jueves, 17 de septiembre de 2009

La intención explícita



Es imposible oponerse conceptualmente al derecho que tenemos quienes vivimos en el exterior a ejercer el derecho a voto particularmente en el caso de Uruguay y en un mundo donde más de 200 millones de personas no viven en sus patrias, las que les entregaron sus valores culturales, sociales, cívicos, políticos y por tanto con quienes tienen identidades construidas muy fuertes.

Vivimos en el siglo XXI. Hay Foros internacionales sobre ciudadanía extraterritorial, hay decisiones gubernamentales sobre el tema, Uruguay fue sede de Conferencias gubernamentales multilaterales sobre Migraciones.

Realidades tan particulares como el caso uruguayo, un país de 3 millones y medio de habitantes viviendo en su territorio y 600 000 en el exterior que no puede privarse, no ya por derechos humanos integrales, sino por demografía del aporte de sus compatriotas viviendo lejos.

Pero evidentemente algunos políticos de intereses cortos y mezquinos como el diputado Jorge Gandini les preocupa mas la elección que el futuro, más el partido que el país, más su cargo y su futuro que el de 600 000 uruguayos peregrinos.

Lo decimos con profunda preocupación, el desvirtuar "la justa lucha por el voto epistolar" en la que la ciudadanía va a expresarse en octubre sembrando "rumores" sobre el financiamiento por "hermandades ideológicas" y una “intención oculta" de perpetuarse en el poder de la actual administración o vincular a esta fuerza a partidos de otros países con los que se tiene buenas relaciones como país. Es por decir lo menos generar una política para confundir el electorado poniendo en el centro de la discusión el miedo, la duda, la confusión.

En sus declaraciones, lo único que queda claro es la voluntad de exclusión, con un supuesto que es que quienes están en el exterior beneficiarían más a una fuerza que no es la de su partido. Este supuesto además de no ser ratificado por ningún estudio, supone que los derechos de los migrantes de cualquier país estarían condicionados por razones políticas coyunturales e intereses partidarios. Lo expresado por el diputado Gandini es sumamente peligroso.

Basta ver toda la experiencia internacional sobre el voto en el exterior para comprender lo que representa. Las democracias más desarrolladas lo tienen desde hace años y seguramente si hubieran hecho los cálculos mezquinos que vemos en Gandini, aun estarían discutiendo su conveniencia o no.

Para nuestro caso, en Chile somos los propios compatriotas quienes financiamos nuestros viajes a votar, pusimos un bus que pagamos entre todos quienes no tienen otra posibilidad de viajar y no le preguntamos a nadie quien va a votar. Es un parche y lo sabemos, porque para ejercer nuestro derecho tenemos que tener plata para viajar y eso no nos gusta y queremos que haya voto epistolar.

Peor es el argumento de Gandini, y por tanto del partido que representa sobre el peligro de los plebiscitos y sobre la democracia directa que significa esta instancia, considerándolos contrarios a la soberanía popular. Aquí se plasma la voluntad de confundir al electorado.

Los plebiscitos son no solo necesarios sino una expresión democrática que permite al electorado dar su opinión sobre los temas de políticas públicas que les afectan, evitando que sus autoridades abrogándose su representatividad actúen contra sus propios intereses. Uruguay le debe mucho a este mecanismo democrático que ha sido parte del reconocimiento internacional de la calidad de nuestra democracia.
Las objeciones que plantea el Partido Nacional en estos días tienen un denominador común que es profundamente autoritario, pretende limitar los derechos tanto al voto como a la posibilidad de plebiscitar temas importantes, más que buscar extender los derechos y buscar las formas que la voluntad de todos los uruguayos se exprese claramente y aporte a los gobernantes sus decisiones cuando lo consideren necesario.
Parece que le molesta al Partido Nacional que la gente opine, pida cuentas y sobre todo condicione el accionar de sus gobernantes cuando éstos toman caminos que no son los que ofrecieron al electorado.

Por eso los plebiscitos son necesarios y por eso la opinión cada vez más extensa de todos, de absolutamente todos los uruguayos es una necesidad vital del país.

Directorio del Consejo Consultivo de Uruguayos en Chile