lunes, 17 de mayo de 2010

RECORDANDO A MARIO BENEDETTI A UN AÑO DE SU AUSENCIA







MARIO BENEDETTI


Nombre Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia
Nacimiento 14 de septiembre de 1920
Paso de los Toros, Tacuarembó, Uruguay


Ocupación
Escritor, poeta y ensayista.

Nacionalidad Uruguayo

Período 1945 − 2009

Género
Cuentos, novelas, ensayos y poesía

Movimientos
Generación del 45



Obra

Su extensa obra abarcó los géneros narrativos, dramáticos y poéticos. Asimismo fue autor de ensayos y su voz recitando sus poemas fue grabada en varios casetes y cds en compañía de Daniel Viglietti o en solitario. Joan Manuel Serrat musicalizó varios de sus poemas en el disco El sur también existe

Cuentos

Esta mañana y otros cuentos (1949)
• Montevideanos (Booket, 1959)
• Datos para el viudo (1967)
• La muerte y otras sorpresas (1968)
• Con y sin nostalgia (1977)
• La casa y el ladrillo (compilación de versos y cuentos, 1977)
• Geografías (compilación de cuentos y poemas, 1984)
• Recuerdos olvidados (1988)
• La vecina orilla
• Despistes y franquezas (compilación de cuentos y poemas, 1989)
• Buzón de tiempo (1999)
• El porvenir de mi pasado (2003)
• El otro yo
• Los pocillos
• Almuerzo y dudas
• Esa boca
• El parque esta desierto
• Historias de París (2007)
• Triángulo isósceles
• Tan Amigos
Drama
• El reportaje (1958)
• Ida y vuelta (1963)
• Pedro y el Capitán (1979)
• El viaje de salida (2008)
• En Pere i el llop (2010)
Novela
• Quién de nosotros (1953)
• La tregua (1960)
• Gracias por el fuego (Seix Barral, 1965)
• El cumpleaños de Juan Ángel (Novela escrita en verso, 1971)
• Primavera con una esquina rota (1982)
• Geografías (1984)
• La borra del café (1992)
• Andamios (1999)
Poesía

La víspera indeleble (1945)
• Sólo mientras tanto (1950)
• Te quiero (1956)
• Poemas de la oficina (1956)
• Poemas del hoyporhoy (1961)
• Inventario uno (1963)
• Noción de patria (1963)
• Cuando eramos niños (1964)
• Próximo prójimo (1965)
• Contra los puentes levadizos (1966)
• A ras de sueño (1967)
• Quemar las naves (1969)
• Letras de emergencia (1973)
• Poemas de otros (1974)
• La casa y el ladrillo (1977)
• Cotidianas (1979)
• Viento del exilio (1981)
• Preguntas al azar (1986)
• Yesterday y mañana (1987)
• Ex presos (1980)
• Canciones del más acá (1988)
• Las soledades de Babel (1991)
• Inventario dos (1994)
• El amor, las mujeres y la vida (1995)
• El olvido está lleno de memoria (1995)
• La vida ese paréntesis (Seix Barral. 1998)
• Rincón de Haikus (1999)
• El mundo que respiro (2001)
• Insomnios y duermevelas (2002)
• Inventario tres (2003)
• Existir todavía (Seix Barral. 2003)
• Defensa propia (2004)
• Memoria y esperanza (2004)
• Adioses y bienvenidas (Seix Barral. 2005)
• Canciones del que no canta (Seix Barral. 2006)
• Testigo de uno mismo (Seix Barral 2008)


Ensayo
• Peripecia y novela (1946)
• Marcel Proust y otros ensayos (1951)
• El país de la cola de paja (1960)
• Literatura uruguaya del siglo XX (1963)
• Letras del continente mestizo (1967)
• El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974)
• Notas sobre algunas formas subsidiarias de la penetración cultural (1979)
• El desexilio y otras conjeturas (1984)
• Cultura entre dos fuegos (1986)
• Subdesarrollo y letras de osadía (1987)
• La cultura, ese blanco móvil (1989)
• La realidad y la palabra (1991)
• Perplejidades de fin de siglo (1993)
• El ejercicio del criterio (1995)
• Vivir adrede (Seix Barral. 2007)
• Daniel Viglietti, desalambrando (Seix Barral . 2007)

Discografía
En solitario


• Poemas de la oficina (Alfa, Montevideo. 1960)
• Inventario (Arca, Montevideo. 1969)
• Quemar las naves (Foldef, Montevideo. 1969)
• Déjanos caer / Familia Iriarte (Voz Viva de América Latina, Universidad Nacional Autónoma de México. 1978)
• La palabra viviente (Contiene poemas de su libro "Preguntas al azar". Universidad de la República, Montevideo. 1986)
• Inventario 1950 - 1975 (Ayuí / Tacuabé a/e93k y ae93cd. Edición en casete de 1991 y en cd de 2002)
• Inventario 1976 - 1985 (Ayuí / Tacuabé a/e94k y ae94cd. Edición en casete de 1991 y en cd de 2002)
• Inventario 1986 - 1990 (Ayuí / Tacuabé a/e95k y ae95cd. Edición en casete de 1991 y en cd de 2002)
• Benedetti lee a Benedetti (Seix Barral, Biblioteca Mario Benedetti, Buenos Aires. 1993)
• Cuentos escogidos (Alfaguara, Madrid. 1995)
• El amor, las mujeres y la vida (Alfaguara. Cd que acompaño la edición del libro recopilatorio homólogo, Madrid. 1995)
• Poesía con los jóvenes (Cd que acompaño la edición del libro recopilatorio homólogo. 1996)
• Inventario 1991 - 2003 (Ayuí / Tacuabé ae275cd. 2004)

Con Daniel Viglietti

• A dos voces vol. I (Orfeo SCO 90749. 1985)
• A dos voces vol. II (Orfeo SCO 90861. 1987)
• A dos voces (Visor Libros, S.L. / Alfaguara. 1994)
• A dos voces I y II (Orfeo CDO 047-2. Reedición en cd de los dos primeros álbumes de Orfeo. 1994)
• A dos voces (Ayuí / Tacuabé ae238cd)


Bibliografía sobre su vida

• Paoletti, Mario (1996). El aguafiestas / Una biografía de Benedetti. Madrid: Ediciones Alfaguara.
• Alfaro, Hugo. Mario Benedetti (detrás de un vidrio claro).
• Hansz, Ingrid. Dos etapas en la poesía de Mario Benedetti.
• Mansour, Mónica. Tuya, mía, de otros: la poesía coloquial de Mario Benedetti.
• Mathieu, Corina. Los cuentos de Mario Benedetti.
• Paredes, Luis. Mario Benedetti. Literatura e ideología.
• Ravazzani, Ana María. La crisis en el Uruguay vista por Benedetti.
• Zeitz, Hielen. La crítica, el exilio y más allá, en las novelas de Mario Benedetti.




A UN AÑO DE SU PARTIDA RECORDAMOS LO QUE DIJERON MUCHOS QUE LO VALORARON, QUISIERON Y ADMIRARON







Murió Mario Benedetti
Juliana Boersner


Nota aparecida hace un año, cuando la triste noticia recorrió el mundo.NdR


Acabo de leer la noticia y no he podido evitar echarme a llorar. No valieron cadenas ni todo el amor, compañía y respeto de amigos, familiares y cuidados médicos. Don Mario Benedtti acaba de fallecer en Montevideo, capital de Uruguay luego de una enfermedad que lo mantenía con largos períodos de hospitalización. 88 años de una vida plena aunque dura que le hicieron una de las principales voces de la literatura latinoamericana.

Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia fue su nombre completo y nació en Paso de los Toros el 14 de septiembre de 1920 y vivió en varias partes del mundo, inicialmente por el exilio obligado por la dictadura vivió en Buenos Aires, Perú, Cuba y España. Volvió a Uruguay en 1983 en un período que llamó de desexilio y que se extendió hasta hoy.

Su obra literaria incluye piezas imborrables como La Tregua que fue llevada al cine y poemas que se convirtieron en canciones y han dado la vuelta al mundo a través de la voz de Joan Manuel Serrat, entre otros. Hoy todos le lloran. La noticia de su muerte cierra este domingo con un velo de tristeza que seguramente él no habría querido para sus amigos, pero es inevitable.

Don Mario, gracias por tantos versos, gracias por tanta vida, gracias por tanto amor. Nos tocará a todos mantener su verso vivo, como mantienen vivos ellos en nosotros la

Defensa de la alegría.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.


García Montero: "El mayor premio para Benedetti ha sido formar parte de la educación sentimental de la gente"


El poeta Luis García Montero (Granada, 1958), afirmó hoy que Mario Benedetti ha sido un poeta, cuyo "mayor premio" ha sido "entrar en la educación sentimental de la lengua y de la gente"."Más que los premios que le otorgaron, Benedetti apreciaba el reconocimiento de sus lectores y la confesión de que él pertenecía a su educación sentimental", destacó Montero en declaraciones a Europa Press.
Europa Press MADRID
Para el Premio Nacional de Poesía de 1995, "Benedetti, en su formación de profesor de Literatura, descubrió los peligros de la inercia que separaba la realidad de la poesía, un género que en el siglo XX había caído en la tentación de identificar calidad con dificultad".
La verdadera consecuencia de la revolución industrial fue para Montero, que "la sociedad despreció la poesía y los poetas reaccionaron menospreciándola, radicalizándose y convirtiendo la poesía en un género cerrado, exclusivo para ellos, que confundió calidad con hermetismo y dificultad". "Sin embargo, Benedetti tomó conciencia y trabajó una poesía cercana a la vida, sencilla pero no carente de complejidad porque nace de la reflexión", indicó García Montero.


COMPROMISO CON LA OBRA

García Montero subrayó que Benedetti siempre señaló a Antonio Machado como uno de sus maestros y aseguró que el poeta uruguayo siguió el lema de que para ser un poeta comprometido "el primer compromiso debía de ser con la propia obra", indicó García Montero.
Montero reconoció que sus amigos conocían mal estado del poeta uruguayo desde que se murió su mujer Luz y para García Montero, la repercusión que está teniendo su muerte define muy bien la importancia.

EL SE COMPROMETIO HASTA JUGARSE EL PELLEJO

Testimonio de Daniel Viglietti


Hacía tiempo que Mario venía teniendo problemas de salud serios, pero siempre lograba superarlos. Fue internado varias veces y lograba salir, la última fue muy dura y sin embargo salió. En los días posteriores había como un cierto repunte en sus gestos. El siempre mantuvo su sonrisa, esa que reaparecía dos por tres. Era completamente optimista, por algo escribió
"La defensa de la alegría", que es un monumento a la fuerza para oponerse a la tristeza, a la muerte.

He tenido por sobre todo el dolor de perder un amigo muy esencial y alrededor de eso, lo que compartimos todos, el gran poeta, el novelista, el cuentista, el ensayista, el autor de letras para canciones, alguna época de periodista. Y todo eso inseparable del ser humano, porque esa unidad entre lo ético que él encarnaba y lo estético que él producía fue muy entera. Y todo eso de una manera sobria, de un perfil tranquilo, modesto, de gente sencilla. Cuando tenía que ubicar a alguien desubicado o enemigo, tenía la energía y carácter para hacerlo, pero en su vida habitual, en sus actuaciones, en sus recitales de poesía, en las entrevistas que concedía era siempre muy humano, muy sencillamente humano.

Estamos viviendo el abrazo multitudinario y calladito de la gente uruguaya a Mario. Y de lejos es como si escucháramos otros silencios, otros abrazos, otros encuentros, otras esperas, otras vigilias, otro secarse los ojos para leerlo después. Eso puede estar ocurriendo en México, en Argentina, en España, en tantas partes, puede estar ocurriendo en Dinamarca donde una vez salió una traducción por radio de "Pedro y el capitán", en su faz de dramaturgo. Puede estar sonando en una canción de Favero, por aquí o por allá, de Joan Manuel que le dedicó un disco entero y con quien me comuniqué y sé que lo ha sentido mucho.

También existe la sensación de sentirse discípulo. Somos una cantidad de discípulos fuera y dentro del quehacer artístico. También fuera. Discípulo de una moral, de una coherencia, de una lealtad a los principios en lo que Mario siempre fue muy firme.
El recuerdo de amistades que él tuvo, muy impactantes y que dejó registradas, para que nadie pueda decir se habla por hablar, o versiones epidérmicas. El dedicó un poema a Raúl Sendic porque había sido su amigo, y dedicó un poema a Zelmar Michelini porque había sido su amigo. Y a otros, sin duda. Tuvo otros referentes muy importantes en su vida, en su momento Líber Seregni. Y hay que recordar la confianza que él depositó en el cambio político del Uruguay a partir de la asunción del gobierno del Frente Amplio.

Su sentido agudo de la observación para los pasos que se daban. Siempre fue muy constructivo. Siempre puso por delante la confianza en el ser humano, a pesar de que tuvo decepciones.

También las tuvo en su período político, en aquel, por entonces legítimo 26 de Marzo. Después hubo todo lo que pasó, y él descubrió, de alguna manera, que su rol esencial no era el político, era el cultural, el creativo. Creo que fue un acierto suyo.

Pero a mí me importa que también pasó por lo político, que se jugó el pellejo, porque estuvo comprometido seriamente con la lucha, con cambiar un Uruguay que algunos ahora, equivocadamente, nos mienten que tenía algo ideal.

Entonces, él que sentía que no y que había que cambiarlo, había que cambiar aquella democracia tan imperfecta y tan llena de fallas progresivas, fallas que iban creciendo del pachecato para adelante, que es donde empieza una dictadura de hecho; él se comprometió.

Por eso tuvo que irse, por eso el exilio. Perú primero, de donde si no recuerdo mal lo expulsan, lo persiguen. Después Cuba, donde desarrolló un trabajo amoroso en Casa de las Américas. Yo lo encontré allá y era ya un referente, amigo de Haydée Santamaría, de Roberto Fernández Retamar, admirador profundo del Che, abrazado con Fidel cuando le dieron la Orden con que lo distinguieron en Cuba.

Y en tantas partes que estuvimos, siempre colas de gente para oír sus poemas, muchísimos jóvenes. Lo vi en los países que mencioné, lo vi en Argentina, lo vi en México, lo vi en España, todos esos lugares en que actuamos juntos y entonces yo fui testigo, testigo de lo que hacía solo. Con sus solitos poemas convocaba multitudes y se sentía que era alguien entrañable para la gente.

Y muchas veces las respuestas al hombre y al creador llegaban de afuera.
Por la naturaleza nuestra todo es un poquito más lento, más tardío, más como de rumiar las cosas, igual después llegaba acá. Le llegó el reconocimiento.

Llegó y él lo pudo vivir en plenitud. Pero fuera de fronteras fue increíble lo que pasó y lo que va a seguir pasando con su lectura, porque no es una simple metáfora recurrente que sigue vivo en su obra, es que sí, es que va a vivir en su obra porque ella tiene esa doble dimensión de lo estético y lo ético. Hay para elegir, es una obra voluminosa.

Lo siento como un semillero, como semillas que se van a desparramar y que los trabajadores de la cultura tenemos el desafío que nos deja Mario de seguir, seguir sembrando sus ideas, sus sentimientos, sus éticas, sus aventuras con la palabra. Supo jugar mucho con la palabra, también fue un juguetón, tuvo humor, tuvo ironía, hasta fue dibujante en una época.

Tuvo amigos entrañables, ya he nombrado los amigos de la lucha pero también podría agregar amigos como Idea Vilariño a quien acabamos de perder, como Eduardo Galeano. Además, nunca se pudo respirar en él una cosa de competitividad o de narcisismo. No hay que idealizar a nadie en el momento del adiós pero yo creo que, en este caso, Mario era un ideal en sí mismo.
No tenía miedo a los diminutivos, no cifraba el tamaño y la cantidad para expresar su amor, quizás porque había aprendido que en este país tan sufrido y tan esperanzado a la vez, las cosas son así, muy como era él, a veces sin ruido, sin gestos, a veces calladamente como se fue.

Así se fue, así se fue.




En Asunción hace un año, cuando se fue Mario: Una niña de 11 años tambièn leyó un poema de Mario Benedetti ! Una pequeña proveniente del Bañado Sur, lugar carenciado si los hay en ésta vida !!

Cuando éramos niños,
los viejos tenían como treinta
Un charco era un océano,
la muerte lisa y llana no existía.
Luego cuando muchachos,
los viejos eran gente de cuarenta,
un estanque un océano,
la muerte tan solo una palabra.
Ya cuando nos casamos, los viejos estaban en cincuenta,
un lago era un océano,
la muerte
era la muerte de los otros.
Ahora veteranos,
ya le dimos alcance a la verdad,
el oceáno es por fin el oceáno,
pero la muerte
comienza a ser la nuestra

Mario Benedetti