La Columna Peregrina
¿Sabremos cumplir?
07.04.2010
De acuerdo a datos de la Dirección Nacional de Migración Uruguay registró en 2009 el menor saldo migratorio en diez años hacia países de fuera de la región, con tan sólo 811 personas que abandonaron el país en vuelos internacionales y no regresaron.
En declaraciones a la agencia de noticias EFE la experta en demografía Wanda Cabella afirmó que "la diferencia entre los que salen y los que entran da una cifra precisa, que si bien no cuenta a los que se marchan por la frontera terrestre a Brasil y Argentina, si permite ver cuanta gente salió de la región hacia destinos que hoy en día reciben a la mayoría de los emigrantes uruguayos, como España o EE.UU.",
Según Cabella, los expertos esperaban que el saldo de uruguayos que no regresaron fuera menor a 1.000 ya que el contexto marca una época de estabilidad política y crecimiento económico en el país, a contrapelo de lo que sucede en las naciones de destino tradicionales elegidos por nuestros compatriotas.
La cifra es sensiblemente inferior a las de 2008, cuando no volvieron al país 5.709 uruguayos, y muy diferente a la de 2002, año en el que abandonaron el país y no regresaron 28.302 ciudadanos, el mayor guarismo de la década.
La investigadora señaló que "Uruguay responde con rapidez a los cambios exteriores y lo que ha ocurrido es que el país mejoró y el mundo empeoró, por eso es razonable lo que está ocurriendo a falta de datos científicos más profundos". Si bien aclaró que esa cifra que aparece como positiva aún no puede decirse que marque una tendencia. La experta dijo que para ello deben recogerse datos estadísticos en un período más extenso de tiempo.
"La migración es un fenómeno multicausal, difícil de explicar. Por ejemplo, generalmente emigran los que tienen posibilidades económicas, ahorros y mayores espectativas, no los pobres, por eso la crisis en Europa y EE.UU no lo aclara todo", dijo Cabella.
Por otra parte, en un país que en las últimas décadas ha exportado ciudadanos en forma sostenida, la emigración se ha constituído en un "recurso cultural" para los uruguayos. De hecho, el país "no satisface generalmente las necesidades de la gente cualificada", por lo que no se puede descartar que los flujos migratorios sigan siendo negativos para Uruguay, aseguró la investigadora.
¿Quienes son los que se iban y ya no lo hacen? Según el "Informe sobre migración internacional" de 2007, surgidos del análisis de la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada del Instituto Nacional de Estadística (INE), los compatriotas que abandonaron el país entre 2000 y 2006 fueron mayoritariamente jóvenes de entre 20 y 29 años, predominantemente hombres (145 hombres cada 100 mujeres), con un nivel educativo superior al de la media de la población general.
El aspecto positivo que implica que estos compatriotas opten por quedarse a desarrollar su vida en el país - formarse, trabajar, reproducirse -, implica por otra parte nuevos desafíos para el Uruguay.
Retos generados por el crecimiento de las demandas en ofertas educativas sobre los que los principales actores del país reconocen una importante deuda: de ahí la presencia del asunto en la agenda pública y en los debates en las diversas instancias del Estado y la sociedad civil.
Apuestas surgidas a partir del incremento de las solicitudes de empleos calificados y con remuneraciones acordes a los mismos: asunto que el país parece estar sorteando con cierto éxito si se tiene en cuenta la tasa de desocupación - cercana al 6% - , bien inferior a la que experimentan en la actual crisis internacional los países a los que hasta hace muy poco los uruguayos viajaban en procura de mejores oportunidades.
Desafíos que afloran desde el aumento de solicitudes de vivienda, ya que la emigración en éstos años a que hacemos referencia, se mostraba funcional a la emancipación del hogar de origen.
El retorno de uruguayos desde el exterior en función de esta nueva y crítica coyuntura internacional amplifica la trascendencia de la tarea a la que el país se enfrenta. ¿Sabremos cumplir?
URUGUAY PEREGRINO