13.08.2010
El alcohol y sus consecuencias son la segunda causa de muerte en Uruguay. Informe del Servicio Informativo de Radio El Espectador.
Entre dependientes y consumidores problemáticos hay en nuestro país 300.000 personas que poseen esta adicción.
Las consecuencias físicas y mentales pueden ser fatales, pero la recuperación existe.
En Alcohólicos Anónimos aseguran que se puede convivir con la enfermedad.
Los jóvenes son visualizados en nuestro país como la franja más preocupante a tratar. Si bien en la mayoría de los casos no son dependientes, comienzan a generar hábitos de consumo que pueden arrastrarse, en algunos casos, desde los ocho años.
Un alcohólico puede definirse como aquella persona que padece unas ganas infrenables de tomar y no puede abstenerse. Esto puede estar vinculado a una posible predisposición genética.
Existen dos tipos de personas que sufren del alcohol. Los dependientes o adictos y quienes poseen consumo problemático.
Los dependientes o adictos son los que toman diariamente, mientras que los que sufren de consumo problemático son los que lo hacen de forma más irregular pero en grandes cantidades, como por ejemplo, los jóvenes.
Una fórmula para averiguar si se está consumiendo una cantidad excesiva de alcohol consiste en multiplicar la cantidad de bebida en mililitros por el número de grados de alcohol y por 0,8, y dividir el resultado entre 100 para conocer los gramos de alcohol de la bebida en cuestión.
Se considera un consumo excesivo diario 40 gramos de alcohol cuando se trata de hombres –debido a su mayor tolerancia al alcohol– y 32 gramos de alcohol en el caso de las mujeres.
En nuestro país, la Cuarta Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media reveló que ocho de cada 10 estudiantes han consumido alcohol alguna vez en su vida, y que 52,7% consume alcohol “habitualmente”, porcentaje que se eleva a 72% al llegar a los 17 años.
El estudio muestra también que uno de cada tres estudiantes ha tenido uno o más episodios de abuso de consumo de alcohol en los últimos quince días.
La mayoría de los jóvenes toman bebidas alcohólicas por motivos que van desde los que lo hacen para sentirse bien y divertirse, para escapar, porque le sgusta el sabor, para disfrutar más las reuniones, para ser parte del grupo o para emborracharse.
El alcohol es la droga que genera más costos de salud en nuestro país y la que está más vinculada a la violencia familiar.
En los adolescentes el problema más importante no es el consumo diario, sino el que tiene lugar los fines de semana, cuando salen pensando que se van a emborrachar. Allí es donde se genera el hábito, según comentaron algunos especialistas a El Espectador.
En Uruguay se ha registrado una feminización del consumo, aunque todavía prevalece en hombres.
Para los hombres, el riesgo general de desarrollar alcoholismo oscila entre un 3% y un 5%, y para las mujeres el riesgo es de un 1%. Las mujeres tienden a volverse alcohólicas más tarde en su vida, a diferencia de los hombres.
Los efectos dañinos del alcoholismo son mucho más variados y graves de lo que a primera vista podemos suponer.
Muchas muertes por accidente, cirrosis, coma alcohólico o suicidio tienen su origen y su causa inmediata en esta enfermedad.
Alguna de las consecuencias que trae consigo el alcoholismo en los hombres está vinculado con la impotencia.
En el caso de las mujeres, aquellas que toman alcohol por muchos años tienen mayor riesgo de tener cáncer de útero.
Enfermedades psiquiátricas, cáncer y muchas otras son muchas veces el resultado de años de beber alcohol.
El consumo de alcohol durante el embarazo puede llevar a que el recién nacido sufra un retardo mental. Es más, la primera causa de retardo mental en el mundo occidental es el consumo de alcohol durante el embarazo.
Cecilia del Aqua, médica-toxicóloga especialista en drogas y asesora de la Secretaría Nacional de Drogas, dijo a El Espectador que el símbolo más claro de abstinencia son los temblores en la mañana.
“Con respecto a los efectos que produce el alcohol a largo plazo, no existe un órgano en el cuerpo humano que no sea afectado por el consumo de alcohol durante muchos años”, dijo del Aqua.
Cuando más precoz es el inicio del consumo, mayor es el riesgo de tener la enfermedad.
Lo que se aconseja es evitar el primer contacto con la sustancia y aplazarlo lo más que se pueda en la edad del adolescente o menor.
El riesgo para el alcoholismo en los hijos de padres alcohólicos es de un 25%.
María Isabel Massonnier, médica psiquiátrica y técnica en drogodependencia, comentó a El Espectador acerca de un caso que se le presentó y la sorprendió. Se trataba de una mujer que toma desde los ocho años de edad.
“Socialmente se sentía horrible, no podía mantener las parejas, no podía mantener los trabajos; se sentía triste, deprimida, solitaria, la familia tenía enormes problemas con ella. Los abuelos eran unos italianos que producían vino y entonces tenían vino almacenado en su casa, de su propia factura, y a los nietos los convidaban con una copita de alcohol en el almuerzo. Pero después de la copita los chiquilines se escapaban y robaban alcohol”, contó Massonnier.
Los adictos suelen tener más de 30 años de edad, ya que la enfermedad como tal lleva años en desarrollarse.
La médica psiquiátrica nos informó que cada vez que una persona “se agarra una borrachera” pierde 100.000 neuronas.
En Uruguay, al igual que en muchas partes del mundo, Alcohólicos Anónimos trabaja con adictos que concurren para intentar abandonar el consumo de alcohol.
En los grupos de Alcohólicos Anónimos es usual la confluencia de personas de diferentes edades y personalidades. En esos grupos conviven las más variadas profesiones. No es raro ver a un arquitecto sentado entre una profesora de francés y un empleado de banco. Aquí en Uruguay, 5.000 personas se atienden en Alcohólicos Anónimos.
Jorge Quintana integra este grupo desde hace ya muchos años. Aclaró que lo que se realiza no es un tratamiento, sino que es un grupo de autoayuda donde la consigna inicial es pasar 24 horas sin tomar una gota de alcohol.
Quintana contó a El Espectador que hay todo tipo de casos, desde los más simples hasta quienes vienen “arrastrándose” hacia los lugares donde se reúnen que suelen ser centros públicos y privados.
Comentó que son la “terminal de lujo”, ya que en otros casos terminan en la cárcel o incluso muertos.
Entre 80% y 90% de las personas tratadas para el alcoholismo sufren recaídas incluso después de años de abstinencia.
Quintana contó que su adicción comenzó a los 13 años. El integrante de Alcohólicos Anónimos dijo que primero se hace por alegría, por una tema social, por un obsequio, y luego comienza la dependencia. Dijo que llega un momento en que la persona no puede divertirse sin tomar alcohol. En su caso perdió su trabajo y su familia.
“La enfermedad es incurable de locura y de muerte. De ese tipo, en la parte de locura, ahí pasa de todo. Pasamos de la euforia total a la agresividad total. Yo hace 30 años que conocía esto y no fui obediente, porque como es un programa sugerido podés tomarlas o no. Después, con el tiempo, hay muchos que encuentran la puerta y hay otros que no la encuentran nunca más. En mi caso, yo he vuelto de la muerte muchas veces por comas etílicos y muchas intoxicaciones por pastillas con alcohol. Yo trabajé 33 años en la salud, estaba medicado y no dejaba de tomar alcohol. No en grandes cantidades y con bebidas con poco alcohol, pero el alcohol estaba presente, entonces ahí tuve todas las consecuencias. Soy de los elegidos que lo puede contar”, dijo Quintana.
Las consecuencias para el entorno del adicto son muy graves. Muchos de los casos de alcoholismo derivan en violencia familiar, agresividad en general y asilamiento.
En nuestro país trabaja la comunidad Al-Anon, una institución no gubernamental, sin fines de lucro, dedicada a asistir al entorno familiar de enfermos de alcoholismo. Fue fundada en 1954 en Nueva York, luego de haber sido un anexo de Alcohólicos Anónimos.
La filial uruguaya comenzó en 1975 y cuenta con centros en todos los departamentos. En las reuniones cuentan sus historias y reciben lineamientos de cómo poder colaborar con la recuperación de sus familiares.
Desde el gobierno se analizan medidas concretas respecto a esta adicción.
El Poder Ejecutivo estudia colocar en las botellas de bebidas alcohólicas mensajes que advierten sobre los riesgos del consumo, como ahora sucede en las cajillas de cigarros.
También se plantea prohibir la venta de alcohol en quioscos, estaciones de servicio, puestos de venta ambulante y locales de videojuegos.
Otra de las medidas que se analiza es aumentar el costo de las bebidas importadas y los productos que se utilizan para la elaboración de las bebidas alcohólicas.
fuente: http://www.espectador.com/1v4_contenido.php?id=189837&sts=1