sábado, 27 de octubre de 2012

Uruguay devuelve a Artigas al corazón de Montevideo

Por Pablo Fernández


Los restos del héroe nacional fueron trasladados desde el Parlamento hasta un mausoleo emplazado en la plaza principal, de donde habían sido sacados hace un año
Crédito foto: AP


La urna que contiene los restos de José Gervasio Artigas -sacada del mausoleo en septiembre de 2011 para obras de restauración-- fue llevada en una cureña, una suerte de carreta para transportar cañones tirada por seis caballos, desde el edificio del Congreso hasta la plaza Independencia, un recorrido de unos tres kilómetros.

La cureña era custodiada por soldados "blandengues", regimiento al que perteneciera Artigas en su juventud, y por una guardia de decenas de sindicalistas vestidos de rojo que rodearon el cortejo y no permitían que el público o los cronistas se acercaran.

Tras la cureña, los "blandengues" y los sindicalistas, unas mil personas --en su mayoría estudiantes-- formaban la procesión a la cual sobre el final se unió Mujica.

"Vinimos con mis compañeros de clase y una profesora", contó José Larramendi, de 13 años. "Me pareció divertido venir a ver el espectáculo, los caballos, la urna, todo", agregó. Como muchos de sus compañeros, el joven portaba una pequeña bandera de Artigas, azul, roja y blanca, distribuida por funcionarios.

"Considero que no hemos sido tan justos como debiéramos con Artigas, no lo hemos valorado como se merecía", dijo por su parte Alba Campos, una señora de unos 70 años que miraba pasar la procesión con su perro.

Una vez en la plaza central, el historiador y antropólogo Daniel Vidart fue el único orador. Artigas "fue uno de los grandes constructores americanos", destacó. Se trató de "un gran traicionado por sus contemporáneos" que ha sido muy "reivindicado por los uruguayos en estos últimos años".

Mujica, que no habló en la ceremonia, fue el primero en entrar al mausoleo reinaugurado. "Quedó precioso", dijo.

Los restos volvieron así a su ubicación permanente: un mausoleo de cemento y mármol inaugurado en 1977 por la dictadura militar (1973-1985) en la plaza principal de Montevideo, al pie de una enorme estatua ecuestre del héroe.

Artigas, el mausoleo y la plaza eran objeto de controversia desde que en junio de 2009 el entonces presidente Tabaré Vázquez, correligionario del actual presidente Mujica, decidió trasladar los restos para sacarlos "del frío mármol".

A propuesta del gobierno el Parlamento votó una ley para permitir el cambio de lugar de los restos del héroe nacional (1764-1850).

Sin embargo, la medida desató fuerte controversia política y mediática. Un mes después del anuncio, más de un centenar de jinetes con atavío tradicional y portando banderas cabalgó hasta la plaza Independencia para manifestar su desacuerdo.

Ante la polémica generada por su anuncio, Vázquez dio marcha atrás y declaró que se suspendía el traslado de los restos y que, en cambio, se haría una refacción del mausoleo.

Artigas, nacido en una familia acomodada que fue de las primeras en poblar Montevideo, fue líder en las luchas independentistas contra españoles y portugueses a principios del siglo XIX. Los libros de historia lo describen como un hombre acostumbrado a las tareas rurales, con capacidad de liderazgo sobre los "gauchos", hombres de a caballo que vivían más o menos anárquicamente en la región.

Luchaba para liberar Buenos Aires y Montevideo de los imperios europeos, pero su intento de unificar las provincias de la región fracasó y Artigas pasó sus últimos añosexiliado en Paraguay, donde murió.

Recientemente Mujica se refirió a Artigas y lo vinculó a la necesaria integración latinoamericana en un discurso en La Plata, Argentina, donde valoró el papel de Artigas en la fundación de ambos países. "No es que seamos hermanos: nacimos de una misma placenta", enfatizó Mujica.

"Artigas es el más moderno de los libertadores" porque "es el fundador en esta parte del mundo del sentido de confederación", afirmó.

Para el analista e historiador Gerardo Caetano, "la historiografía mostró a un Artigas triunfante, cuando en realidad fue derrotado en todos sus grandes objetivos".

"Artigas no era uruguayo, pero con los años el país construyó un Artigas uruguayo", afirmó en diversas mesas redondas con motivo del bicentenario de la independencia, conmemorado formalmente en 2011 por el gobierno. Artigas "no hubiese querido un monumento en la Plaza Independencia", sostuvo.

El arquitecto Alberto Valenti, miembro de la Comisión de Espacios Patrimoniales del Gobierno de la ciudad, dijo que "la Plaza Independencia como está, incluyendo el Mausoleo, está fuera de época, pero la única solución sería un cambio que implicara todo el sentido del lugar".

Como eso no es posible, porque el sólo intento de modificar las cosas genera enorme controversia, "en las condiciones actuales está bien llevar de nuevo los restos a su lugar actual, porque si no se perdería todo su sentido", agregó.