranjera.
Otro de los aciertos en la concepción del libro es intercalar cada capítulo con un fragmento de algún trabajo de Benedetti. Sin embargo por debajo de todas las declaraciones de personajes destacados y los datos curiosos, es difícil no sentir que se está ante una obra que debió llevar como subtítulo Biografía oficial. El propio Benedetti trabajó junto a Campanella en el proyecto y la autora no oculta su afecto hacia él, pero ésto produce muchas veces en el lector cierta desconfianza en cuanto el rigor de la óptica del biógrafo, en su inquisición y hasta en los elogios. Campanella no puede distanciarse por completo de la figura de su deseo: es un libro no tan meditado en su profundidad. Las contradicciones que todo hombre arrastra están más sugeridas que mostradas. Los detalles se pasan por alto. Parafraseando el trabajo de la autora, son un dilema
discretísimo.
La primera biografía de Mario Benedetti ha sido escrita desde el cariño. Para los fanáticos de la obra del escritor uruguayo será una grata lectura; para el lector voraz, el cálido comienzo de una serie de biografías que revelarán el hombre, precisamente, detrás de cualquier mito. •
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