domingo, 21 de noviembre de 2010

Uruguay, caballo de batalla contra el calentamiento global


Mientras siguen estancadas las negociaciones para la reducción de emisiones de gases contaminantes y se suceden las cumbres buscando una solución para enfrentar el cambio climático, Uruguay apunta a convertirse en un “observatorio internacional”


Sábado 20 de noviembre de 2010

Carlos Castillo/DPA | El Universal

MONTEVIDEO.— Mientras siguen estancadas las negociaciones para la reducción de emisiones de gases contaminantes y se suceden las cumbres buscando una solución para enfrentar el cambio climático, Uruguay apunta a convertirse en un “observatorio internacional”.

La iniciativa es impulsada por el Instituto Internacional sobre Clima y Sociedad, IRI, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, a través de Walter Baethgen, director para América Latina y el Caribe.

El experto considera que el pequeño país sudamericano ofrece ciertas ventajas para ser tomado en cuenta y exhibir sus avances como ejemplo para otras naciones que sufren iguales o peores problemas.

Uruguay ha conseguido cierta estabilidad de su sistema político y económico, tiene apenas 180 mil kilómetros cuadrados, un sector académico fuerte y prestigioso, y existe una preocupación central del gobierno por estos temas. Los ministerios de Relaciones Exteriores, Industria y Energía, Medio Ambiente y de Ganadería, Agricultura y Pesca, coordinan acciones que abarcan un amplio espectro y que incluyen desde el aprovechamiento de residuos agropecuarios hasta la búsqueda de fuentes alternativas de energía.

Debido a la condición de país esencialmente agropecuario, hay una gran preocupación por atender a ese sector y, en este contexto, una primera etapa de este proyecto apunta a reforzar la inversión en tecnología, instalando sistemas de riego, generadores de biogás a partir de residuos en la producción lechera y estímulo a fuentes alternativas de energía. También se alienta la radicación en el campo de los pequeños y medianos agricultores, los más vulnerables ante el impacto ambiental y, por lo tanto, más proclives a emigrar hacia las grandes ciudades.

Energía, un factor clave

La energía está en el centro de estas preocupaciones. De una dependencia casi total con la generación hidroeléctrica y, por lo tanto, con el petróleo, Uruguay se ha ido diversificando y se encamina a ser una nueva matriz con energía eólica, de residuos agrícolas y hasta evalúa la posibilidad de desarrollar la energía nuclear.

Durante una visita a Uruguay, Baethgen reforzó sus argumentos en favor de convertir a Uruguay en un “observatorio” por ser un país pequeño, de clima estable, sin grandes fenómenos naturales, aunque desde hace algunos años empezó a notarse un aumento de las lluvias en la primavera y el verano austral (septiembre a marzo) y grandes tormentas y lluvias importantes.

Igual que en el resto del planeta, en este país empieza a ser común que se produzcan, cada vez con más frecuencia, grandes sequías por prolongados periodos sin lluvia, con un fuerte impacto en la actividad agropecuaria, de donde salen los principales alimentos para la humanidad.

“La evidencia científica en distintos países coincide en que una de las cosas que podemos esperar en el futuro es que eventos extremos y dañinos como las sequías, inundaciones y huracanes sean más frecuentes” advirtió el experto de la Universidad de Columbia.

Criticó el hecho que “generalmente se plantean escenarios a largo plazo”, lo que provoca incertidumbre entre los políticos encargados de tomar decisiones. Y la incertudmbre, advirtió, “paraliza” la acción. Durante la Tercera Cumbre Mundial de Regiones sobre Cambio Climático, realizada entre el 20 y el 22 de abril pasados en Uruguay, el presidente del país, José Mujica, advirtió que “el problema no es sólo el cambio climático como consecuencia de la acción del hombre”; según él, “en el fondo, y más allá del diagnóstico científico, el deber de la alta política es tratar de encauzar al mundo hacia una racionalidad que nos permita salvarlo” de lo que de otro modo será una catástrofe, y una irremediable.

“El mundo nos dice: mira, que no va más; así no. Y todos sabemos, pero parece que vamos a una especie de holocausto colectivo”, reafirmó.

“Habrá que convencer a las grandes masas que acceden a la fiesta pero ya no hay más sandwiches para repartir. Tendrán que convencer que no vale entubar pompas de jabón adentro de un estuche para que los varones no tengan el trabajo de agitar la brocha. Hay un montón de frivolidades que pueden quedar por el camino y que no son sustantivas para la felicidad humana”, dijo el veterano político uruguayo.

Todos saben que la variabilidad climática, de un año a otro, seguirá aumentando y ese rincón de Sudamérica, enclavado entre dos grandes potencias, como lo son Brasil y Argentina, es el que busca convertirse en un ejemplo para el resto del mundo, con una apelación a la ciencia, la política, la filosofía y hasta la poesía para que se unan y contribuyan a darle un contenido y destino a la existencia humana.

“Lo que está en juego es la perdurabilidad de la vida humana en la Tierra. El hombre no tiene fuerzas para eliminar la vida... pero puede hacer barbaridades capaces de eliminar su propia vida como especie. Eso empieza a estar en nuestras manos”, dijo Mujica.


Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/internacional/70607.html