martes, 7 de agosto de 2012

Uruguay hace silencio para bajar la tensión y Argentina tranca a BQB




NACIONAL - VECINO CONFLICTIVO

Mujica decidió no hacer olas, pero el gobierno kirchnerista suma trabas a la relación


Un pasajero argentino tenía su pasaje por BQB abierto y decidió reservarlo para la semana que viene. La respuesta del otro lado del teléfono lo sorprendió. Le dijeron que debía pasar por las oficinas de la aerolínea para devolverle el dinero porque el permiso se lo habían cancelado. La razón: una nueva traba impuesta por el gobierno argentino a cuestiones que tienen que ver con la relación bilateral con Uruguay.

El conflicto que atraviesan ambos países suma casi a diario un nuevo episodio. Ahora se trata de la cancelación unilateral por parte de Argentina de algunas frecuencias otorgadas temporalmente por Uruguay para que la aerolínea BQB realice el puente aéreo Aeroparque-Carrasco.
Pese a que el gobierno uruguayo insiste en la estrategia del silencio para no hacer olas y evitar  el conflicto, del otro lado le devuelven una piedra.
La fragilidad del vínculo entre el presidente José Mujica y Cristina Fernández, quedó en evidencia una vez más cuando la cancillería argentina, pocos días después del acuerdo de los mandatarios para bajar la tensión de la relación, arremetió con nuevas exigencias para avanzar en el proceso de licitación del canal Martín García. Sin embargo, el gobierno de Uruguay no variará su estrategia y mantendrá la invitación al diálogo a pesar de los golpes que recibe.
El tema no fue abordado ayer en el gabinete productivo que encabezó Mujica, pero el presidente mantuvo una reunión previa al gabinete con  el ministro Luis Almagro y su embajador en Buenos Aires, Guillermo Pomi, adonde analizó la situación.  A su término, comenzó la reunión con los ministros con 40 minutos de retraso, y se abrió con una aclaración de Mujica: “La situación es compleja, prefiero no hablar”, dijo el presidente, según contaron a El Observador participantes de la reunión.
Un rato más tarde, en el Parlamento, el vicepresidente Danilo Astori, en su informe a la bancada de senadores del Frente Amplio, dijo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay “no va a contestar” los últimos embates del gobierno de Cristina Fernández.
“Ni el Presidente ni la Presidencia emitirán opinión por ahora, sobre las expresiones de la cancillería argentina en nombre de su gobierno. Se tomará un tiempo prudencial para hacer ciertas evaluaciones”, afirmó el prosecretario Diego Cánepa en conferencia de prensa, en un nuevo intento por bajar los decibeles de la tensa relación.
Y mientras el gobierno se mantendrá firme en su posición dialoguista, los constantes reclamos de la administración K, intensificados en los últimos tiempos, se traducen en nuevas demoras, y eso perjudica a Uruguay que es el más interesado en la obra por su necesidad de tener navegabilidad hacía el puerto de Nueva Palmira.
Otras trabas
Hace una semana, el lunes 30 de julio, el gobierno uruguayo emitió un decreto donde reserva todas las frecuencias que tenía Pluna. Allí incluyó la posibilidad de autorizar “temporalmente a otras empresas a prestar” las frecuencias. Fue así que la Junta Aeronáutica recomendó otorgar a BQB 14 de las 60 frecuencias de puente aéreo que tenía Pluna.
Esa autorización es temporal, hasta que el Estado tenga que negociarlas con la empresa que gane la subasta de los siete aviones Bombardier (ver página 6).
Esas frecuencias son otorgadas en el marco de un acuerdo binacional que establece 60 frecuencias semanales para cada país de la ruta Aeroparque - Carrasco.
Sin embargo, como esas frecuencias son temporales, Argentina tiene la potestad de inhabilitarlas. Es así como pasa con BQB, según dijo a El Observador una fuente de la empresa.
Según explicó el informante  en ocasiones las autoridades argentinas habilitan el vuelo y salen, pero otras lo suspende y no puede volar. Así, la empresa tiene las dificultades de no saber cuándo puede ofrecer vuelos y cuando no.
El gobierno argentino tiene subsidiada a la estatal Aerolíneas Argentinas y privilegia los vuelos que esta empresa tiene asignados.
La quebrada aerolínea Pluna también debió enfrentar trabas por la competencia que implicaba para Aerolíneas Argentinas. El caso fue evaluado en el Consejo de Autoridades Aeronáuticas del Sistema de Transporte Aéreo, donde representantes de Uruguay y de Pluna denunciaron el incumplimiento a acuerdos internacionales. Argentina le prohibió a Pluna volar desde Montevideo a Bariloche así como a las ciudades de Mendoza y Salta. En su respuesta Argentina adujo que autorizar a Pluna hubiera significado perjudicar el plan de negocios de Aerolíneas. Hoy esas trabas las sufren BQB y Sol.
Argentina está tiene posibilidades de condicionarle el puente aéreo a la nueva aerolínea que suplantará a Pluna, lo que sería un problema mayúsculo para el gobierno.
Los desplantes
El principal punto de conflicto en la relación bilateral es el dragado del canal Martín García. Por demoras argentinas está trancada la licitación para ampliar su profundidad de 32 a 34 pies. Ahora además se trancó el concurso de precios para el mantenimiento, ya que Argentina quiere descalificar a la cuestionada Riovia.
Mujica habló del tema con Cristina Fernández en la cumbre de Brasilia del 31 de julio y ahí se estableció poner paños fríos a una seguidilla de comunicados de las cancillerías. Sin embargo ese pacto no funcionó, al menos no como lo esperaba Mujica que busca destrabar el trámite de la licitación.
A todo costo, incluso al de comerse “sapos y culebras”, Mujica impulsa con Argentina una política de buena vecindad que hasta ahora le reportó más verdes que éxitos, a juzgar por todo lo que sigue trancado, incluido el comercio (Ver recuadro). El presidente Mujica apostó desde un primer momento a la afinidad ideológica, que  le permitió levantar el puente cortado por los ambientalistas de Gualeguaychú opuestos a UPM. Pero, como en una pareja, la relación se desgastó con el tiempo y la afinidad  dejó de funcionar o ya no alcanza para solucionar problemas. Ese camino de la cercanía política también se tomó para reforzar el vínculo con el Brasil de Dilma Rousseff que hoy se pone de ejemplo. Venezuela, recientemente ingresado al Mercosur, y la alianza con Brasil, fueron analizadas ayer por Mujica y varios de sus ministros.
Un pasajero argentino tenía su pasaje por BQB abierto y decidió reservarlo para la semana que viene. La respuesta del otro lado del teléfono lo sorprendió. Le dijeron que debía pasar por las oficinas de la aerolínea para devolverle el dinero porque el permiso se lo habían cancelado. La razón: una nueva traba impuesta por el gobierno argentino a cuestiones que tienen que ver con la relación bilateral con Uruguay.
El conflicto que atraviesan ambos países suma casi a diario un nuevo episodio. Ahora se trata de la cancelación unilateral por parte de Argentina de algunas frecuencias otorgadas temporalmente por Uruguay para que la aerolínea BQB realice el puente aéreo Aeroparque-Carrasco.
Pese a que el gobierno uruguayo insiste en la estrategia del silencio para no hacer olas y evitar  el conflicto, del otro lado le devuelven una piedra.
La fragilidad del vínculo entre el presidente José Mujica y Cristina Fernández, quedó en evidencia una vez más cuando la cancillería argentina, pocos días después del acuerdo de los mandatarios para bajar la tensión de la relación, arremetió con nuevas exigencias para avanzar en el proceso de licitación del canal Martín García. Sin embargo, el gobierno de Uruguay no variará su estrategia y mantendrá la invitación al diálogo a pesar de los golpes que recibe.
El tema no fue abordado ayer en el gabinete productivo que encabezó Mujica, pero el presidente mantuvo una reunión previa al gabinete con  el ministro Luis Almagro y su embajador en Buenos Aires, Guillermo Pomi, adonde analizó la situación.  A su término, comenzó la reunión con los ministros con 40 minutos de retraso, y se abrió con una aclaración de Mujica: “La situación es compleja, prefiero no hablar”, dijo el presidente, según contaron a El Observador participantes de la reunión.
Un rato más tarde, en el Parlamento, el vicepresidente Danilo Astori, en su informe a la bancada de senadores del Frente Amplio, dijo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay “no va a contestar” los últimos embates del gobierno de Cristina Fernández.
“Ni el Presidente ni la Presidencia emitirán opinión por ahora, sobre las expresiones de la cancillería argentina en nombre de su gobierno. Se tomará un tiempo prudencial para hacer ciertas evaluaciones”, afirmó el prosecretario Diego Cánepa en conferencia de prensa, en un nuevo intento por bajar los decibeles de la tensa relación.
Y mientras el gobierno se mantendrá firme en su posición dialoguista, los constantes reclamos de la administración K, intensificados en los últimos tiempos, se traducen en nuevas demoras, y eso perjudica a Uruguay que es el más interesado en la obra por su necesidad de tener navegabilidad hacía el puerto de Nueva Palmira.
Otras trabas
Hace una semana, el lunes 30 de julio, el gobierno uruguayo emitió un decreto donde reserva todas las frecuencias que tenía Pluna. Allí incluyó la posibilidad de autorizar “temporalmente a otras empresas a prestar” las frecuencias. Fue así que la Junta Aeronáutica recomendó otorgar a BQB 14 de las 60 frecuencias de puente aéreo que tenía Pluna.
Esa autorización es temporal, hasta que el Estado tenga que negociarlas con la empresa que gane la subasta de los siete aviones Bombardier (ver página 6).
Esas frecuencias son otorgadas en el marco de un acuerdo binacional que establece 60 frecuencias semanales para cada país de la ruta Aeroparque - Carrasco.
Sin embargo, como esas frecuencias son temporales, Argentina tiene la potestad de inhabilitarlas. Es así como pasa con BQB, según dijo a El Observador una fuente de la empresa.
Según explicó el informante  en ocasiones las autoridades argentinas habilitan el vuelo y salen, pero otras lo suspende y no puede volar. Así, la empresa tiene las dificultades de no saber cuándo puede ofrecer vuelos y cuando no.
El gobierno argentino tiene subsidiada a la estatal Aerolíneas Argentinas y privilegia los vuelos que esta empresa tiene asignados.
La quebrada aerolínea Pluna también debió enfrentar trabas por la competencia que implicaba para Aerolíneas Argentinas. El caso fue evaluado en el Consejo de Autoridades Aeronáuticas del Sistema de Transporte Aéreo, donde representantes de Uruguay y de Pluna denunciaron el incumplimiento a acuerdos internacionales. Argentina le prohibió a Pluna volar desde Montevideo a Bariloche así como a las ciudades de Mendoza y Salta. En su respuesta Argentina adujo que autorizar a Pluna hubiera significado perjudicar el plan de negocios de Aerolíneas. Hoy esas trabas las sufren BQB y Sol.
Argentina está tiene posibilidades de condicionarle el puente aéreo a la nueva aerolínea que suplantará a Pluna, lo que sería un problema mayúsculo para el gobierno.
Los desplantes
El principal punto de conflicto en la relación bilateral es el dragado del canal Martín García. Por demoras argentinas está trancada la licitación para ampliar su profundidad de 32 a 34 pies. Ahora además se trancó el concurso de precios para el mantenimiento, ya que Argentina quiere descalificar a la cuestionada Riovia.
Mujica habló del tema con Cristina Fernández en la cumbre de Brasilia del 31 de julio y ahí se estableció poner paños fríos a una  seguidilla de comunicados de las cancillerías. Sin embargo ese pacto no funcionó, al menos no como lo esperaba Mujica que busca destrabar el trámite de la licitación.
A todo costo, incluso al de comerse “sapos y culebras”, Mujica impulsa con Argentina una política de buena vecindad que hasta ahora le reportó más verdes que éxitos, a juzgar por todo lo que sigue trancado, incluido el comercio (Ver recuadro). El presidente Mujica apostó desde un primer momento a la afinidad ideológica, que  le permitió levantar el puente cortado por los ambientalistas de Gualeguaychú opuestos a UPM. Pero, como en una pareja, la relación se desgastó con el tiempo y la afinidad  dejó de funcionar o ya no alcanza para solucionar problemas. Ese camino de la cercanía política también se tomó para reforzar el vínculo con el Brasil de Dilma Rousseff que hoy se pone de ejemplo. Venezuela, recientemente ingresado al Mercosur, y la alianza con Brasil, fueron analizadas ayer por Mujica y varios de sus ministros.

Frenos de argentina

Canal Martín García
El dragado del canal Martín García se convirtió en el último punto de fricción entre los gobiernos de José Mujica y Cristina Fernández de Kirchner, quienes ya se habían enfrentado por el reclamo de Uruguay a las trabas comerciales que impone Argentina y que están vigentes. El proceso de licitación para el dragado sufrió varias demoras injustificadas que denunció el Tribunal de Cuentas. En el medio, el proceso tuvo la denuncia del embajador Francisco Bustillo de un intento de coima de Riovia, que involucró a un exvicecanciller K. Ante eso, el canciller Héctor Timerman pidió la cabeza de Bustillo, parar la licitación que Uruguay impulsa, e investigar qué pasó.
Pastera UPM
La construcción de la pastera de UPM (exBotnia) fue el centro de uno de los principales enfrentamientos diplomáticos entre Argentina y Uruguay desde 2006 hasta la asunción de Mujica. Argentina puso varios reparos a esa obra e incluso denunció a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Durante casi 4 años, ambientalistas, con la complicidad del gobierno de Néstor Kirchner, bloquearon el puente de Fray Bentos. Ahora, el gobierno de Cristina K denunció que la planta tiene una producción mayor a la permitida, lo que es rechazado por Uruguay. Todos los informes conocidos afirman que UPM no contamina.
Planta regasificadora
Lo que comenzó como un gran proyecto binacional, finalmente será una obra de Uruguay. El próximo 15 de agosto estará listo el pliego de la licitación para la instalación de una planta regasificadora que se hará sin la participación de Argentina. En principio, ambos países la financiarían y además Argentina sería el gran consumidor de gas lo que aseguraba la viabilidad del emprendimiento. El gobierno de Fernández de Kirchner desistió de esa inversión e incluso de comprarle gas a Uruguay. El gobierno de Mujica anunció que seguirá adelante y afirmó que tiene varios interesados internacionales en financiar la regasificadora.