domingo, 10 de mayo de 2009

Uruguay: Idea Vilariño: una foto en blanco y negro


Por: Cristina Canoura


sábado 9 de mayo de 2009, actualizado Mayo 9, 2009


Montevideo, mayo (SEMlac).- "Vestida de negro, con un aire de desamparo, pero también desafiante y seductora; sus ojos rasgados y la mirada triste y a la vez penetrante, los pómulos que recortan con más precisión el anguloso rostro, hermosa en su misterio de mujer solitaria, así se la ve en una foto tantas veces reproducida, que la compone casi de cuerpo entero en medio de un patio parisino, foto que ha transportado, junto a su poesía, su historia y su leyenda".
Esta descripción de Idea Vilariño, una de las mayores voces de la poesía uruguaya, fallecida a los 89 años en la madrugada del martes 28 de abril, fue hecha por Wilfredo Penco, presidente de la Academia Nacional de Letras, para el libro sobre esta poeta, La vida escrita, editado en 2007.

Por pocas horas y casi en la intimidad, su cuerpo fue velado en la entrada de la Universidad de la República y su féretro fue sacado a pulso, y bajo los aplausos de la gente presente, por el rector Rodrigo Arocena y la ministra de Educación y Cultura, María Simón.

Escasas son las imágenes que captan su sonrisa recatada y tímida: una, subida a un caballo, a los 16 años, u otra caminando por la playa, ya bordeando los 40, junto a uno de los tantos perros que tuvo a lo largo de su vida.

"Allá lejos, por los mares/ donde hay peces de colores,/ donde pescan pescadores/ que se encantan de pescar/ vive una virgen serrana/ que a veces, por la mañana,/ canta canciones del mar", escribió Idea, antes de ir a la escuela y cuando apenas sabía escribir.

Hija de Leandro Vilariño y Josefina Romani, un anarquista y una católica, Idea nació el 18 de agosto de 1920.

Solitaria, reacia a las entrevistas, muy amada y leal amante, tuvo una breve y profunda relación con Juan Carlos Onetti. A él le dedicó, en 1957, Poemas de Amor, la obra que la hizo conocida en el mundo entero. Sin embargo, su primer libro, La suplicante, ya había sido publicado en 1945.

"Ya no será / ya no / no viviremos juntos / no criaré a tu hijo / no coseré tu ropa / no te tendré de noche / no te besaré al irme. / Nunca sabrás quién fui / por qué me amaron otros. / No llegaré a saber por qué / ni cómo nunca ni si era de verdad / lo que dijiste que era / ni quién fuiste / ni qué fui para ti / ni cómo hubiera sido / vivir juntos / querernos / esperarnos / estar. / Ya no soy más que yo / para siempre y tú ya / no serás para mí / más que tú. / Ya no estás / en un día futuro / no sabré adónde vives / con quién / ni si te acuerdas. / No me abrazarás nunca / como esa noche / nunca. / No volveré a tocarte. / No te veré morir", le escribió a Onetti en su poema "Ya no".

Su entrega a la poesía la amalgamó con la docencia, la crítica literaria, la traducción -en especial de la obra de William Shakespeare- y el amor por la música.

Junto con sus hermanos y hermanas -Alma, Poema, Azul y Numen- aprendió el piano (aunque luego se inclinó por el violín) y letras suyas forman parte del cancionero popular autóctono, a través de las voces de Alfredo Zitarrosa ("La canción"), Daniel Viglietti ("A una paloma") o del dúo "Los Olimareños" ("Los orientales").

En épocas en que los viajes transcontinentales se hacían en grandes transatlánticos y en que la gente amiga se trataba de "usted", Idea mantuvo una fluida correspondencia y amistad con el poeta español Juan Ramón Jiménez.

A mediados de la década de los sesenta, viajó a Cuba para formar parte del jurado del Premio Casa de las Américas.

En una de las pocas entrevistas concedidas, Mario Benedetti le preguntó si la crítica de sus poemas alguna vez le había servido de algo y si ella se reconocía en lo que los críticos entendían o creían entender de su obra.

A esto respondió: "Así como me importa mucho el juicio moral sobre mi conducta política, gremial, etcétera, nunca me importó lo que se dijera sobre lo que escribo. Ni nunca me sirvió de nada".

En 2001, la escritora mexicana Elena Poniatowska, galardonada con el Premio Alfaguara, estuvo en Montevideo y pidió visitarla.

Le preguntó: "¿Qué es para ti la poesía?"
"No sé cómo decirte qué es la poesía para mí. Es una forma de ser, de mi ser. Todo lo demás de mi vida son accidentes. Pude ser profesora o no. Sola o no. Música o no. Traductora de Shakespeare o no. Estudiosa de la prosodia o no. Todas las cosas que amé y que realicé en la medida que pude. La poesía no fue accidental. Mi poesía soy yo", respondió con sencillez.

Asmática toda su vida, Idea compartió esta enfermedad con Mario Benedetti, integrante como ella de la pujante y señera "Generación del 45", que marcó un hito en las letras del Uruguay.

Juntos transitaron una postura de izquierda, antiimperialista, firme opositora a las intervenciones norteamericanas en Centroamérica, a favor de la revolución cubana y del Frente Amplio en Uruguay.

Curiosamente, con horas de diferencia, Idea Vilariño y Benedetti fueron internados por problemas de salud en dos sanatorios cercanos. Idea no resistió la cirugía para salvarla de una oclusión intestinal. Benedetti sigue peleando por la vida.

El semanario Brecha, al que Idea renunció en 1993 por desavenencias sobre la manera de tratar los temas de Cuba, realizó una bellísima y conmovedora separata sobre la poeta fallecida.

En ella, la escritora y crítica literaria Ana Inés Larre Borges, amiga personal de Idea y coordinadora del libro La vida escrita, incluye un peculiar instructivo escrito a mano, con dry pen negro en una hoja de papel cuadriculado, donde Idea dejó expresa su última voluntad: "Nada de cruces. En avisos (fúnebres) solo el nombre Idea Vilariño. No morí en la paz de ningún señor, etc".

fuente: ROTATIVO de Querétaro http://rotativo.com.mx/nacionales/uruguay_idea_vilarino_una_foto_en_blanco_y_negro/554,33,13987,html