Sin fronteras
Jorge Grünberg, rector de la Universidad ORT, ofreció un emotivo discurso en la ceremonia de graduación de los estudiantes de ese centro, en el que relató una anécdota sobre el efecto revolucionario del Plan Ceibal.
El rector de la Universidad ORT Uruguay, Dr. Jorge Grünberg, ofreció un discurso en la ceremonia de graduación de la casa de estudios que se realizó en el Teatro Solís.
Al finalizar su alocución, el rector contó una conmovedora anécdota. "Hace dos semanas estaba en el auto esperando a mi hijo y leyendo en un iPad y se me acercó un niño cuida coches a pedir una moneda. Al acercarse me preguntó qué tipo de aparato era el iPad. Le contesté que es una computadora. Nos quedamos mirando y agregué: es como la que te dieron en la escuela por el Ceibal. Nos quedamos mirando, ninguno de los dos muy convencidos, pero se quedó pensando, se olvidó de la moneda y se fue. Al rato volvió y me dijo que él no sabía para qué usar la computadora que le habían dado. Le dije que yo mucho tampoco pero le comenté que la uso para leer los diarios, estar en contacto con otras personas y buscar información", contó.
"A la semana siguiente estaba parado yo en el mismo lugar y volvió el mismo chico y me dijo que había empezado a usar su computadora para leer sobre fútbol argentino, mirar videos de los Wachiturros y que de paso encontró información sobre el Bicentenario que había leído por primera vez porque en su casa no hay ni libros ni revistas. Nos quedamos conversando", continuó.
"Aproveché para regalarle una versión de Scratch, que es un lenguaje de programación que estoy aprendiendo con la ayuda de la Dra. Inés Kereki para usar con mi hijo y le mostré para qué servía. De paso le comenté que yo no lograba programar que el arquero saltara como yo quería en la pantalla. A la semana siguiente otra vez encontré al mismo chico porque voy siempre al mismo lugar. Se le iban todos los coches sin dejar monedas porque estaba sentado en el cordón de la vereda con su computadora, distraído. Cuando me vio me dijo que yo era un burro y me explicó cómo se programa el salto del golero. Le agradecí, nos quedamos mirando otra vez", culminó.
"Cuando el niño de escuela le enseña al Rector de la Universidad todo es posible. Ese es el país que me quiero imaginar", concluyó Grünberg.