Sr. Director del "La República",
Dr. Federico Fasano Mertens
Estimado Sr. Director:
En la edición de "LA REPÚBLICA" del día miércoles 9 de Diciembre, me encuentro con una nota cuyo título "Cámara de Comercio se pronuncia contra la Universidad gratuita - Informe propone mayor autonomía para los colegios privados" me sorprendió.
Al indagar en el contenido de la nota me encuentro con frases como "hay que terminar con la inequidad a que da lugar la gratuidad de la Universidad de la República". También allí textualmente se "reclama más autonomía para los colegios" y se propone una "mayor diversidad de formas institucionales que son financiadas a través del presupuesto público, como por ejemplo colegios privados sin fines de lucro, manejados por fundaciones educacionales".
Inmediatamente vinieron a mi mente dos ideas: la primera, "Chile" y la segunda "modelo económico liberal de la Escuela de Chicago".
Al reflexionar sobre el punto, y después de leer nuevamente la frase, creo entender que se propone que el Estado con su presupuesto financie instituciones educativas privadas. Es un contrasentido: se le pide al Estado que no financie totalmente a sus instituciones educativas pero sí que ayude a otras de carácter privado. ¿Es que acaso las universidades privadas no logran, por sí solas, ofrecer la excelencia académica que en sus publicidades prometen? Curiosa paradoja de la libre empresa.
Una cosa así podría además, echar por tierra algo que durante más de un siglo fue orgullo de nuestro país: la laicidad. Laicidad que por otro lado asegura lo que para muchos ciudadanos es valioso también: la libertad de culto.
Sigo leyendo el artículo para encontrar que fue elaborado por un economista (no un educador), el Dr. Claudio Sapelli, "un docente de vasta trayectoria, particularmente en Chile". Una rápida búsqueda del currículum del Dr. Sapelli confirmó mi segunda sospecha: el autor es un economista de la Universidad de Chicago.
Ese modelo, que en Chile fue impuesto durante la dictadura de Pinochet, convirtió a la educación chilena en un gran negocio, donde las instituciones privadas reciben jugosos subsidios del Estado a costa de haber abandonado a su suerte al sistema público, que a nivel terciario dejó de ser gratuito.
En muchas áreas, seguramente la actividad empresarial es una de ellas, Chile es un claro modelo a seguir, pero como usted comprobará leyendo cualquier periódico chileno, incluso los afines al modelo, la educación chilena no es ejemplo para nadie. Las desigualdades son enormes. Hay más de 80 instituciones terciarias (para una población apenas 5 veces mayor en número que la uruguaya), con un dudoso sistema de acreditaciones. Hay muchos titulados pero el número de verdaderos profesionales es bajo. El modelo que defiende el Dr. Sapelli ha sumido a la educación chilena en una crisis grandiosa de la cual no parece que se vaya a poder salir rápidamente.
Más adelante se afirma que "el informe fue presentado ayer en la Cámara de Comercio. Tiene el auspicio de esa entidad, así como del Banco Mundial (BM) y el apoyo de la Bolsa Electrónica de Valores."
Me sorprende además que esa propuesta se haga frente a la "Cámara de Comercio". ¿Es ésta la institución idónea para hacer propuestas de política educativa?
Ya hace tiempo que veo con preocupación el hecho de que las evaluaciones PISA de la educación mundial (donde se rankea la educación de varios países), en lugar de la Unesco las haga la OCDE, una organización de carácter económico, cuyo origen debe buscarse en el Plan Marshall, misma corporación que hace los informes sobre transparencia y secreto bancario por los cuales Uruguay hace unos meses quedó en la famosa "lista gris".
En un país con la trayectoria educativa del nuestro, propuestas así implicarían un claro retroceso. Justamente, van por el camino contrario a la democratización de la educación que se persigue a través de planes como el "Plan Ceibal", proyecto que cuando alcanzó cobertura nacional nos puso en portada de los diarios de todo el mundo, (una simple búsqueda en la página de la BBC lo confirmará), hecho que su colega Jorge Lanata calificó como "la noticia política más importante de América Latina de los últimos diez años".
Un cordial saludo
Mario Marotti (uruguayo, residente en Viña del Mar)