1 de septiembre de 2011 Montevideo, Uruguay (UD)
El vicepresidente de la República Danilo Astori dijo que “debemos superar resultados francamente malos en términos educativos. La sociedad ha hecho un gran esfuerzo fiscal, pero ahora falta, como decía el expresidente Lacalle, alcanzar niveles de calidad más altos. Necesitamos una conducción nacional de la educación”.
Al exponer en un foro organizado por ACDE, Astori añadió que “es necesario mejorar la conducta de los alumnos, pero el alumno debe ser el centro del proceso educativo, y no el docente, ni la asignatura”. Y la educación, aseveró, “debe tener una evaluación general, sistemática, permanente y externa de los resultados, que nos permitan llegar a tener mejores niveles de calidad del gasto en base a análisis de los resultados”.
En su exposición, Astori felicitó a ACDE por la iniciativa, porque “es clave hablar del país del largo plazo, superando la absorción natural por temas que ocupan con inmediatez nuestra atención. Ver los caminos a seguir con visión estratégica, por eso saludo este ciclo que hoy se lanza. Estamos hablando de un proyecto nacional y visión estratégica. La estrategia que un país puede diseñar es el camino que se propone recorrer para alcanzar sus grandes objetivos, pero pensado con visión a largo plazo”.
Consignó que, a su juicio, hay cuatro planos claves. “El primero son las áreas donde se va a poner el foco, la consideración prioritaria. El segundo es el manejo de los tiempos. El tercero es la dimensión espacial y ambiental, crecientemente incorporada a la reflexión política. Y finalmente el cuarto es el que responde a los actores sociales, los actores que serán los sujetos de la práctica de esa estrategia”.
El primero de esos planos debe responder a la pregunta “¿de qué nos vamos a ocupar? Comparto que la educación es prioritaria, y la salud, la energía, la infraestructura. La seguridad. Temas que son los que en definitiva definen el contenido de una estrategia”.
Dijo que como no es posible ocuparse de un conjunto, “hay que definir las prioridades ubicadas en el tiempo y en el territorio”. En este sentido señaló la necesidad de “impulsar un proceso de descentralización del país, ubicando las inversiones en infraestructura y energía con este despliegue físico, y esa es una decisión estratégica”.
Dijo que “vamos a concebir la búsqueda de un gran acuerdo nacional entre los actores del proceso, recogiendo la experiencia mundial, porque nunca hubo grandes desarrollos en el mundo que no hayan supuesto grandes acuerdos nacionales, en los que por encima de diferencias e intereses, los actores, en el marco de un compromiso nacional, se pusieron de acuerdo en los caminos”.
En esta línea citó “un sector público mejorándose a sí mismo, y un sector privado que también se transforma, capacitándose, adoptando actitudes de emprendedurismo, asumiendo riesgos, con un objetivo por el que ACDE ha trabajado mucho, y que se sintetiza en dos palabras, responsabilidad social”.
Sobre la base de estos cuatro planos, “se define una visión estratégica, con seis ejes de reflexión”, expresó Astori.
“Apuesta a la calidad en el esfuerzo del país; en segundo lugar la sostenibilidad de un clima de inversión que es clave para Uruguay; luego la prioridad fundamental a la educación, incluyendo el conocimiento científico, tecnológico y cultural. En cuarto lugar el fortalecimiento y desarrollo de una matriz de protección social, pautada por la igualdad de derechos y capacidades de todos los orientales. En quinto lugar, la reforma del Estado. Y por último, la apertura del país. La apertura de un país pequeño en dimensión física pero con un potencial que se realiza si la apertura es permanente en su estrategia, permanente y creciente”.
Astori destacó la “apuesta a la calidad y excelencia, a todo nivel en la sociedad. Este país nunca apostará a lo cuantitativo, tiene mucha potencialidad para apostar a la calidad, desde la especialización productiva hasta el ejercicio de la política”.
Respecto a la “sostenibilidad de la inversión”, dijo que “el país ha logrado construir un clima que le permitió duplicar su tasa de inversión, pero es insuficiente para tener una prosperidad sostenible. Inversión es una lucha permanente en el combate a los flancos vulnerables que se le generan al país, en lo fiscal, lo financiero, lo social”.
La modernización institucional permanente es fundamental, expresó.
En tercer lugar destacó la disponibilidad de infraestructura. “No hay inversión sin energía. Hoy Uruguay presenta deficiencias en infraestructura que no son sostenibles en una visión de largo plazo. Y luego los estímulos, que hay que mantener y renovar. Los estímulos a la inversión deben adaptarse a la nueva realidad. Hace unos años era clave aumentar el número de empleos, pero hoy es más importante la calidad del empleo. Lo que implica capacitación e instancias en que es formación sea posible”.
Dijo que “la educación, la capacitación tecnológica, científica y cultural deben estar interrelacionadas Un desarrollo cultural inspirando valores. Hay dos ejes, el universalismo social, como dice Renato Opertti, y el universalismo cultural, que es focalizar las cercanías entre los seres humanos. Esto va orientando un proceso de educación”.
En materia educativa, aseveró Astori, “debemos superar resultados francamente malos. La sociedad ha hecho un gran esfuerzo fiscal, pero ahora falta, como decía Lacalle, alcanzar niveles de calidad más altos. Hay que reconocer que en materia educativa, los períodos de maduración son muy largos. Me refiero al tiempo que transcurre entre la toma de decisiones y los resultados. Necesitamos una conducción nacional de la educación. Necesitamos un enfoque integral de la formación educacional, articulando las diversas áreas, desde la primaria a la superior, especificando qué esperamos de cada una de ellas, en el marco del proyecto nacional. Será clave ver los contenidos. Si definimos una estrategia de especialización productiva, hay que educar para esa especialización, y no para otra”.
A su vez, dijo, en la educación “precisamos infraestructura física. En el campo educativo es grave, hoy tenemos locales de enseñanza donde no se puede enseñar ni aprender”.
Dijo que “creo que es necesario mejorar la conducta de los alumnos, pero el alumno debe ser el centro del proceso educativo, y no el docente, ni la asignatura. Si aceptamos que el alumno debe ser el centro del proceso educacional, vamos a trabajar por una mejor profesionalización docente, que dedique más tiempo que el actual a estar junto al alumno. A conocerlo. La familia tiene un rol fundamental, pero debemos lograr que a partir del papel de la familia, la presencia del docente junto al centro del proceso que es el alumno, sea cada vez más importante”.
Aquí es clave la descentralización, sobre todo en la Universidad de la República, dijo Astori, “para que puedan acceder a la universidad compatriotas del interior del país. Y finalmente una evaluación general, sistemática, permanente y externa de los resultados, que nos permitan llegar a tener mejores niveles de calidad del gasto en base a análisis de los resultados”.
Sobre la “matriz de protección social”, dijo que “el eslabón inicial es asegurar condiciones de trabajo cada vez mejores. La condición digna empieza en la calidad del trabajo, las condiciones de trabajo y su retribución. Y desde ese eslabón inicial, trabajar con un enfoque de derechos y no meramente con un criterio asistencial”.
Respecto a la reforma del Estado, dijo que “es un proceso con diferentes velocidades, es un proceso permanente. Y una característica fundamental de una visión de mediano y largo plazo, requiere modernización institucional continua, especialización, fortalecimiento de las instituciones, formación de los recursos humanos, generar la conciencia del concepto de servidor público, y no esta que llamamos funcionario público. Hay que inculcar el concepto de servidor, al servicio de la nación, es una cultura, un estilo de vida. La incorporación de tecnología, el gobierno electrónico, y por último la gestión, el conjunto de propuestas para tomar las decisiones cotidianas, tema en el que habrá que trabajar mucho por las deficiencias que hay en el país”.
Astori cerró su primera exposición con el concepto de apertura, “para recalcarlo más. No hay futuro del país sin apertura al mundo, que es cada vez más importante. Y si el mundo está en crisis, más apertura. El peor error estratégico de un país es cerrarse ante situaciones críticas. Apertura porque el país sin apertura no tiene futuro. El potencial uruguayo se realiza en la apertura. Propongo un concepto que fue planteado por la CEPAL, el regionalismo abierto, integrado con los países vecinos, consciente de las dificultades que citaban los expresidentes, con todo tipo de restricciones, falta de coordinación entre las políticas económicos”. Astori aseveró que “nuestro futuro es impensable si no seguimos luchando por la integración con los vecinos, pero eso es una plataforma de apertura al mundo en su conjunto”.
En la segunda ronda de exposiciones, Astori concluyó diciendo que “por encima de nuestras diferencias, tenemos un ancho campo de coincidencias en cuanto a los lineamientos fundamentales de un proyecto nacional. Vine con el espíritu de destacar lo que llamaba Lacalle el ‘denominador común’, y que creo que existe, y debemos seguir luchando por él, anteponiendo el interés nacional. La historia del país demuestra que es posible”.