domingo, 22 de mayo de 2011

"Si se hubiera aprobado la anulación era un piñazo terrible para el Frente"

Luis E. González
El director de la consultora Cifra analiza las consecuencias para el gobierno, el Frente Amplio y los partidos de oposición que dejó el proceso que llevó al fracaso de la anulación de la ley de Caducidad. Según González, la coalición de izquierda corre riesgo de perder las próximas elecciones en caso de ir contra la "corriente", y estimó que terminará modificando la forma como toma sus decisiones centrales; en caso contrario "va a volver a tropezar con la misma piedra". González dijo que este proceso sobre la anulación de Caducidad hizo que la frase de Mujica "como te digo una cosa te dijo la otra" quedara de manifiesto en su "peor expresión".

J.L. Aguiar / C. Ríos

-¿Cómo queda el Frente Amplio luego que fracasara el proyecto que anulaba la ley de Caducidad?



-Queda mal parado, pero de la mejor manera posible. Cualquier otro resultado hubiera sido peor. O sea, la persona crucificada es la que salvó al Frente Amplio.



-¿Por qué hubiera quedado peor el Frente si se aprobaba la ley de anulación?



-Por un montón de razones, pero lo básico es que esta situación no le gusta a nadie, incluyendo a una proporción alta de los votantes del Frente. Lo seguro es que no le gusta a una gran mayoría de la población la situación de anular la ley de Caducidad. La razón principal por la que no le gusta es la razón del artillero: el soberano se pronunció dos veces en un lapso de 20 años. De modo que no hay manera de hacer filigranas sobre esto. Peor aun, el intento de hacer filigranas es ofensivo. Así que ese es el punto básico. En términos boxísticos, si se hubiera aprobado la anulación de la ley de Caducidad era un piñazo terrible. Mientras que tal como salió la cosa, perdió una pelea por puntos.



-¿Cómo puede el Frente Amplio revertir esta situación?



-Esto en sí no tiene arreglo. Lo único que puede hacer es hacer los deberes bien. Si los hace lo suficientemente bien y apunta para el rumbo que la gente quiere, con un poco de suerte va a ir pesando cada vez menos de aquí a tres años y se va a minimizar su impacto. Si no es así, seguirá acumulando puntos en contra y la tortilla se le puede dar vuelta en las próximas elecciones. El punto es claro, en un país dividido básicamente en dos gruesas mitades políticas que no distan mucho entre sí en términos electoral, unos poquitos puntos pueden ser decisivos. No es necesario un KO, alcanza con unas buenas piñas.



-¿La ley de Caducidad le importa a mucha o poca gente?



-A muy poca gente la gusta. El problema es que le gusta todavía menos anularla, por un montón de razones. ¿Por qué a la gente no le gusta la ley de Caducidad? Porque hay argumentos muy sólidos: el que las hace las paga. Los derechos humanos no son un asunto menor. Pero por otro lado era evidente que había compromisos implícitos y encima esos compromisos implícitos, en el acierto o en el error, eran enteramente consistentes con una riquísima tradición política en nuestro país. Los que resolvieron, por los motivos que fueran, tomaron la decisión frente a un problema político. A 20 años, refrendado por un segundo plebiscito, ¿le seguimos enmendando la plana a la población, al soberano? Es equivalente a aceptar que el soberano es incapaz, que no sabe lo que hace. Es un asunto opinable, pero si tengo razón el diputado Semproni sería el salvador del Frente.



-El presidente Mujica cuando se reunió con la bancada del Frente Amplio le pidió que no votara el proyecto de anulación. ¿Cómo es posible que el presidente no haya podido imponer su criterio?



-Yo respeto mucho al presidente Mujica, en términos humanos, en términos personales. Creo que ha hecho algunas cosas muy valiosas por el país, especialmente en lo que podríamos llamar `agitación de problemas`, y eso tiene un enorme valor que solo vamos a poder apreciar a mediano y largo plazo. Dicho lo cual, este episodio es imposible entenderlo como el más feliz del presidente Mujica. ¿Cómo podemos entender que el presidente dice blanco, dice negro, después dice blanco, y le pide a sus diputados que hagan negro cuando él se da el lujo de blanco-negro, blanco-negro? El famoso `como te digo una cosa te digo la otra` está acá en su peor expresión. Sus propios diputados tienen que estar calientes con él; es humano, se entiende. El problema de los liderazgos políticos es que las cosas tienen que tener otra forma de expresarse. Más allá que uno respete las decisiones últimas del presidente, su propia bancada puede decir: `bueno, si vos sos el responsable, cómo nos dejaste llegar hasta acá`, que es lo que más de uno dijo. Ahora, sigo creyendo que todo esto junto en la balanza negativa pesa bastante menos que si se hubiera anulado la ley de Caducidad.



-¿El vicepresidente Danilo Astori no pudo haber advertido al presidente?



-El liderazgo era claramente del presidente. El vicepresidente en el fondo se mantuvo en un discreto segundo plano.



-¿Y Tabaré Vázquez?



-Vázquez está en una posición más compleja. Parece que en la táctica política Vázquez es más hábil que el presidente, pero sin embargo acá queda un poquito en falsa escuadra. ¿Qué es lo que piensa finalmente Vázquez sobre el fondo del asunto? Y no lo sabe ni Cristo; por lo menos yo no lo sé. Habló poco, y cuando habló lo que dijo fue conceptual y filosóficamente muy razonable -"el hombre es esclavo de sus palabras pero dueño de su silencio"-, pero políticamente no calzaba demasiado bien en el marco de la situación. Sale más o menos igual que antes, y todo el mundo sigue pensando que este descalabro no hubiera ocurrido si él hubiera sido presidente, y eso suma a favor de Vázquez.



-¿Cómo queda el liderazgo del presidente Mujica?



-Yo diría que desde que asumió, éste es el episodio que más lo debilita. En la medida que hasta ahora ha sido un liderazgo que se ha ejercido primero y sobre todo en el discurso, en la afirmación de principios -que les recuerdo dije que eran sumamente importante-, pero escasamente en la acción; más bien en la no acción. Es decir, no hizo desastres, pero cuántas decisiones activas ha tomado. El problema es que mucha gente dentro del Frente Amplio cree que este episodio es un desastre. Entonces, fuera del Frente Amplio es el vaivén del presidente que nadie entiende muy bien. ¿Dónde ganó el presidente? Ganó frente a su alma y frente a Dios, quizás. Pero en el conflicto político activo real, no.



-¿El liderazgo de Mujica ante la fuerza política se debilita? Puede haber conflictos en el Frente Amplio por otros asuntos a partir de esto?



-No, por un instinto básico de conservación el Frente va a terminar rectificando un poquito la forma de tomar sus decisiones centrales. No es posible que un Plenario construido como ese obligue a todo el Frente Amplio. Es como si los partidos tradicionales tomaran sus decisiones de fondo sobre la base de sus activistas más conservadores. Se suicidan. Es posible que eso se enmiende, no puede ocurrir mañana porque quedaría directamente asociado a estos acontecimientos. Pero pienso que o termina ocurriendo o el Frente va a volver a tropezar con la misma piedra. Seamos realista, quiénes son los promotores más activos de todo esto. Hay una coincidencia en algunos grupos, francamente minoritarios, y un conjunto de organizaciones sociales que son potentes en su impacto, sobre todo las organizaciones de familiares que tienen motivos muy respetables para estar donde están. Pero esa es la punta de lanza que mueve al elefante. O mejor dicho, para usar un término uruguayo: es la picana que mueve al buey. El buey es el corpulento Frente Amplio, pero la picana es relativamente pequeña. ¿La picana va a seguir funcionando? No sabemos, faltan tres años. La picana podría llegar a seguir funcionando. Esto solo no asegura un conflicto, una separación, pero el problema es: ¿y los picaneadores? No sabemos ¿Va a aparecer otro Semproni? No sabemos. ¿Lo de Semproni fue cocinado o espontáneo? Y, Dios sabe, yo no lo sé. Visto desde afuera luce como espontáneo, porque Semproni es un orejano y desde ese punto de vista todavía da criollos el tiempo. Pero ya tiene 75 años, ¿hay más criollos en la lista?



Semproni fue el "salvador del FA"

En opinión del politólogo Luis Eduardo González, anular la ley de Caducidad ratificada en dos consultas populares hubiera sido "equivalente a aceptar que el soberano es incapaz, que no sabe lo que hace". González dijo que el diputado Víctor Semproni, que al no votar la ley de anulación inclinó la balanza para que ésta no se aprobara, "sería el salvador" del Frente Amplio. "No hay otra manera de verlo. Esto había que trancarlo de alguna manera, porque sino el riesgo que se corría era grave. Semproni fue cruzado, fue San Jorge", sostuvo González. En otro pasaje de la entrevista, González se preguntó qué pasaría si en el Frente Amplio siguen insistiendo con la anulación de la ley de Caducidad. "Semproni es un orejano y desde ese punto de vista todavía da criollos el tiempo. Pero ya tiene 75 años, ¿hay más criollos en la lista?", interrogó.



"Si FA no sintoniza con las mayorías, pierde"

-¿Es un triunfo político para la oposición que no se anulara la ley de Caducidad?



-La oposición acaba de ganar puntos. El resultado de la adjudicación final depende de lo que haga. Por poner las cosas en un ejemplo extremo: si la oposición empieza a jactarse de haber ganado, y empieza a jactarse por ejemplo de defender a los militares, va a perder todo lo que acaba de ganar. Entonces, como este es un equilibrio muy difícil en el que en realidad hay minorías importantes dentro de la oposición a las que le molesta mucho el asunto, y mayorías dentro del Frente que les molesta para el otro lado, esto es una cornisa. El fondo del asunto es lo que podríamos llamar el problema de la corriente y los remeros. Yo creo que el sistema de partidos uruguayo está estabilizado en un contexto de aproximadamente dos mitades desde 1999. Lo que confunde la situación es que en 1999 la mitad mayor era una, y desde 2004 la mitad mayor era otra. Pero son dos mitades, muy similares en peso y tamaño, lo que hizo simplemente fue cambiar de identidad esas mitades. ¿Cómo cambió esas mitades? Bueno, básicamente porque desde 1999 hasta acá la mitad que ganó la Presidencia es aquella que desde el punto de vista de la población está más cerca del centro de gravedad política del país. En 1999 era la mitad de los partidos fundacionales. En 2004 pasa a ser el Frente. Eso siguió siendo cierto en 2009, pero las distancias se empezaron a modificar y el centro de gravedad se corrió un poquito para el centro. Ese es el mundo político que estamos viviendo ahora. Esa es la corriente, la dirección hacia donde sopla el viento. Es una corriente potente, y frente a ella están los remeros. Si los remeros tratan de ir a favor de la corriente, van a aumentar su velocidad; si tratan de ir en contra, lo más probable es que no puedan, que se agoten y empiecen a meter la pata. Anular la ley de Caducidad era ir claramente contra la corriente. Por eso es que el Frente se salvó, hasta ahora. Por eso es que el daño es el menos posible dentro de lo imaginable. Pero sigue siendo cierto que la corriente, lenta pero potente, sigue empujando. Si el Frente no puede sintonizar con las mayorías electorales va a perder. Así de fácil. Eso es malo para el Frente, pero no para el país. Las democracias se construyen así, no hay democracias con partidos eternizados en el poder. La corriente está. Cada cual rema como quiere. Después veremos.

El País Digital
Fuente: 
http://www.elpais.com.uy/110522/pnacio-568122/nacional/-si-se-hubiera-aprobado-la-anulacion-era-un-pinazo-terrible-para-el-frente-/