ENTREVISTA
09.02.2012
MONTEVIDEO, 9 Feb (UYPRESS) - El Semanario 'Búsqueda' publica en el día de hoy una entrevista realizada al presidente de la República, José Mujica, en la que se refiere a varios temas de la vida política nacional.
Texto completo de la entrevista, realizada por Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz.
Mujica prepara una "UTU de emergencia" y piensa en "reformatorios" para intentar revertir la "decadencia" moral de parte de la juventud. "¿Qué tenemos en Uruguay? Estabilidad, seriedad, mantener las reglas de Juego. Los argentinos pueden hacer lo que quieran, es lo mismo. Igual crecen porque la pampa sigue dando. (...) No hay que cambiar nuestra ventaja comparativa a nivel económico", opino el Presidente.
Se despierta en la mitad de la noche y le cuesta volver a conciliar el sueño. Hace ya un tiempo que le ocurre. Cuestiones de la edad, había pensando, pero desde que es presidente de la República los momentos de insomnio son más frecuentes. Las reuniones, los actos protocolares, las firmas de decretos se acumulan uno tras otro durante el día y en la madrugada, en la oscuridad de su cuarto, un pensamiento se repite, semana tras semana. Los jóvenes que no estudian ni trabajan, los que roban y están dispuestos a matar por una monedas, la "decadencia" cultural y moral en la que han caído las nuevas generaciones uruguayas.
Eso es lo que obsesiona en los últimos tiempos a José Mujica. Un problema que su gobierno no ha podido solucionar. "El problema", para él. Tanto, que cuando vio que a 100 metros de su chacra tres trabajadores estaban requinchando el parrillero de su amigo Sergio Varela, pensó que por ese lado se podía buscar una sección para esos jóvenes.
Así se lo ocurrió una medida que piensa llevar a la práctica en los próximos meses: instalar una especie de "UTU de emergencia" en distintos lugares del país para enseñan en poco tiempo y sin ninguna exigencia académica, oficios como el de "quinchador" a los que están por fuera del sistema laboral y educativo.
Formación entonces es lo que quiere dar a los que todavía están dispuestos a hacer un mínimo esfuerzo para ingresar al mercado laboral. Para los que no, para los que ya viven solamente en función de la "pasta base" u otra droga, Mujica propone que sean enviados a especies de "reformatorios" y que se los obligue a trabajar y a hacer deporte. Ya lo había propuesto sin éxito hace dos años pero evalúa que el tiempo terminó demostrando que no hay otra alternativa y anuncia que procurará convencer a la oposición para que lo acompañe en su idea.
El origen de esas y otras reflexiones y anuncios realizados por el presidente fue una propuesta que le hizo Búsqueda y que él aceptó casi de inmediato. La idea fue tomar seis momentos de su discurso del 1º de marzo ante el Poder Legislativo -halagado desde todos los partidos políticos- y analizar qué está ocurriendo ahora al respecto.
¿Hubo avances? ¿Se concretaron algunos de los anuncios? ¿Qué ocurrió en el medio para que cesara la intensidad de los aplausos? A eso contestó Mujica en la mañana del martes 7 en la cocina de su chacra. Escuchó atento las lecturas de su histórico discurso y luego dialogó al respecto con los periodistas, con entusiasmo a veces y otras con preocupación.
La división fue por capítulos, caída uno de ellos con entrecomillados relevantes de su exposición ante la Asamblea General. El orden se vio afectado por una conversación fluida y porque los temas relacionados con la seguridad y la educación estuvieron en casi todas las respuestas del presidente.
Capítulo I. "Primer mandatario, si se quiere, pero mandado por otros, no por si mismo. Con mejores palabras y más solemnidad, esto es lo que la Constitución establece. (...) La Constitución es un marco, una guía, un contrato, un límite que encuadra a los gobiernos".
-Me sigo sintiendo mandado y enormemente conectado con la gente. A la gente le debo toda la fuerza subjetiva con la que afronto las dificultades de los años que tengo, de las carencias en materia de conocimiento y de formación y de la inevitable complejidad que tienen las relaciones humanas en un aparato tan complicado como es el gobierno de un país. Siempre he tratado de abrir ventanitas y de tener contacto directo con la gente. Por falta de tiempo he perdido un poco el contacto con el mundo rural y la verdad, lo lamento mucho. Pero ya tengo pensada una triquiñuela para tratar de arreglar eso.
-¿Cuál es?
-Voy a caer en un departamento y me voy a quedar un par de días. ¡Sin aviso, como por sorpresa! En todos lados tengo gente conocida para quedarme.
-¿Porqué insiste tanto con "desacralizar" la figura presidencial?
-Las dimensiones del país, sus propias tradiciones, su historia política le hacen posible tener una condición republicana como casi ningún país. No tiene tradiciones nobiliarias y nuestro patriciado no tiene ni 100 años. Ya hubo un conjunto de líderes que cultivaron una enorme llaneza republicana. Batlle y Ordóñez, Luis Batlle, Luis Alberto de Herrera. Esta es una de las características más nobles que hay que conservar como una cédula de identidad del Uruguay porque acá somos hondamente republicanos. Eso también está en la Constitución. Y que uno esté en un puesto de relativa jerarquía no te habilita a considerarte superior ni nada por el estilo. Eso hay que transmitírselo a las generaciones que vienen porque es una manera de cuidar la democracia en su raíz. Por eso me gusta comer en los boliches, andar por la calle sin demasiada custodia, caer de improviso...
-¿No puede ser interpretado como una actitud demagógica?
-En Uruguay no hay reelección y creo que eso está bárbaro. Yo no busco vincularme para quedar bien con la gente. Me relaciono para recibir información y sabiduría, para que me corrijan, para que me digan cosas que no veo, que llegan desordenadamente pero son de mucha utilidad. Acá en la esquina hay unos quinchadores trabajando. Es trabajo calificado porque hay pocos. Mientras estaban trabajando, los vinieron a buscar para ofrecerles más trabajo. Ahora, si la UTU quisiera contratar un instructor quinchador para enseñar el oficio no puede porque la legislación dice que tiene que ser bachiller para contratarlo. Eso me lo muestra hablar con la gente y ahí pienso en algo para cambiarlo. Si yo estuviera aislado no me enteraría de nada.
Capítulo II. "Permítanme un pequeño subrayado: educación, educación, educación. Y otra vez, educación".
-Esa frase es quizá la más recordada de su discurso del 1S de marzo. Que el tema está arriba de la mesa, no cabe duda, pero todos coinciden en señalar que es poco lo que se ha hecho...
-...es cierto. Tenemos que vincular cosas como la de los quinchadores al mundo académico. Con eso, con lograr algo más de flexibilidad, me quedaría contento. Un pibe que terminó los seis años de liceo es lógico que se pregunte para qué le sirve lo que estudió. El necesita utilidad, está saliendo al cascarón de la vida. Sin llegar a ese extremo hay montones de muchachos que si no aprenden algo en tres, cuatro, cinco meses no van a dedicarse a estudiar dos o tres años. No tienen tiempo aunque les esté sobrando tiempo. Se van para la esquina, se van para la joda. ¡Los perdemos! Por eso es tan importante la UTU.
-En la UTU no hay cursos solo de meses, son de años. Funciona como la continuidad del Ciclo Básico. ¿Piensa, cambiar eso?
-Tenemos que ser flexibles. No tenemos plata ni locales y enseñar en muy poco tiempo estos oficios es una parte de la enseñanza. En materia de equidad esto es mucho más importante que todo el trabajo que despliega el Mides.
-¿Por qué dice eso?
-El Mides es una cuestión de socorro pero esto que digo es suministrar instrumentos para que los botijas aprendan a valerse por sí mismos. La idea que tengo es que la UTU instale ahora algo que voy a llamar una UTU de emergencia al lado de ella.
-¿Para que empiece a brindar cursos cortos ahora?
-Ahora mismo, ya. Y sin toquetear nada de lo que está haciendo ahora la UTU. En el Club Tricolor, un club de fútbol de La Teja, hay como 70 gurises que están haciendo unos cursos con Antel para prepararlos en ciertas tareas. Lo mismo hay que hacer con todas las empresas estatales pero también con todas las empresas privadas que puedan dar una mano. Las Fuerzas Armadas también pueden dar una mano. La UTU, que tiene sentido pedagógico y organización, tiene que digitar, dirigir esto que digo. No supone otras autoridades.
-Bajemos a tierra esto. ¿Lo que tendrá esa "UTU de emergencia" son cursos cortos, como el de quinchador, por ejemplo, y sin un focal fijo?
-Claro, de dos o tres meses. Pero hay cantidad de oficios, los más diversos. Hay que ayudar a los que quieren trabajar.
-¿Usted es de lo que piensa que hoy en Uruguay no trabaja el que no quiere?
-Hay una porción de la sociedad en donde la crisis del 2001, 2002, destruyó familias. Conozco varios casos de familias donde para robar motos le dan un tiro a una mujer en la pierna y todavía se ríen..
-En Punta Carretas, usted convivió con presos comunes hace más de 40 años. ¿Eran muy distintos esos presos a los de hoy?
-Cambió mucho, se degradó, hay una degradación importante pero no solo de los presos, de la sociedad, sobre todo en los más jóvenes. En el mundo del delito había una escala de valores. Había cosas que no se hacían. La pobreza puede estar en el origen de esto, pero se generó una decadencia que no existía antes. Hoy estamos frente a este problema que llegó de la mano de la droga. Hemos progresado muchísimo en el reparto, en el combate por ia equidad pero estamos pechando con una pobreza que suele ser pobreza material como consecuencia de una pobreza moral y cultural terrible. Esa es la causa verdadera. Estoy hablando de gente que por obtener un porro te pega un tierrazo a una señora mayor. ¿De qué estamos hablando? Ahí tenemos una deuda.
Capítulo III. "La seguridad ciudadana es el último tema que estamos proponiendo abordar, de inmediato, en régimen de políticas de Estado. No lo incluiríamos si solo se tratara de mejorar la lucha contra un aumento de delincuencia tradicional. Creemos que no solo estamos frente a un escenario de números crecientes sino ante transformaciones cualitativas".
-Eso fue lo que dijo sobre la inseguridad en el discurso del 19 de marzo pero da la sensación que esa situación, en lugar de mejorar, empeora. ¿Qué se puede hacer entonces?
-La verdad que tengo una enorme duda. No palpo los resultados positivos de la reconversión de la gente que ha caído en la droga y la delincuencia. Cuando uno se encuentra con una cosa de esas, tiene que resolver ir por otro lado.
-Usted dijo durante la campaña que lo que habría que hacer con los adictos más violentos es "sacarlos del ambiente", llevarlos a un lugar alejado y enseñarles algún oficio o hacerlos trabajar. ¿Piensa retomar esa idea?
-Algo de eso hay que hacer. La respuesta que da la sociología es más plata, más de esto y más de lo otro. ¿Pero dónde están los resultados? Hay un cuello de botella. Este problema lo tiene Uruguay y, como es muy difícil, mira para el costado.
-¿Pero cuál es la propuesta concreta?
-Como sociedad tenemos que discutir esto. Este debería ser un tema abierto y no debemos caer en la mentalidad ni fascistoide ni de pobrecitos los nenes. ¡No, no! Pobrecitos los nenes pero una vez que están en la calle te rompen a patadas. Tampoco se les puede pasar con una aplanadora por arriba.
-La izquierda siempre tuvo una visión bastante lírica al respecto...
-La seguimos teniendo esa lírica. ¿Qué es lo que hacen esas ONG que se dedican a la recuperación de adictos? ¡Y menos mal que existen! Tienen una chacra, apartan a los drogadictos de su medio habitual, los controlan y los hacen trabajar. Eso hay que apoyarlo. ¡Eso es un reformatorio! Llámale como quieras pero es eso. Como lo hace una ONG nadie pone el grito en el cielo. Bueno, creo que llegó la hora de discutir si se pueden reproducir a nivel general estos modelos que mostraron que funcionan. Es lo que propongo. Podemos hacer una así en Cerrillos con cincuenta muchachos, hacerlos cortar leña, correr, hacer gimnasia, levantarse y acostarse a una hora. Seguro nos van a decir: "Pero los estás militarizando". Sí, perfecto, ¿y funciona? Eso tenemos que discutir. Si los dejamos como están, estamos dejando que todo esto se profundice en lugar de rescatarlos.
-¿Tiene pensado discutir esas ideas con los demás partidos políticos?
-Ser republicano entre otras cosas es respetar. La oposición, como nosotros, tiene sus defectos. Pero expresa los defectos de la sociedad uruguaya. Hay que respetarla y convocarla. Claro que lo voy a conversar con ellos.
Capítulo IV. "Para mí, gobernar, empieza por crear las condiciones políticas para gobernar" y crear "las condiciones para gobernar 30 años con políticas de Estado. (...) Generar túneles herméticos que atraviesen las distintas presidencias de los distintos partidos y que por allí, por esos túneles, corran intocadas las grandes líneas estratégicas de los grandes asuntos. Asuntos como la educación, la infraestructura, la matriz energética o la seguridad ciudadana".
-Ha habido acuerdos desde el punto de vista intelectual sobre esos cuatro puntos. El problema son las realidades de las distintas fuerzas políticas. A veces pienso que en el mundo, y eso también se aplica para Uruguay, ha habido un cambio tan vertiginoso en la forma de producir y comunicarse, que la humanidad está pidiendo otra conducción. Pero la política no está a la altura de lo que está viviendo la realidad, en el sentido profundo. Es como si lo viejo no sirviera y lo nuevo en materia de alta política no termina de aparecer. Lo veo ahora en los discursos de los republicanos en Estados Unidos y de los mandatarios europeos. La humanidad está pidiendo la permeabilidad de las fronteras, el hombre universal y muchos gobiernos piensan en proteccionismo. Es una contradicción.
-¿Cómo se aplica eso a Uruguay?
-A nosotros nos pasa lo mismo. Tenemos que pensar en la trampita para el 2014 y el 2015, eso pasa a ser el escenario central. La alta política implica a veces enfrentarte con los tuyos, incluso para ayudarlos a que piensen. Yo sigo y seguiré intentando pero a veces es difícil poder establecer políticas de Estado cuando cada cual tira para su lado. Mira el lío que tenemos que Argentina. ¿Cuál es la propuesta alternativa con Argentina? Solo escucho gritos. Todos los gestos son como para que se complique más todavía. Te mediocrizan el pensamiento. El comercio es importante pero en la relación con, Argentina es lo tercero. Lo primero es la inversión inmobiliaria y lo segundo es el turismo. Lo que deja más en Uruguay es lo primero y yo me tengo que manejar con todas estas variables. No puedo creer que esas cosas no se vean. Pero ya le encontré algo positivo a las trancas de Argentina a las importaciones.
-¿A qué se refiere?
-A que desde el punto de vista formal, no existe el Mercosur. Desde el punto de vista real existe pero desde el punto de vista jurídico está todo hecho un chicle. Esto me hace acordar a la anécdota del loro, que estaba arriba de la palmera cuando Dios había determinado que los animales no se comieran los unos a los otros. Venía un tigre que traía una liebre ya estirada y el loro le gritaba de arriba: "¡Mostrale el decreto de Dios!". Si nadie respeta, no respetamos nosotros tampoco. Queda ridículo reclamar si nadie le va a dar importancia.
-¿Y qué hacer entonces?
-Y nosotros vamos a ir y vamos a hacer acuerdos con el país que se descuide y, cuando vengan a reclamar, vamos a decirles que no se pueden asustar con eso. Va una por la otra. Es eso lo que hay que hacer en lugar de andar lloriqueando. Ya tengo varios países en mente. Tengo que diversificarme lo más que pueda y aprovechar la volada.
-Usted o el canciller van a tener que empezar a viajar más entonces...
-...por supuesto. Almagro estuvo bárbaro ayer. Dijo que el teorema nuestro tiene que ser el teorema de Tarzán. No podes largar una liana hasta que no estés agarrado de otra.
Capítulo M. "Dentro de nuestro hogar latinoamericano, tenemos un dormitorio que compartimos y que se llama Mercosur. ¡Ay, Mercosur! ¡Cuánto amor y cuánto enojo suscita! Hoy estamos en público y no es el momento de hablar de los temas de alcoba. Solo déjenme afirmar que, para nosotros, el Mercosur es hasta que la muerte nos separe y que esperamos una actitud recíproca de nuestros socios mayores".
-Está bien, hasta que la muerte nos separe. Pero ahora llegó el momento de aprovechar la situación. Vamos a estar con nuestros vecinos hasta que la muerte nos separe pero hay que resolver de otra forma esos problemas de alcoba.
-¿Uruguay va a negociar acuerdos en forma unilateral con otros países?
-Claro, en forma unilateral. Hay países que pueden estar interesados porque Uruguay es muy pequeño y no perjudica a nadie. La otra alternativa es Singapur pero no estamos en la mitad del océano. Nosotros estamos rodeados por dos gigantes. Chile tiene la cordillera en el medio y está mirando al Pacífico. Igual es interesante lo que hizo ese país y hay que buscarla por todos lados.
Capítulo VI. "Vamos a darle al país cinco años más de manejo profesional de la economía, para que la gente pueda trabajar tranquila e invertir tranquila. Una macroeconomía prolija es un prerrequisito para todo lo demás".
-A nosotros nos toca vivir al lado de un país como Argentina, muy singular. Argentina tiene una súper renta agraria a nivel del mundo. Nosotros no la tenemos.
-¿A qué se refiere?
-Los rendimientos promedio de esa planicie, la pampa húmeda argentina, no tienen comparación mundial. Eso vale más que cualquier mina de petróleo, porque es infinita. Eso le permite y le ha permitido muchas cosas. Nosotros de eso tenemos una franjita en Colonia y Soriano. ¿Qué tenemos en Uruguay? Estabilidad, seriedad, mantener las reglas de juego. Los argentinos pueden hacer lo que quieran, es lo mismo. Igual crecen porque la pampa sigue dando. Hacen proteccionismo pero a ellos les sirve porque es Argentina. Eso no va a cambiar y nosotros no vamos a hacer que cambie. Tenemos que aprovechar de los que prefieren no seguir en esas inestabilidades vecinas. Para Uruguay eso ya es bastante así que no hay que cambiar nuestra ventaja comparativa a nivel económico. Por eso dije lo que dije y lo sostengo. Y siempre lo respeté, por más que hayan dicho que hubo cambios, varios equipos y otras cosas. Seguimos en la misma.
-¿La inversión inmobiliaria no se afecta con un acuerdo tributario con Argentina?
-Lo que más le preocupa a Argentina es la exportación fraudulenta que se escapa por las zonas francas del Uruguay y que no le paga a ellos. Nos han tratado bastante bien y no han preguntado nada del tema inmobiliario. No veo que tenga nada trágico el acuerdo. Y lo tenemos que hacer con Brasil, que es el siguiente plazo. Tenemos que reforzar la relación con Brasil.
-¿Qué quiere decir eso?
-Tenemos que apurar el convenio eléctrico que tenemos en puerta. Con ese tratado Brasil nos va a considerar como si fuéramos, energéticamente, como un Estado brasileño en los precios. Es mucha plata. Tenemos que agrandar el acuerdo automotriz y tenemos que hablar de estas dificultades que tiene el Mercosur. Hay mucho por hacer.
r.c.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
Fuente: http://www.uypress.net/uc_24781_1.html