OPINIONES
En un escenario donde el aumento de los precios aparece como el punto débil de la política económica de Uruguay, el gobierno deberá maniobrar la economía para no caer en la desestabilización.
Punta del Este, el principal centro turístico de Uruguay. AFPUruguay enfrenta el desafío de intensificar su lucha contra la inflación sin modificar el camino de crecimiento consolidado en los últimos años.
Con un desempleo históricamente bajo, menor al 6%, y un Producto Bruto Interno (PBI) que alcanzaría en 2012 una década continua de expansión, la inflación de un 8,6% en 2011 fue un punto de fragilidad, superando ampliamente el rango meta del gobierno, de entre 4% y 6%.
"Uruguay es un país donde esta inflación es no deseada, pero no es algo desestabilizador. Todos queremos que la inflación sea un poco más baja, ya que eso haría al país más previsible", dijo Alfonso Capurro, analista de CPA Ferrere.
Pablo Moya, director de la consultora Oikos, coincidió en afirmar que el registro de inflación aún "no es alarmante" y señaló que "el gobierno comete un error al mantener un rango tan ajustado, que fue tomado en un contexto económico totalmente opuesto al actual".
La economía uruguaya, basada en el sector agropecuario y el turismo, se expandió un 7,5% por ciento interanual en el tercer trimestre del año pasado y las autoridades prevén que el PIB registre un alza de 6% en 2011, tras cerrar 2010 con un crecimiento de 8,5%.
La previsión mediana de los analistas para la inflación en 2010 es de 7,35%, según la encuesta mensual de enero del Banco Central del Uruguay (BCU).
En los últimos años, con excepción de 2002 cuando el país atravesó una profunda crisis económica y en 2003 cuando se salía de ese periodo, la inflación se mantuvo en un sólo dígito, dejando atrás las elevadas cifras de décadas pasadas.
Para el gobierno de José Mujica la inflación "es un impuesto injusto y como tal debe ser combatido", admitió en diciembre el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo.
IMPLEMENTAR NUEVAS ESTRATEGIAS
A fines de diciembre, días antes que se anunciara la inflación de 2011, el BCU sorprendió a la mayoría de los analistas y elevó la tasa de interés de referencia que pasó de 8% a 8,75%.
Subir la tasa "fue una decisión temeraria y no arriesgada porque no es que se pone en riesgo algo, sí una jugada algo fuera de lo común y quizás el riesgo que se corre es tratar de enfriar un poco la economía, en un escenario que está incierto", señaló Moya.
Con el alza en la tasa de interés en Uruguay se activa un mecanismo que además de generar expectativas en el mercado "logra encarecer el crédito y por otro lado actúa sobre el tipo de cambio, y debido a que es una economía dolarizada, el precio del dólar influye mucho en la inflación", comentó Capurro.
Según el economista, ya "se están viendo correcciones en la tasa de interés en las licitaciones de valores públicos y hemos tenido una apreciación de la moneda uruguaya", que hasta el viernes acumulaba una valorización de 1,72%.
La baja del dólar en Uruguay puede generar una pérdida de competitividad ante Brasil, su principal socio comercial. Según el analista Ramón Pampín, de la consultora PriceWaterhouse, la situación aún "no es grave" pero "es una tendencia que hay que seguir con atención".
Pese al incremento de la tasa de referencia y la resolución que subió desde junio los encajes bancarios en tres puntos porcentuales, para reducir el dinero circulante en el mercado, según la mayoría de los consultores estas medidas fueron insuficientes para contener las presiones inflacionarias.
"El escenario inflacionario está muy cargado por presiones de demanda interna, por presiones salariales (...) si se atiende a la política de salarios y se trata de que esté más alineada con la inflación le vas a quitar responsabilidad a la política monetaria", señaló Pampín.
Sin embargo, el analista advirtió que "no es sencillo porque cuando se decide ajustar los salarios es más difícil lograr consensos", ya que en Uruguay las éstos son fijados a través de los denominados Consejos de Salarios, en los que están representados trabajadores, empresarios y el estado como órgano rector.
A su vez, Moya destacó que el país "tiene una carga fiscal cara" y debería enfocarse en aumentar la productividad, lo que incidiría positivamente en el control de la inflación.
Fueente: http://observadorglobal.com/el-gran-desafio-de-uruguay-controlar-la-inflacion-sin-dejar-de-crecer-n39078.html