Economía y Mercado
Es posible un ciclo de inmigración
La escasez de nuevos trabajadores provoca aumentos salariales, motiva el trabajo femenino y juvenil y el retorno de emigrantes al país
HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN
El empleo se encuentra en uno de sus puntos más altos en términos históricos, superando el millón y medio de personas. Como consecuencia, la tasa de desempleo de la economía se encuentra en valores también históricamente bajos. Solamente el 7,4% de la población económicamente activa quiere trabajar y no encuentra una oportunidad que le satisfaga de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares que realiza el INE. Esta situación se debe a que cada vez es más difícil conseguir personas dispuestas a trabajar.
Considerando las proyecciones de crecimiento económico para los próximos años, es posible que nos estemos enfrentando a una restricción al mismo. A su vez, si se toman en cuenta las perspectivas de estancamiento que hay para los países desarrollados, es razonable pensar en el retorno de quienes emigraron de nuestro país en la década pasada o considerar como factible una ola de inmigración desde el exterior.
Desde el punto de vista macroeconómico, la escasez de mano de obra se debe considerar como una limitante para el crecimiento del producto. También hay que tomar en cuenta que si faltan personas que quieren trabajar, surge la competencia entre las empresas que los necesitan y por lo tanto subirán los salarios reales. A su vez, si el trabajo es escaso y cada vez más caro, la dinámica se complementa con mayores inversiones en capital para producir más con menos horas de trabajo.
Al margen de este análisis macroeconómico, la futura evolución del empleo pasó a ser una variable importante en la discusión de la estructura de costos de las empresas, debido a que el gobierno la toma en cuenta en las pautas para los próximos consejos de salarios. En esta instancia ha solicitado considerar la productividad de la economía por persona ocupada como un indicador para decretar aumentos de salarios obligatorios. Si el producto aumenta sin tener como correlato mayores niveles de empleo, entonces todos los convenios se enfrentarán a una presión al alza de salarios independientemente de cuál sea la situación económica que se esté enfrentando.
HISTÓRICO. La evolución desde mediados de la década de los noventa marca el buen momento en el que se encuentra el mercado de trabajo. La tasa de actividad es el porcentaje de personas con 14 años o más que desean trabajar. Es el concepto de población económicamente activa (PEA): población que está en edad de trabajar y desea hacerlo. Es una buena aproximación a la oferta que hacen las personas de su trabajo en el mercado. Cuando el nivel salarial sube, genera una presión al alza en este ratio ya que más gente en edad de trabajar desea hacerlo cuando le aumentan la paga.
Con los datos proyectados de población que realiza el INE, se puede estimar que en el primer semestre del 2010 hay aproximadamente 1,67 millones de personas activas. Como se observa en el Gráfico Nº 1, desde 2004 hay una tendencia creciente que está llegando a su techo.
No todos los que desean trabajar consiguen empleo de acuerdo a sus expectativas. Por lo tanto, hay un nivel de empleo menor cuya evolución también es creciente en los últimos siete años. En términos absolutos se puede estimar que hay 1,55 millones de personas ocupadas en el primer semestre del año.
Estas dos tendencias reflejan la realidad del país en sus ciudades de más de 5.000 habitantes. La diferencia entre las dos series es el desempleo. Como puede observarse, la brecha entre las dos es muy superior en el momento más duro de la crisis que en la actualidad donde se puede estimar que hay 120.000 personas desocupadas.
LÍMITES. Para analizar la factibilidad de un aumento en el número de puestos de trabajo en la economía hay que incorporar al análisis diversas dimensiones de la encuesta de hogares como ser género y edad. Para ello se considera la totalidad del país (urbano y rural) desde 2006 de acuerdo a las estimaciones del INE. En primer lugar, se puede distinguir por género y, en ese sentido, en el primer semestre del 2010 el empleo masculino se ubica en 69,2% de los hombres con 14 o más años. Por su parte, las mujeres registran una tasa de empleo del 48,6%. La evolución de las dos series es similar, mostrando un crecimiento desde el 2006 que se comienza a estancar en el último año, tal como lo ilustra el Gráfico Nº 2.
Por lo tanto, si bien el mercado laboral parece tener un límite por el lado de la oferta de trabajadores, existe una reserva importante en la oferta de trabajo femenino. Ya en el pasado se pudo comprobar cómo la tasa de actividad de las mujeres aumenta en la medida que sube el salario real. El costo de oportunidad de trabajar en casa y cuidar a los hijos se hace cada vez más alto cuando sube la remuneración por el trabajo fuera del hogar y es rentable contratar a alguien que realice las tareas del hogar o simplificar las mismas con tecnología.
Algo similar ocurre cuando se mira la edad de las personas. La tasa de empleo de los menores de 25 años de edad es del 37,4% mientras que los mayores de dicha edad registran una tasa de 63,2%. Hay un límite en el crecimiento de los mayores de 25 años y un potencial de oferta laboral en los menores que, en la medida que el salario real aumente, sustituirán horas de estudio por horas de trabajo.
DEPARTAMENTOS. La realidad del mercado laboral tiene diferencias de acuerdo a la zona geográfica que se trate. En Montevideo hay una tasa de empleo del 60,1% en el promedio de los primeros cuatro meses del 2010, mientras que en el Interior se ubica en 57,5%. La evolución en estas dos grandes divisiones geográficas desde 2006 cuenta la misma historia de crecimiento fuerte hasta estabilizarse en el último año. En el Gráfico Nº 3 se ilustra esta evolución.
Entre los departamentos del interior hay diferencias. En primer lugar, sobresale Canelones por presentar una tendencia creciente persistente. Su comportamiento es similar al de Montevideo. En Lavalleja, Rivera, San José, Soriano y Colonia el crecimiento también es muy sostenido en todo el período.
Por el contrario, hay departamentos como Rocha, Flores, Treinta y Tres y Tacuarembó donde se observan rachas negativas, fuertes oscilaciones que señalan que en ellos la cantidad de empleo que hay en cada momento es más volátil.
INSCRIPTOS. La cantidad de puestos de trabajo en el mercado laboral uruguayo se puede observar a través de las estadísticas del BPS. Este es el principal organismo de seguridad social y es representativo de lo que ocurre en el mercado agregado. La diferencia principal radica en que la encuesta de hogares estima en relación a la cantidad de personas mayores de edad, y el BPS registra puestos de trabajo. Estos últimos pueden ser ocupados por la misma persona en el caso de pluriempleo. Una maestra en educación pública que tiene un trabajo adicional en la educación privada es registrada como cotizante en dos puestos de trabajo aunque sea una sola persona.
De todas formas, si el fenómeno del pluriempleo es estable, no debería haber gran diferencia entre las dos estimaciones. En grandes líneas es así. En el Gráfico Nº 4 se observa cómo la evolución de los puestos cotizantes es creciente desde 2006 cuando el BPS registraba 1,1 millones de puestos cotizantes hasta los 1,3 millones del primer semestre del 2010. Esta evolución es más ascendente que la de la encuesta de hogares, por lo que se infiere que en este período ha existido una formalización del trabajo en negro adicional.
De todas formas, también se observa un enlentecimiento en el ritmo de crecimiento sobre los últimos datos. Se trata de un enlentecimiento que ocurre en un momento en el que la economía está creciendo en forma extraordinaria muy por encima de la tasa tendencial.
La nueva ronda de convenios salariales está incorporando el PIB por persona ocupada como un indicador objetivo para cuantificar el crecimiento que se debe otorgar al salario real. Esta variable que se incorpora a instancias del gobierno, puede llegar a crecer muy fuertemente: mucho más de lo que lo ha hecho en el período 2005 a 2009. Para que esto no ocurra será necesario que se incorporen fuertemente más mujeres y jóvenes a la oferta laboral.
fuente: http://www.elpais.com.uy/suple/economiaymercado/10/08/30/ecoymer_511835.asp