miércoles, 21 de octubre de 2009

Presidente de Uruguay se va con un amplio aplauso


fuente:http://www.lanacion.cl/presidente-de-uruguay-se-va-con-un-amplio-aplauso/noticias/2009-10-20/200909.html#

Por Claudia Saavedra N. / La Nación

Este primer gobernante uruguayo de izquierda tuvo sus más grandes victorias en temas de derechos humanos y de economía, dentro de lo que se incluye reducción de la pobreza y la indigencia. En el debe quedaron las relaciones con Argentina y la seguridad interna.


Tranquilo y satisfecho debe sentirse el primer Presidente de izquierda de Uruguay, Tabaré Vázquez, quien dejará su cargo el 10 de marzo y enfrenta este domingo elecciones presidenciales con un alto porcentaje de aprobación, sobre un 60%, tal como varios gobiernos de centroizquierda en la región (ver infografía).

La adhesión a Vázquez radicaría en logros y avances en sectores como economía (crecimiento, recaudación impositiva, seguridad social, reducción de la pobreza), derechos humanos, educación.

Sin embargo, el líder del Frente Amplio quedó al debe en temas como el de la relaciones con Argentina, complicadas por la toma -desde hace tres años- de un puente fronterizo por piquetes argentinos que rechazan la construcción de una planta de pasta de celulosa a orillas del río Uruguay. Y muy especialmente en lo que a seguridad pública se refiere.

El doctor en Ciencia Política de la Universidad de la República, de Uruguay, Antonio Cardarello, en conversación con La Nación destacó como un aspecto central del gobierno saliente el haber logrado ser visto como “serio”. “Había dudas en el manejo que se haría de la economía y de que se pudiera hacer una conducción seria”, explicó.

El investigador y académico universitario agregó que, junto a lo anterior, la administración Vázquez se empeñó en la justicia social “con políticas públicas que redujeran la pobreza y la indigencia”. Uno de esos proyectos fue la puesta en marcha del Plan Ceibal, que en dos años y medio dotó a todos los niños y maestros de las escuelas públicas uruguayas con una computadora, plan que tanto gobierno como oposición calificaron de “revolucionario”.

El índice de pobreza se redujo de 26%, en 2007 a 20,5%, en 2008; en tanto la indigencia pasó de 2% a 1,5%, en el mismo lapso, según el Instituto Nacional de Estadística.

DERECHOS HUMANOS

Pero los aspectos más positivos estuvieron, para Cardarello, en los temas de derechos humanos, algo con lo que el politólogo uruguayo Álvaro Garcé estuvo de acuerdo.

Para Garcé, el gobierno centroizquierdista del Frente Amplio fue un “éxito” y la “reafirmación clara del gobierno sobre el poder militar”, teniendo en cuenta los resabios que marcaron los años posteriores a la dictadura (1973-1985). “Los militares ahora tienen menos peso y están absolutamente subordinados al gobierno (que) les aplicó mucha presión para que dieran información (sobre los detenidos-desaparecidos) y se metió en los cuarteles con excavadoras”, para hallar algunos restos, prosiguió.

En este período fueron condenados ocho ex represores por violaciones de los derechos humanos, y procesados los ex dictadores Juan María Bordaberry (1973-1976) y Gregorio Álvarez (1981-1985), en el marco de la Ley de Caducidad, que limitó la posibilidad de juzgar los crímenes de la dictadura. La nulidad de esa ley será plebiscitada por la ciudadanía junto con la elección este domingo (ver recuadro).

Al debe, coincidieron asimismo los expertos, quedó el tema de seguridad interna y de relaciones exteriores, en particular con Argentina por la crisis de la planta de celulosa. A esto, Cardarello suma la baja capacidad de manejo político y de negociación del actual gobierno, pese a que tenía la mayoría parlamentaria. Esto habría impedido obtener los votos suficientes para reformar una serie de leyes, como la de modificación de los miembros del Consejo Electoral, que en Uruguay lo integran representantes de los partidos políticos, en forma proporcional.

El analista Juan Carlos Doyenart argumentó que en este tema “la izquierda pagó el precio del aprendizaje”.

El gobierno del socialista Tabaré Vázquez asumió el 1 de marzo de 2005, luego de veinte años de recuperada la democracia.