domingo, 8 de enero de 2012
Un país que se iba
La historiadora Yvette Trochón repasa la crisis del Uruguay a través de la vida del ciudadano común.
Empezó con el silencio del estadio Maracaná cuando Obdulio Varela tomó en sus manos la Copa del Mundo y terminó con ruido de botas avanzando sobre el Palacio Legislativo. En los 23 años que fueron de 1950 a 1973 se vino abajo el país modelo, el "como Uruguay no hay", la tacita de plata montevideana y tantas joyas de la memoria de nuestros mayores.
La bonanza que trajo la Segunda Guerra Mundial creó una edad dorada, que los triunfos del fútbol ayudaban a lustrar, pero que comenzó a desteñirse poco a poco y con mayor velocidad a partir de 1967.
Fueron muchas las causas y los episodios de ese paulatino derrumbe, pero la historiadora Yvette Trochón prefirió mirar los acontecimientos desde la perspectiva de la vida de muchos uruguayos en su libro Escenas de la vida cotidiana. Uruguay 1950-1973. Sombras sobre el país modelo, de reciente lanzamiento por la editorial Banda Oriental.
Por eso, podría decirse que fue el período del colegiado y la reforma constitucional "naranja", de la crisis económica y la violencia política, de Luis Batlle, Benito Nardone, Jorge Pacheco Areco, Wilson Ferreira Aldunate y Líber Seregni, de los tupamaros y de los primeros movimientos militares hacia el poder.
Sin embargo, para el uruguayo medio, en particular el montevideano, fueron los años del nuevo confort electrodoméstico, de los primeros supermercados y las galerías céntricas, de la "Multi" del London París y las compras en cuotas. Claro que también lo fueron de la carestía, la escasez y los apagones.
De aquel tiempo quedaron grabados los alquileres congelados, la ley de propiedad horizontal y el sueño de la casita en el balneario. Brotaron los edificios en Pocitos, los cantegriles lejos de la costa y hasta un inconcluso aerocarril en la playa Malvín. Atravesaron los años las problemáticas obras del túnel de 8 de Octubre y el viaducto de Agraciada. Pasaban, cada tanto, los trolleys de Amdet, sigla que para el dicho popular significaba "Artigas Murió Desesperado Esperando el Tranvía". Y las calles se poblaban de motonetas, Fiat 600 y Volkswagen escarabajos, entre las cachilas que sobrevivían y los primeros semáforos.
Los uruguayos emigraban del campo a la ciudad, de la ciudad a Montevideo y de Montevideo al exterior.
Los que se quedaban se entretenían en las matinés y los cines llegaron a vender 19 millones de entradas en 1953. Ya no fue lo mismo a partir de la aparición de la televisión. Y la siguieron el rock y las canciones de protesta, los long plays y Discodromo. Los deportistas se entusiasmaban con las copas Libertadores, Dogomar Martínez y Oscar Moglia. Las radios de transistores fueron escenario del duelo Carlos Solé-Heber Pinto. Nuevas expresiones culturales y artísticas sacudieron las mentes.
Cambiaba también el Uruguay de la puerta de casa hacia adentro. Las nuevas relaciones familiares, la mayor presencia laboral de la mujer, la revolución sexual y la minifalda. Al mismo tiempo surgía la subcultura juvenil y se agravaba el problema de los jubilados. Se acentuaba la desintegración social y se hablaba de los "infanto-juveniles". Se descubría el abandono de la Colonia Berro pero el tesoro de las Masilotti no apareció jamás.
Latieron el miedo por la epidemia de poliomelitis en 1955, la angustia por las inundaciones de 1959 y la tensión por el cerco policial a los pistoleros en el edificio Liberaij en 1965. La crisis desembocó en el descontento y luego en la rabia. Vinieron la agitación en las calles, los secuestros, los allanamientos y la violencia cotidiana, hasta el golpe de Estado de 1973 y aquellas sombras sobre el país modelo se volvieron noche. Como el Uruguay ya no hubo.
Lo que se decía
Murgas, bromas y titulares
"Artigas Murió Desesperado Esperando el Tranvía" (significado de la sigla Amdet, empresa municipal de transporte, según el ingenio popular)."Usinas de Tinieblas del Estado" (la misma broma, pero con la sigla de UTE, durante los apagones).
"La carne aquí no la vemos, al pueblo lo hacen sufrir/al ganado, casi todo, lo mandan para Brasil" (cuplé de la murga Los Patos Cabreros, en 1953).
"Ahora sí se puede hablar de emancipación femenina" (Revista Mundo Uruguayo, sobre las nuevas cocinas, en 1953).
"¿Por qué se van los jóvenes uruguayos?" (título de El País en 1970).
Fuente: http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/un-pais-que-se-iba/sds_617087_120108.html