18 de enero de 2013
El abordaje a un dirigente del opositor Partido Nacional por parte de policías uruguayos que patrullaban en un vehículo de la embajada de los EE.UU, donde también había funcionarios extranjeros, desató hoy una fuerte polémica en el país.
El caso surgió la noche del pasado miércoles, cuando Gonzalo Baroni, de 27 años y presidente de la juventud del partido conservador, fue abordado por dos camionetas cuando volvía a su casa, ubicada en el barrio Carrasco, al este de Montevideo.
Baroni denunció que un hombre de civil bajó la ventanilla de uno de los vehículos y le pidió la documentación, ante lo cual el joven político le solicitó su identificación.
Tras mostrarle una placa, el agente dijo ser miembro de la policía de Montevideo al servicio de la embajada de Estados Unidos y que estaba haciendo un procedimiento para complementar el patrullaje en la zona.
Tras estas palabras se aproximaron dos hombres y una mujer que, según dijo el político, eran "extranjeros".
De acuerdo con Baroni, al preguntar a los agentes por qué viajaban en vehículos diplomáticos, estos le informaron que trabajaban para la embajada estadounidense, después le tomaron los datos, anotaron su dirección y se fueron.
Desde la Jefatura de Policía de Montevideo no quisieron ni confirmar ni desmentir estas informaciones a Efe, que aparecen recogidas con un gran despliegue en la mayor parte de la prensa uruguaya.
La legación estadounidense no se pronunció sobre los hechos concretos, pero aclaró a Efe que este tipo de procedimiento, denominado 222 por el que privados pueden contratar a policías en activo para labores de vigilancia ,"es habitual" y la embajada lo emplea "desde hace treinta años".
Los servicios de seguridad estadounidenses realizan patrullas y controlan diariamente los barrios e incluso las residencias particulares de los funcionarios que viven en Montevideo, ubicadas en su mayor parte en Carrasco o en el barrio de Punta Carretas, además de la zona colindante con la embajada.
Posteriormente la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, ratificó en una rueda de prensa esa versión: "(La policía) brinda el servicio donde hay personas de la embajada viviendo y manejan vehículos que nosotros le prestamos para ese trabajo".
"No tenemos nada que ver con la Policía y no somos policías", dijo Reynoso, que dijo entender que el político afectado "pueda haber sentido que lo pararon sin razón, pero eso es una cuestión de la Policía".
"Yo misma fui detenida en Nueva York para pedirme documentos, siendo embajadora", remarcó a modo de ejemplo.
Por su parte, el diputado nacionalista Pablo Iturralde expresó a Efe su "preocupación" por estos acontecimientos y afirmó desconocer "el marco en el que la policía se está moviendo".
"Es un tema que preocupa al Partido Nacional porque la seguridad nacional es una competencia del Estado uruguayo, es un cometido que debe cumplir sin interferencias ajenas", aseguró.
Además, el diputado confirmó que su partido pedirá explicaciones de los hechos en la próxima interpelación al ministro del Interior de Uruguay, Eduardo Bonomi.
Iturralde también confirmó que Baroni se encuentra reunido con miembros de la embajada estadounidense para analizar y aclarar los hechos.
Por su parte, el senador nacionalista Luis Alberto Heber mostró su indignación a través de la red social Twitter, donde escribió: "Increíble el episodio que vivió Gonzalo Baroni con policías en camionetas de la embajada de EE.UU., ¿no tiene vehículos, ni personal Bonomi?".