Con la participación del fútbol, que llevará a 22 jugadores (18 que integrarán el plantel y cuatro suplentes que estarán a la orden ante cualquier lesión), la delegación se empieza a contar desde el número 23 para adelante. Y a ellos se suman confirmados para la cita de Londres a dos remeros (Rodolfo Collazo y Emiliano Dumestre), dos nadadores que aún compiten por clasificar, dos atletas que están en la misma situación, el judoca Juan Romero, un laserista (que debería ser Alejandro Foglia), un ciclista. En estos momentos Uruguay ya tiene confirmada la presencia de 31 deportistas, pero esa nómina se puede extender a 40.
¿Quiénes faltan clasificar y tienen chances reales? La dupla Fabiana Gómez y Lucía Guigou de vóleibol playa están a punto de lograrlo. Lo único que les resta es ganarle a Argentina en abril en la última fase de las eliminatorias para Londres. Si ganan sumarán dos más a la delegación. En el mismo camino está la dupla masculina con Guillermo Williman y Nicolás Zanotta.
También están en carrera siete boxeadores que pelearán a mediados de mayo en el preolímpico de Brasil para conseguir más cupos. En la misma situación está esgrima, con un clasificatorio en abril.
Al mismo tiempo, el tenis espera una wild card para Pablo Cuevas, los deportes ecuestres otra para Marcelo Chirico o Martín Rodríguez, el tenis de mesa para la juvenil María Pía Lorenzotti y el taekwondo para Mayko Votta.
La tabla histórica de Uruguay en los Juegos Olímpicos (ver infografía) establece que la edición con la delegación más numerosa fue en Londres 1948, cuando los celestes asistieron con 59 deportistas y sin el fútbol, y hace cinco décadas, desde los de Roma 1960 no asistían más de 30.
De las 20 ediciones, con Londres 2012 incluido, Uruguay llevó más de 30 deportistas solamente en cinco, una de ellas será la próxima.
La movida de Foglia
En los Juegos Olímpicos de 2008 el abanderado olímpico fue Alejandro Foglia. En esa ocasión ingresó al estadio olímpico, Nido de Pájaro, moviendo y haciendo flamear el Pabellón Nacional de un lado a otro, como si estuviera desfilando en las Llamadas, y procuró ser lo más llamativo posible con su accionar para que el público pudiera detenerse en ese minúsculo grupo de atletas uniformados con saco celeste y pantalón blanco. Ese día no participó Milton Wynants (foto) debido a que corría pocos días después. El sanducero fue el último uruguayo que logró una medalla, eso sucedió en Sídney 2000.
Fuente: http://www.elobservador.com.uy/noticia/221204/para-uruguay-esta-vez-sera-diferente/
