Las perspectivas se refieren a la evaluación soberana en moneda extranjera y local. La calificadora destacó la "todavía elevada deuda gubernamental"
Standard & Poor's Ratings Services afirmó sus calificaciones soberanas de riesgo crediticio en moneda local y extranjera de 'BB-' de la República Oriental de Uruguay.
También afirmó las calificaciones soberanas de corto plazo de ‘B’. Al mismo tiempo, Standard & Poor’s confirmó la calificación de riesgo de recupero de ‘2’ de Uruguay, mientras que la evaluación de transferencia y convertibilidad se mantiene en ‘BB+’. De esta forma, la perspectiva es estable para el país vecino.
De acuerdo con la firma, la trayectoria de prudente manejo macroeconómico, que recientemente fue puesta a prueba por la severa crisis mundial financiera y económica, y las mejoras en el panorama económico de mediano plazo, continúan limitados al nivel de calificación actual por la todavía elevada deuda gubernamental, el elevado nivel de dolarización y la vulnerabilidad del país ante acontecimientos en la región.
Por otra parte, la calificadora espera una transición sin problemas a la nueva administración, que se elegirá en octubre de 2009, dado el sólido marco de instituciones políticas de Uruguay.
Además, espera que el Gobierno continúe con su trayectoria de políticas económicas prudentes después de la elección, independientemente del resultado. Aunque en el proceso electoral seguramente aumentará el debate sobre temas macroeconómicos, agregó Standard & Poor’s, las calificaciones de Uruguay asumen un nivel relativamente sólido de consenso sobre las restricciones macroeconómicas, así como sobre el papel clave que tendrá la inversión privada para mejorar las perspectivas económicas de mediano plazo del país.
Las políticas recientes redujeron significativamente el nivel de la deuda del Gobierno general a un estimado de 45% del PBI -en términos netos de acuerdo a la metodología de Standard & Poor’s-.
Se espera que para el cierre de 2009 -respecto del nivel de alrededor de 100% en 2003-, hayan mejorado el perfil de amortización de deuda del Gobierno mediante el pre-financiamiento de la mayoría de sus necesidades para los próximos 18 meses. También se fortalecieron el sistema bancario, y permitió una reducción de la deuda externa neta de Uruguay tras el fuerte proceso de acumulación de reservas internacionales.