Luis Roux - 19.11.2011,
El mundo de la animación ha cambiado muchísimo desde la década de 1930, pero hay algunas cosas que se mantienen. La marca Disney es una de ellas y el prestigio de la escuela de artes que Walt Disney fundó en la década de 1960, el Instituto de Artes de California (CalArts), es otra.
Lo interesante es que CalArts puso el conocimiento y experiencia de su presidente, Steven Lavine, y de un grupo de profesores que están entre los más cotizados del mundo, para ayudar a crear la licenciatura en Animación y Videojuegos de la Universidad ORT, en Uruguay.
Todo comenzó hace cuatro años, cuando Lavine fue invitado a Uruguay por un amigo personal, el ex embajador de Estados Unidos en Uruguay, Frank Baxter. La idea era que Lavine se diera cuenta de lo interesante que podría ser ayudar a un país pequeño a crear una escuela de animación y empezar a desarrollar una industria destinada a ser líder en la región.
Lavine creyó en la idea, le gustó el espíritu que imperaba en la ORT y en Uruguay en general, por lo que se puso manos a la obra. Los cursos se empezaron a dictar el año pasado y ya hay alumnos de primero y segundo.
Innovación
El presidente de CalArts está otra vez en Uruguay y se muestra muy satisfecho con los progresos: “El proyecto era una novedad completa para nosotros. Antes habíamos hecho programas de intercambio, talleres y seminarios, pero nunca habíamos tenido un vínculo tan fuerte, una situación nacional, con inversores interesados en un proyecto para el país”.
Lavine se refiere al mecenazgo de la empresa Indunor y su presidente Pedro Baridón, quien por medio de una donación financió los costos de traer a los docentes estadounidenses a Uruguay.
“Hemos hecho programas de intercambio, pero nunca habíamos intentado este tipo de acercamiento, en el que otro país construye un programa entero desde cero”, señala.
Y eso sirvió de experiencia para otros emprendimientos: “Ahora se nos acercan universidades chinas, interesadas en un proyecto similar. Y nosotros estamos usando este modelo. Les decimos que, si realmente quieren hacerlo, vamos a hacerlo con un compromiso serio y que no será solo un seminario”.
Todavía no quedaba muy claro qué fue lo que impulsó a CalArts a sacar tiempo de su presidente y de su plantel de profesores para dieñar una escuela de animación en un rincón del mundo. Lavine intenta una explicación: “Suena un poco cursi, pero somos una organización muy idealista. Y es la razón por la que nos interesa la ORT, por su idealismo. Realmente quieren hacer la diferencia. Hacer un buen trabajo pero también hacer que el mundo sea un mejor lugar”.
E insiste: “Si fuera por consideraciones prácticas no lo hubiéramos hecho. Es un montón de trabajo, sin expectativa de ganar dinero. No es una propuesta de negocios. Pero ahora cuando lo hacemos con otros países, ya es otra cosa.Esta es por amor, pero lo que estamos haciendo en China no es solo por amor”.
Es realmente interesante. Y ese amor se profundiza: “Estamos aprendiendo de esto. Ha cambiado nuestro eje, en realidad, y ahora hinchamos por Uruguay en animación y también en el fútbol”.
Intercambio
El programa está funcionando muy bien, según Lavine: “El hecho de que dos estudiantes uruguayos hayan ido a Estados Unidos y hayan ganado un premio nacional es una buena señal”.
Lavine entiende que la posibilidad de futuras experiencias similares será muy beneficiosa para los alumnos: “En CalArts hay una pasión tal que los estudiantes trabajan todo el día y toda la noche. Tenemos abiertas las instalaciones las 24 horas del día y esa atmósfera, en la que todo el mundo es talentoso y todo el mundo trabaja duro de verdad, es muy beneficiosa”.
Lavine entiende que las posibilidades de formar una industria de la animación en Uruguay que compita en la región y en el mundo son muy sólidas. “Para una industria, lo importante son algunas personas con una idea buena de verdad. La industria se construye alrededor. En Estados Unidos siempre se estuvo buscando eso y se está buscando en el mundo entero: alguien que tenga una idea de verdad”.
Lavine está convencido de que el camino es el correcto: “Cuando eso suceda las compañías de Estados Unidos van a invertir en la animación de acá. Donde esté el talento. No veo por qué no puede pasar. Tomará tiempo pero pasará”.
Una experiencia en un salón de clases de la ORT, que normalmente hubiera sido vista como una falta de respeto, para el presidente de CalArts fue una excelente señal: “Había algunos que estaban dibujando mientras yo hablaba. Tenían que dibujar. Eso es lo que se busca. Se busca este tipo de chicos. No solo es una ocupación, sino cómo ven el mundo”.
Disney y Lasseter
CalArts fue elegida este año por la revista Newsweek como la mejor escuela de artes de Estados Unidos, no solo de animación. Lavine entiende que la excelencia de la escuela tiene que ver con que la fundó Walt Disney y que sus primero maestros fueron los más grandes creadores del momento.
Y agregó: “También porque nuestros egresados fueron casi inmediatamente exitosos. Y los mejores volvían a enseñar. A veces una vez por semana pero siempre fue una buena cosa que enseñaran en CalArts. Esa tradición de calidad se alimentó a sí misma”.
Y después, en la década de 1980 y 1990, el 90% de los estudios de animación “fueron abiertos por egresados de CalArts”, apunta Lavine. Pixar, el más insigne de todos, fue fundado por John Lasseter, otro egresado de la escuela.
Según Lavine, es un gran mérito de Steve Jobs haber visto la genialidad en Lasseter, cuando en la compañía Disney no lo vieron. “Lo vio y apostó decenas de millones de dólares por él y ganó”.
Con la adquisición de Pixar por parte de Disney, Lasseter es ahora el que supervisa todos los trabajos de las dos compañías y según Lavine es “el sucesor natural de Walt Disney”.
Lasseter “hereda el espíritu de Disney y lo está transformando en el espíritu de Pixar.
Tiene el mismo tipo de perfeccionismo que tenía Disney. Hace la mitad de la película y si cree que no va bien, la tira y empieza de nuevo”.
En cuanto a la escuela, Lavine entiende que mantiene el idealismo con la que fue creada y anota que se acaba de implementar un nuevo programa de arte y política, “nos parece que es algo que falta, que se necesita. Creemos que los Estados Unidos deberían ser más conscientemente políticos de lo que son, porque tenemos problemas muy graves en este momento, por no entender cosas básicas”.
Premio para uruguayos
La licenciatura en Animación y Videojuegos de la Universidad ORT de Uruguay comenzó en marzo de 2010 y tiene duración de cuatro años. Actualmente hay alumnos de primero y segundo año. La primera generación de graduados egresará en 2013. Los alumnos Florentina Pérez y Sabastían Pérez (sin parentesco) viajaron a tomar un curso de dos meses en CalArts y el docente armó grupos de a cuatro estudiantes para hacer animaciones que participarían en un concurso a nivel nacional de Estados Unidos. El grupo de los uruguayos ganó el premio, de un monto de US$ 12.000.
CalArts: la creación de un taller de arte total
El concepto inicial detrás de CalArts fue la idea de Richard Wagner sobre el Gesamtkunstwerk (“taller de arte total”), que Disney admiraba y exploró de varias formas, empezando con su propio estudio, y después incorporándolo en CalArts, a la que fundó en 1961. Ese concepto ya aparecía en el clásico Fantasía (1940), en la cual animadores, bailarines y compositores colaboraban en todas las áreas.
Él creía que el mismo concepto podía aplicarse a una universidad, donde los estudiantes de diferentes áreas estarían expuestos a una gran variedad de direcciones creativas.
“Lo que los jóvenes artistas necesitan es una escuela donde puedan aprender una serie de habilidades y donde haya una cruza entre disciplinas diferentes”, escribió Disney. Y agregó: “Las artes, que han simbolizado históricamente el progreso humano, deben aliarse como lo hacen las disciplinas científicas, si es que van a mantener su valor y su influencia en la sociedad”.
Fuente: http://elobservador.com.uy/noticia/213492/uruguay-animado-por-disney/