Estudio encuestó a jóvenes profesionales
Un estudio de la Facultad de Medicina realizado entre los residentes médicos determinó que el 69% de ellos percibieron situaciones de violencia en su labor diaria, sobre todo provenientes de los familiares de los pacientes. La más frecuente es la agresión psicológica y la que menos sucede es la física.
La investigación “Trabajadores médicos jóvenes: violencia en el ejercicio de la residencia” será publicada en la próxima edición de la Revista Médica del Uruguay. Fue realizada por un equipo multidisciplinario de médicos expertos en salud ocupacional y sociólogos. El resultado arrojó que el 69% de los 446 residentes consultados “perciben situaciones de violencia. Las más frecuentes fueron la violencia psicológica, 89%, por privación (de descanso, sobrecarga de trabajo, entre otros) 51,9% y la física 7,1%”, indica el estudio.
De la investigación participó el 76% de la población total de residentes médicos, de la que el 70% son mujeres. “La tasa de violencia en el sexo femenino es de 71% (223), mientras que en el masculino es de 64,4% (85)”, indica el estudio.
“Un tercio del total de los médicos en el último año durante la tarea de residencia han presentado mensualmente por lo menos una situación de violencia. Los agresores han sido familiares de pacientes, compañeros y pacientes, en ese orden”, indican.
La residencia médica es uno de los sistemas de capacitación para formar médicos especialistas en Uruguay. Es un programa implementado por la Facultad de Medicina y el Ministerio de Salud Pública (MSP). Los recién egresados, bajo la orientación y supervisión de personal superior, cumplen la formación de especialistas a los efectos de obtener el título respectivo. En este marco, constituye una de las primeras experiencias profesionales en un centro asistencial y se accede a dichos cargos por concurso de oposición y méritos.
Las situaciones de violencia son de variado tipo, la primera se relaciona a las agresiones verbales “vinculadas a situaciones críticas”, generalmente de parte de familiares que se descargan “con el residente diciendo que era insensible, que no sabía nada, que lo iba a denunciar y otros insultos más agresivos e irrespetuosos, entre otras situaciones similares.
Otro punto se relaciona a la imagen del colectivo en torno al médico: “Continuamente hay discusiones con familiares y pacientes, insultan, ya que las personas han cambiado su actitud hacia el médico, son más demandantes y más agresivas verbalmente. Hay en general una imagen negativa hacia la seguridad que brinda el médico por parte de la población”.
Además, los residentes se refieren a la “violencia generada en demandas que exceden las posibilidades del médico o del equipo de salud” por demoras o falta de soluciones rápidas. También denuncian la sobrecarga laboral ya que no se les tiene consideración por el trabajo realizado, ni el elevado número de tareas a cumplir. “Falta de respeto por otros compañeros. Obligación de realizar actividades (guardias) sin ningún tipo de apoyo (guardia de retén) a pesar de que no sea obligatorio”.
A esto se le agrega los “insultos de los jefes en forma violenta frente a los demás compañeros, en la coordinación, por situaciones banales”.
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