lunes, 12 de septiembre de 2011

Abreu: "Uruguay es el mejor de América"

(FIFA.com)
Lunes 12 de septiembre de 2011




A Sebastián Abreu le dicen “El Loco”, un apodo que lo ha acompañado durante toda su carrera y que se refiere a su buen carácter y gran sentido del humor. El 13 uruguayo es un futbolista atípico, gitano, goleador en todas partes del mundo, capaz de definir a lo “Panenka” una serie de penales de cuartos de final de Copa Mundial de la FIFA.



Pero detrás de esa apariencia desfachatada se esconde una mente analítica, que ha absorbido todas sus experiencias y está lista para canalizarla desde los banquillos. El enigmático delantero de la Celeste habló de esto y mucho más en exclusiva para FIFA.com.



Sebastián, ¿cuál es la clave del éxito reciente de esta selección uruguaya?

En el pasado la asignatura pendiente pasaba por consolidar una idea, una mística, una química. Había buenos jugadores pero los proyectos no eran respaldados ni tenían continuidad. En el momento que llegó el Maestro (Oscar) Tabarez, encontramos una identidad. Tenemos una base muy clara y un trabajo táctico sólido. Los resultados comenzaron a llegar y son el resultado de la labor bien hecha.



Descríbanos un poco sus conclusiones de esta Copa América…

Para consolidar el gran trabajo de los últimos años se necesitaba conseguir la gloria, adjudicarse un título como este. Haberla conseguido fue cumplir ese deber, con matices que llevan a que el logro sea más celebrado. Haber eliminado al anfitrión, con (Lionel) Messi, con 10 hombres desde el minuto 27... La manera en que se ganaron la semifinal y la final, haberse convertido en la selección con más títulos en el continente. Es una felicidad plena.



Basándonos en sus palabras, ¿podemos decir que Uruguay el mejor equipo de América en este momento?

Sin duda. Por resultados, por juego y, sobre todo, por continuidad.



Más de una vez ha manifestado su deseo de transformarse en entrenador, ¿lo mantiene?

Eso lo tengo decidido desde hace muchos años. Obviamente estoy puliendo esa vocación con el hecho de tener entrenadores capaces de entusiasmarte con detalles de entrenamientos, programas para preparar la semana y demás. Todo lo que tiene que ver con táctica. Siempre me interesó, y el estar con Pep (Guardiola) y Lillo en los Dorados de Culiacán, donde las tertulias después de las concentraciones eran fenomenales, me dejó la vocación de entrenador. Aprendí mucho de ellos y también de (Diego) Simeone, (Manuel) Pellegrini, Tabárez, (Hugo) De León, del entrenador del Botafogo. Todos son actualizados, dinámicos... Eso me ha permitido tener lecturas diferentes de los partidos.



Volviendo a su carrera como jugador, durante años emigró de país en país, de equipo en equipo, pero nunca pudo consolidarse en Europa ¿le queda como asignatura pendiente?

No, para nada. Cuando llegué a La Coruña era muy joven y jugué los 18 partidos de mi primera temporada. Pero no entré en los planes del club y empecé a buscar lugares que se adaptaran a mis características de juego. Se presentaban equipos de América y trataba de disfrutar de minutos de fútbol para seguir siendo jugador de selección, que era lo más importante. Para nada era un desvelo regresar. Hace dos años volví con la Real Sociedad y marqué 11 goles en 17 partidos, ahí me quedé feliz. No hay que sobrevalorar el futbol europeo tampoco.



¿A qué se refiere con esta última frase?

Europa no es todo el continente. Es Inglaterra, España, Italia y paramos ahí… Por ejemplo, Brasil está mucho mejor futbolísticamente que muchos equipos europeos, pelea con Italia, pero como no está en el primer mundo no se le da el mismo valor. Los parámetros están equivocados.



En su vida errante, ¿existía también un componente de curiosidad? Jugar en 7 países no es tan habitual…

Era la búsqueda de desafíos, de un club que cumpliera mis requisitos, algo que he encontrado en Botafogo. Lamentablemente no en todos lados sucedió. Puede haber la salvedad de la Coruña, que no prestaba dos veces al mismo club, y me obligaba a descubrir nuevos sitios. Y por supuesto, ahí llegó esa curiosidad de conocer culturas nuevas.



¿Qué le queda por cumplir en su carrera?

lo primero es seguir buscando la gloria, aumentar el prestigio con el club, rendir a un nivel con el cual pueda seguir siendo jugador de selección, disciplina y profesionalismo. El anhelo de seguir ahí siempre está, y vienen nuevos desafíos, que quiero afrontar. Ser campeón del mundo por ejemplo.



¿Un nuevo “Maracanazo” quizás?

No, eso no pasa por nuestra cabeza. Le ha dado significado a la camiseta uruguaya, pero ya es leyenda. Esta es nuestra propia historia, nuestro propio camino. Cuando nunca fuiste campeón del mundo no pasa por tu cabeza estar eligiendo rivales. El anhelo es levantar los trofeos, si es contra Brasil o quien sea, da lo mismo.



Lo hemos visto siempre portar su camarita de video para filmar todo y mostrárselo a sus hijos en un futuro. ¿De dónde surgió esa idea?

Me gustaría mostrarles lo que vive un jugador de fútbol, porque muchas veces se nos ve como si fuéramos intocables. Quiero que vean las cosas íntimas que normalmente no se ven en TV, los momentos malos, los buenos y cómo compartimos los mismos gustos que cualquier ciudadano, cosas que para ellos es bueno valorar. Atrás de los insultos que a veces uno recibe hay una persona que también tiene familia.



¿Y piensa hacer algo más con esas imágenes?

Nosotros tenemos la Fundación Celeste que se generó en el Mundial con todos los integrantes de la selección, para ayudar a niños carenciados a través del deporte. La idea que tenemos es realizar un documental con todo lo que ha generado la etapa del Maestro Tabárez en la selección, estamos seguros de que la gente lo va a disfrutar.



Volviendo un poco al tema futbolístico, ¿siente que los 9 de área como usted están en vías de extinción?

La dinámica ha cambiado. El 9 actual tiene el estilo de Luis Suárez, que se mueve sin posición fija. En inferiores se empieza a trabajar de esa manera, hay ‘nueves’ de área, pero desde las bases se les indica que deben tener otras características. Los que tenemos esa tradición antigua es porque venimos de otras culturas, pero hay que adaptarse al fútbol de hoy. En el momento que yo sea entrenador valorizaré a los puntas clásicos, no siempre tienen que ser una alternativa dentro del 11 titular, pero puedes modificar la cultura táctica hacia el rival y desconcentrar a la defensa. Se puede romper línea, por las bandas, y pivotear para que lleguen los mediocampistas de atrás.



¿Y en esa evolución, es ya el momento de dejar descansar a la idea de la “garra charrúa”?

En momento que Uruguay no tenga garra dejará de ser Uruguay. Obviamente, tenemos un sistema táctico firme, una defensa con las líneas muy juntas que no deja espacios y a los mejores delanteros del mundo, que hacen una diferencia. Pero la garra está ahí. Por ejemplo, a Luis Suárez le cometieron 13 faltas ante Argentina, provocó una tarjeta roja, terminó generando un gol. El día que nuestros jugadores se olviden de eso, la Celeste estará perdida.

Fuente:  http://es.fifa.com/worldfootball/news/newsid=1509270.html