lunes, 5 de octubre de 2009

Diez mil almas con el Frente Amplio al pie del monumento a José Artigas


Más de diez mil personas, provenientes de todas partes del departamento de Canelones, convergieron en la tarde de ayer junto a la estatua de José Artigas, en la ciudad de Las Piedras, para protagonizar un masivo acto callejero encabezado por la fórmula presidencial del Frente Amplio.

"La campaña electoral no es una pelea entre dos viejos, que somos como moscas al viento, aunque algunos tengan ínfulas de grandes apellidos", indicó el candidato José Mujica, para quien sólo las "causas son insustituibles y no lo hombres".

Ante la bulliciosa muchedumbre que se arrimó hasta el monumento al Prócer Oriental, Mujica dijo que "estaríamos fritos si no tuviéramos gurises dispuestos a levantar nuestras banderas y continuar la lucha". La concurrencia, mayoritariamente juvenil, estalló en una prolongada ovación.

Múltiples y diversas caravanas de vehículos habían desfilado durante horas por caminos y carreteras desde lugares tan variados como Joanicó, Progreso y La Paz, para derivar en la Ruta Nacional Nº 5 y llegar hasta el escenario de la batalla donde Artigas derrotó al imperio español.

"Debemos transmitir a las nuevas generaciones que nada fue regalo de los cielos. Deben saber que son parte de una epopeya, siempre inconclusa, de gente que luchó por una utopía; vamos subiendo un escalón más tras un sueño de justicia y solidaridad entre los hombres", alentó el candidato.

El presidenciable frentista fue aún más explícito: "No estamos para discutir con una motosierra; el Frente Amplio vino para luchar por el cambio profundo de nuestra sociedad". Y agregó: "Es posible que tengamos que aprender que la utopía cuesta un poco más.

La lucha no es un castigo, es un intento sublime por contribuir a mejorar la vida de los que van a venir después de nosotros", indicó, al sostener que "los únicos derrotados son los que dejan de luchar. Tenemos que pelear por el guiso de mañana pero no quedarnos sólo en eso", advirtió.

"Quien quiera crecimiento económico tiene que aprender de este gobierno que hay que crecer repartiendo la riqueza para generar desarrollo. Si no se reparte al mismo paso que crece la economía se seguirán teniendo los mismos problemas sociales".

Argumentó a modo de ejemplo que "una parte de los problemas de seguridad son una consecuencia de los problemas sociales que no pudimos resolver hace 15 o 20 años".

En respuesta a las propuestas de la oposición, Mujica dijo que Uruguay puede ser agroalimentario y logístico al mismo tiempo, pero advirtió que el proyecto de propiciar "una nueva Luxemburgo en el Río de la Plata encierra la intención solapada de vivir a costillas de los demás".

"Tenemos que construir un país decente, productivo y trabajador que sirva a la región. ¡No queremos ser un país de jodedores!", rechazó. Por el contrario, necesitamos multiplicar la inversión tanto como el conocimiento para alcanzar el desarrollo de los países pequeños que avanzaron.

"¡No hay secreto! El único camino es la firme disciplina de educar a las nuevas generaciones para enfrentar el mundo que se nos viene, donde el que apenas tenga liceo será un analfabeto", agregó. "Los gurises, explicó, saldrán de la pobreza por la puerta grande si tienen educación y talento".

El presidenciable explicó que cada vez se requerirá más capacitación para conseguir un trabajo remunerado.

El desafío más grande de Uruguay es tener una educación de primer mundo para no quedar condenados a ser un suburbio y recibirnos de limpiadores de los países ricos.

"Entre los contenidos más profundos que están en juego en esta campaña está la lucha por una Universidad que vaya al Interior y llegue a los gurises más pobres", argumentó.

Mujica ironizó acerca de "los cascotes" que está recibiendo de la oposición blanca y colorada. "¡Déjenlos!", dijo. "Luego juntaremos los cascotes y capaz que podemos remendar los pozos de alguna calle", bromeó entre las carcajadas de la gente.

"Yo no tengo precio. Pertenezco a un puñado de locos que quisimos cambiar el mundo y nos comimos un montón de años en los calabozos de los cuarteles; si no me vendí entonces, qué sentido tendría hacerlo ahora. ¡Yo no tengo precio!", aseguró.