domingo, 22 de noviembre de 2009

DEFENSA URUGUAYA ANTE LA HAYA

URUGUAY ESPERA CON OPTIMISMO FALLO DE CORTE INTERNACIONAL PARA DAR FIN AL CONFLICTO

Paul Reichler, jefe del estudio jurídico que llevó adelante la defensa de Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, llegó el pasado viernes a nuestro país para visitar Fray Bentos y las instalaciones de la planta de Botnia. Afirmó que espera con optimismo un resultado favorable para Uruguay y que lo importante es que ambos países acepten el fallo e inicien un camino hacia la reconciliación de los pueblos
El Intendente de Río Negro, Omar Lafluf, agradeció la labor de toda la delegación uruguaya, de los diversos ministerios y organismos que representaron al país en la Corte Internacional de Justicia, que brindaron el soporte técnico para que los juristas puedan llevar adelante una defensa como la que se efectuó.
Afirmó que Uruguay tomó todas las medidas preventivas necesarias para evitar efectos nocivos al medio ambiente y que se trabajó con técnicos capaces de instrumentar todas las medidas necesarias garantizar el buen desarrollo de Botnia, la cual se configura como la mayor inversión del país con capitales privados.
El Intendente recordó sostuvo que el departamento de Río Negro se vio afectado por este tema, dado que desde hace tres años los principales puentes que unen al país con Argentina están bloqueados, en una clara violación al Tratado del MERCOSUR que exige el libre tránsito de bienes, personas y servicios. Al mismo tiempo, sostuvo que en esos tres años no hubo acciones de enfrentamiento o agravio hacia el pueblo argentino.
Por su parte, Paul Reichler -miembro del colegio de abogados del Tribunal Supremo de Estados Unidos y director del bufete Floe|y, Hoag & Elío de Boston- visitó nuestro país con el fin de conocer las instalaciones de la planta de Botnia, así como también a sus trabajadores, para continuar recabando datos para la defensa del país en La Haya.
Informó que el caso está totalmente presentado ante la Corte y que el equipo uruguayo tiene grandes esperanzas y optimismo por la defensa realizada. Sin embargo, comentó que no se puede afirmar cuál será el fallo de la Corte, ni cuándo será emitido. “Ahora es preferible que ambos países esperen con tranquilidad y paciencia el fallo de la Corte” explicó y afirmó que el debate entre Argentina y Uruguay se desarrolló en el lugar apropiado, que fue precisamente la Corte Internacional de Justicia, donde un grupo de juristas destacados y neutrales, trataran el tema con objetividad, independientemente del interés de una u otra nación. Agregó que ambos países declararon y se comprometieron a acatar el fallo de la Corte, sea cual sea, y cumplir con la sentencia estipulada. La única manera de resolver el debate y poner fin al conflicto entre Uruguay y Argentina es dejarlo en manos de un tercero, independiente y neutral, recordando que fue Argentina la que decidió llevar el caso a La Haya. Uruguay aceptó y nunca planteó objeciones a la jurisdicción de la Corte, así como tampoco objetó la decisión de Argentina.
“El debate culminó y ahora es el momento para buscar la forma de reparar la brecha entre los países”, enfatizó el jurista.
Por otra parte, manifestó que Uruguay demostró claramente que no hubo violación del Tratado del Río Uruguay y que ambos países habían acordado los procesos de observación, consideración, consultas y negociaciones sobre las dos plantas de celulosa, así como también que cada país cumplió sus acuerdos en cuanto a la consulta, intercambio de información y la negociación. “Desafortunadamente no fue posible llegar a un acuerdo sobre si la planta de Botnia debía o no construirse”, recordó.
En cuanto a los alegatos sobre la contaminación por parte de la planta, Argentina hizo un gran esfuerzo, invirtió importantes recursos, llevó profesionales y “cumplió con su deber a su propio pueblo de hacer todo el esfuerzo posible para sustentar sus alegatos”, sostuvo Reichler. “Sin embargo, yo creo que a pesar del esfuerzo profesional que hizo Argentina, no existe ninguna prueba que haya habido alguna contaminación del río por parte de la planta” sentenció. Afirmó también que la calidad del agua no fue afectada -que es a lo que el Estatuto del Río Uruguay se refiere-. “Las pruebas son contundentes en que no hay efectos nocivos en la calidad del agua a causa de las operaciones de la planta de Botnia”.
En tal sentido, aseguró que la opinión de expertos independientes determinaron con informes técnicos claros, contundentes y conclusiones enfáticas sobre la no contaminación del río Uruguay por parte de la planta de celulosa. Estos profesionales canadienses son contratados por la Corporación Financiera Internacional del BID, que cuenta con estándares ambientales sumamente elevados y que son los más estrictos del mundo en materia de preservación del medio ambiente. Estos expertos no solamente examinaron los impactos sobre el agua, sino también sobre el aire, determinando que no fueron afectados por el funcionamiento de Botnia.
En otro orden, Reichler afirmó que Uruguay hizo constar ante la Corte los daños causados por los cortes de rutas, afectando la economía del país, al pueblo uruguayo y también a aquellos argentinos que tampoco pudieron cruzar el puente. Asimismo recordó que se puso énfasis sobre estas acciones ilegales desde el punto de vista del derecho internacional, lo cual fue condenado unánimemente por el tribunal de arbitraje del MERCOSUR hace unos años. “Esto es algo que inevitablemente agrava la disputa entre las partes. Pero ahora no se necesitan más elementos que agraven la disputa, ya que es necesario enfocarse al fallo de la Corte”, reiteró.
En tal sentido, enfatizó que es importante que ahora los países se dediquen a restaurar las relaciones entre los pueblos hermanos. “Todos debemos pensar en cómo mejorar las relaciones, y los boicots o cortes de ruta no ayudan, solamente causan más daños, más rencores. No es el momento ahora, mejor esperar con tranquilidad la decisión de la Corte”, señaló.
En relación al fallo, Reichler dijo que el objetivo de la Corte es llegar a una sentencia justa, equitativa, conforme a los principios fundamentales del derecho internacional. El grado de interés y la atención especial que la Corte puso en este caso, da cuenta de la importancia del tema y la seriedad a la hora de definir un fallo y una sentencia equitativa. En tal sentido, la Corte puede indicar a las dos partes que busquen cómo mejorar, profundizar y extender su cooperación bilateral en la protección del Río Uruguay. Ante La Haya, Uruguay expresó su voluntad de trabajar conjuntamente con Argentina, si es que ésta acepta hacer un monitoreo conjunto, así como también futuros proyectos para proteger aún más el medio ambiente.
“Estoy convencido de que los dos países cumplirán con el fallo de la Corte y se espera que Uruguay salga favorecido con la sentencia, lo que no implica que Argentina salga afectado, sino con un veredicto el cual estipule si hubo violación o no del Tratado del Río Uruguay. En tal caso, Argentina habrá cumplido con su deber ante su pueblo de presentar el caso ante esta Corte Internacional”, resaltó el abogado, quien agregó que en esta instancia ganar o perder es menos relevante que el hecho de poner un final equitativo y justo a la controversia entre los países para reconstruir las relaciones normales”.
Respecto al cumplimiento de los fallos, aseguró que en el 95% de los casos, los estados cumplen con las sentencias voluntariamente, porque si las partes no cumpliesen con la sentencia, las disputas se agravarían aún más y los países podrían afectar su imagen frente a la comunidad internacional.
El hecho de llevar un caso ante la Corte Internacional de La Haya implica un interés en dar una resolución pacífica a un conflicto y de acuerdo a las normas del derecho internacional. Desde ese momento, la parte que presenta su caso acepta la posibilidad de no ganar el proceso jurídico. “Un estado es respetado por haber cumplido con la ley, y el hecho que acepte un resultado desfavorable, es prueba indiscutible de su compromiso con la ley. Aumenta la imagen del país”.
En relación a una posible solicitud de relocalización de la planta, Reichler dijo que para que la Corte contemple una medida tan drástica, tendría que concluir en base de las pruebas que existe un daño irreversible al río y que no hay medidas colectivas posibles que permitan la operación de la planta sin causar daño ecológico. El jurista considera que no existen pruebas para justificar que la planta causa daño al río, por lo que pensar en sanciones tan drásticas no es lógico.
En relación a los cortes de ruta, informó que este hecho no fue presentado como demanda de Uruguay ante la Corte. Sobre este tema, no se aventuró a anticipar ninguna ordenanza de la Corte al respecto, sin embargo, precisó que posiblemente se haga alguna mención del tema en el momento del fallo.
En su opinión personal, esta cuestión se tiene que resolver entre los dos estados y que, luego de que se resuelva la disputa principal, se podrán solucionar los otros temas.
Reichler, sostuvo que confía en que Argentina va a cumplir con todas las obligaciones del veredicto de la Corte. Asimismo, indicó que luego de conocido el dictamen por Argentina y Uruguay, existirá menos tensión para solucionar sus conflictos provocados por esta disputa. En su experiencia en este tipo de querellas, informó que la Corte de La Haya, generalmente da a conocer su decisión en un mínimo de cuatro meses a un máximo de ocho meses luego del cierre de la Audiencia Oral. En este sentido, dijo que calcula que el fallo estará pronto principios de febrero. Comentó que cree que es un plazo muy breve para fallar en este caso de tanta complejidad. Para el letrado, sería mejor que pasaran ocho meses para finalmente se dé el veredicto. Finalmente, informó que no se reunió con el Presidente Vázquez, pero sí lo hizo con el equipo original que formaba parte del equipo legal de Uruguay.