El 1º de noviembre de 2010 la Suprema Corte de Justicia, órgano máximo y supremo del Poder Judicial, falla por 2º vez, y por unanimidad de los cinco Ministros, declarando inconstitucionales e inaplicables los artículos 1º, 3º y 4º de la Ley de Caducidad para 19 homicidios políticos incluidos todos en la causa “Organizaciones de Derechos Humanos” contra Juan María Bordaberry.
La Ley de Impunidad se debió haber anulado por mayoría absoluta en el primer gobierno de izquierda, sin plebiscitarla, ya que es inconstitucional desde su nacimiento.
A pesar de ello el Poder Ejecutivo sigue dando vueltas para no eliminarla, ya no por convicción, ni siquiera por la presión que ejercen los organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En la Cámara baja (Diputados) se votó con 50 votos a favor del oficialismo contra 30 votos en contra de la oposición.
En la Cámara alta (Senadores) se suspendió momentáneamente ya que dentro del oficialismo hay votos en contra de: J. Saravia, N. Novoa, E. Huidobro, Baraibar y Couriel.
Se necesitarían todos los votos para modificar el texto interpretativo de la Ley de Caducidad y así poder separar el Poder Ejecutivo del Poder Judicial (como debe ser) y la justicia no tendría impedimentos para investigar todos los casos a presentar en el futuro como los que están en curso y los ya archivados.
La Suprema Corte de Justicia declaró a la Ley inconstitucional por 1a vez en el caso de:
Nibia Sabalsagaray: Tenía 24 años cuando fue asesinada en menos de 24 horas, mediante torturas, el 29 de julio del año 1974. Era una brillante estudiante y ejercía su profesorado en literatura y militante de la UJC. La llevaron al Batallón de Ingenieros y Servicio de Trasmisiones Nº 5. Su cuerpo despojado de vida, fue entregado a su familia con la orden de no abrir el cajón y diciendo “que se suicidó”. A pesar de eso, la autopsia comprobó su cuerpo lacerado por las torturas.
Ahora falló para los casos de:
Nuble Yic: Tenía 47 años y 4 hijas, estaba convaleciente de un infarto cardíaco cuando es detenido en su domicilio. Murió el 15 de marzo de 1976, en el Batallón 2º y 3º de Infantería, de un paro cardíaco a causa de las torturas recibidas durante 5 meses. Era obrero del gremio de la carne y activo militante sindical y político. Su cuerpo fue entregado con prohibición de abrir el cajón. A pesar de ello, familiares y amigos lo hicieron constatando la saña marcada a fuego en su cuerpo, le faltaban las uñas y tenía fractura de clavículas entre otras marcas visibles. El sepelio se realizó con fuerte custodia militar.
Ivo Fernández: Tenía 42 años cuando muere a causa de las torturas el 21 de enero de 1976 en el Batallón de Infantería Nº 8 de Paysandú. Era empleado portuario, militante político y sindical. Fue entregado a su familia en un ataúd lacrado y con orden de no abrirlo. Los testigos denunciaron dando los nombres de los militares autores materiales de los hechos.
Eduardo Mondello: Tenía 30 años y 2 hijos cuando fallece el 9 de marzo de 1976 a causa de las torturas que le fueron aplicadas mientras estaba detenido en el Batallón de Ingenieros Nº 4 ubicado en Laguna del Sauce, Maldonado. El cuerpo es entregado a su familia 4 días después de su muerte y enterrado en el Cementerio de Pan de Azúcar con custodia militar.
Hugo Pereyra: Tenía 55 años, era plomero y trabajaba como capataz en el gremio de la construcción en Montevideo. Militante del Frente Amplio. A pesar de sufrir del corazón y de hipertensión es torturado y obligado a bañarse en la mañana con agua fría en pleno invierno. Se desvanece en el baño y muere el 28 de agosto de 1977 camino al Hospital Militar a un año y medio de su detención.
Walter Arteche: Tenía 28 años y pertenecía al MLN-T. Muere en el Batallón “Florida” de Infantería Nº 1 el 19 de agosto de 1973, el mismo día de su detención. Lo fusilaron a quemarropa luego de torturarlo bárbaramente.
Gerardo Alter: Tenía 27 años, era estudiante de Arquitectura (Universidad de La Plata) Militante del MLN-T en Uruguay y del PRT / ERP en Argentina. Muere el 19 de agosto de 1973, en el Batallón “Florida”, junto a Walter Arteche mientras estaba estaqueado para aplicarle magnetos.
Iván Morales: Con 26 años de edad y 3 hijos, muere a causa de las torturas en el Batallón de Ingenieros Nº 1 el 22 de noviembre de 1974, dos días después de su detención. Depositaron el cuerpo en una empresa fúnebre que fue la encargada de comunicar el fallecimiento a la familia. Cuando entregaron el cuerpo, el rostro de Iván estaba desfigurado por los golpes y su cuello totalmente cortado, había sido brutalmente cosido.
Amelia Lavagna: 55 años de edad y un hijo, profesora de educación física y militante del Frente Amplio. Fallece el 29 de abril de 1975, al día siguiente de su detención, en el Batallón de Ingenieros Nº 4, Laguna del Sauce, Maldonado. Se ha comprobado que su muerte se debió a causa de las torturas que le fueron aplicadas mientras estaba detenida.
Carlos Curuchaga: Edad 65 años, empleado de comercio, militante del FA – PCU. Es detenido en su casa donde se encontraba convaleciente de una hemiplejia cerebral. Fue torturado en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Muere el 26 de setiembre de 1975 a un mes y medio de su detención. La tortura que sufrió le provocó una repetición de la hemiplejia y falleció.
Carlos Argenta: Tenía 63 años y era jubilado de la Administración Nacional de Puertos, militante del PCU y de su sindicato (SUANP) Fallece el 17 de diciembre de 1975 a 8 días de su detención. Es torturado primero en Inteligencia y luego en el Batallón de Infantería Nº 3, sin que se hubiera levantado en ningún momento su incomunicación, murió por efectos de la tortura.
Julián López: 66 años de edad, jubilado del transporte (CUTCSA) y taximetrista. Militante del FA – PCU y de su sindicato UNOT. Es recluido y torturado en Artillería Nº1, “La Paloma”. Fallece allí mismo el 5 de enero de 1976, 5 días después de su detención. Las autoridades entregaron su cadáver dentro de un ataúd cerrado y precintado, que no se permitió abrir. Debió enterrárselo luego de unas breves horas de velatorio, conservando el féretro las vendas con que se lo había precintado.
Pedro Lerena: Tenía 33 años y 2 hijas, funcionario de la Caja Rural y militante del MLN-T. Es detenido en la vía pública y recluido en: Artillería Nº 1 “La Paloma”, Casa de Punta Gorda, Regimiento de Caballería Mecanizada Nº 4 y por último es trasladado al Regimiento Nº 9 de Caballería. Muere el 2 de setiembre de 1975, 4 meses después de su detención. Su cuerpo presentaba quemaduras varias producidas por alquitrán hirviendo, fractura de falanges de las manos, había perdido unos 30 kilos de peso.
Bonifacio Olveira: Edad 56 años y 2 hijos, obrero metalúrgico y militante del PCU y del UNTMRA. Luego de recorrer varios centros clandestinos de detención y torturas, fallece el 17 de febrero de 1976, a 4 meses de su detención, en Artillería Nº 1 “La Paloma.
Humberto Pascaretta: 45 años de edad, 1 hijo, obrero de la fábrica de papel CICSSA y empleado de UTE. Militante de PCU y AUTE. Muere en el lugar de reclusión el 4 de junio de 1977, a un mes de su detención, por “peritonitis”
Silvina Saldaña: Tenía apenas 18 años y era estudiante del Instituto de Profesores Artigas (IPA). Empleada y militante de la UJC y de la FEUU. Es recluida y torturada en varios centros clandestinos de detención y tortura. Un día sus compañeros del Batallón Nº 13 vieron que la vistieron y se la llevaron, luego una compañera la escuchó en el 5º de Artillería. Murió a consecuencia de las torturas el 13 de junio de 1976, cuatro meses después de su detención.
Gilberto Coghlan: Edad 36 años, 2 hijos, obrero ferroviario, militante político y sindical. Es llevado por varios centros de detención y tortura. Estando en el 9º de Caballería sufre un desmayo, pese a que no acude nadie por un tiempo prolongado, es sacado por dos oficiales del barracón. La muerte de Coghlan, el 14 de diciembre de 1973, a 5 meses de su detención, fue consecuencia de las torturas que recibió.
Aldo Perrini: Tenía 34 años y 2 hijos, era vendedor de helados y simpatizante del Frente Amplio. Es recluido en el Batallón de Infantería Nº 4 de Colonia. Muere el 3 de marzo de 1974, un mes y medio después de su detención, a causa de las torturas recibidas.
Están comprendidos en esta causa también: Felipe Fernández y Nicanor Lerena.
Todavía se espera el fallo de la Suprema Corte de Justicia para “Los fusilados de Soca”.
Debo destacar la ética de los Ministros de la SCJ y la dedicación de los abogados Defensores de Derechos Humanos. Pero esto es apenas un avance. Tod@s los uruguay@s debemos de ser concientes y no bajar los brazos en la lucha por la verdad y la justicia. No solamente por todos ellos, si no por las generaciones que vienen. Debemos dejarles un país con democracia plena, un país donde puedan vivir y desarrollarse con garantías y en paz. Tenemos que trabajar para que Nunca Más vuelvan a ocurrir estos horrores.
MARYS YIC 7/11/10