Aluvión. Dará comienzo el jueves 29, con participación de cincuenta países GUILLERMO ZAPIOLA
Será, como siempre, un aluvión de cine. La edición número 30 del Festival Internacional de Cine del Uruguay se extenderá a lo largo de once días, en siete salas, y presentará más de doscientos cuarenta títulos (cortos y largos) de cincuenta países.
Este es un año de números redondos. Festival número treinta. Sesenta años de creación de la Cinemateca Uruguaya (21 de abril de 1952), institución que organiza el evento, que este año se llevará a cabo en sus cuatro salas más los complejos Alfabeta, Casablanca y Moviecenter, desde el jueves 29 al domingo 8 de abril.
Ficciones y documentales, cortos y largos, se distribuirán a lo largo de esos días y esas salas, incluyendo cinco secciones en competencia (largos internacionales, largos iberoamericanos, cortos internacionales, cortos uruguayos, un bloque sobre cine y derechos humanos organizado con Amnesty), un panorama fuera de concurso (con largos y cortos), muestras llegadas desde los festivales de Punta del Este, Huesca y de video de Rosario, "focus" con lo más reciente del cine chileno y polaco (en este último caso, incluyendo el trabajo más reciente del maestro Andrzej Wajda) y retrospectivas dedicadas a la actriz francesa Juliette Binoche y el cineasta argentino Raúl Perrone. También habrá un puñado de exhibiciones especiales respectivamente tituladas Ojo por el cine (películas sobre películas), Ensayo de Orquesta (películas sobre músicos) y tres títulos uruguayos inéditos.
Una nota consistente en un listado de títulos y nombres puede ser tan apasionante como la lectura de la guía telefónica, y más vale omitirla. Es mejor llamar la atención sobre algunos títulos específicos que habrán de exhibirse, y dejar la referencia a otros para ediciones futuras. La función inaugural el Cinemateca 18, el jueves 29, se efectuará con el film francés Declaración de guerra, de Valerie Donzelli, premiado en Gijón y presentación gala al Oscar del pasado año.
Hay un componente autobiográfico en esa película francesa, La directora y protagonista Valérie Doncelli y y su esposo, colibretista y actor Jérémie Elkam tuvieron un hijo que enfermó siendo muy pequeño. La pareja tuvo que someterse a los años más duros de su vida. Ella escribía día a día un diario. Poco a poco fue gestándose una película en su interior. Ambos la escribieron, ella la dirigió y tanto él como ella acabaron, también, protagonizándola.
Donzelli ha dicho por algún lado que tenía claro desde un principio que no quería que la enfermedad fuera el tema excluyente de su película, sino que le importaba enmarcarlo en un panorama más amplio: el de la historia de amor. De ahí el humor y el drama, de ahí las referencias a Romeo y Julieta, de ahí la frecuente apuesta (se ha señalado) a la emoción.
En el otro extremo, la clausura del festival se realizará con Mi padre, Baryshnikov, una película que alguien ha definido como una mezcla de Billy Elliot con Adiós Lenin. El cine ruso ha estado ausente de las carteleras locales durante bastante tiempo, y esta comedia de Dimitri Povolotski ambientada en los años ochenta puede estar cubriendo un hueco.
En el centro de la historia hay un adolescente moscovita obsesionado por el ballet, que quiere entrar en el Bolshoi y finge que su padre es Mikhail Baryshnikov. El chico tiene algunos problemas, realmente. Es inseguro, es judío (y hay gente a quien eso no agrada), su familia es un lío (empezando por una madre negligente y siguiendo con unos abuelos que lo reciben a regañadientes), y a su alrededor se viven las turbulencias sociales y políticas de la Perestroika: es 1986, cuando era obvio que la Unión Soviética se estaba desmoronando pero nadie tenía mucha idea de lo que iba a pasar después.
Entre esos extremos hay otros 238 títulos, pero es tentador destacar por lo menos un tercero: Esto no es una película del iraní Jafar Panahi. Se trata de "la película que no fue", que Panahi no pudo hacer pero que narra de cara a la cámara de su amigo Mortaba Mirtahmas desde su prisión domiciliaria.
La gente que viene
Un significativo número de invitados internacionales hará acto de presencia a lo largo del festival. El listado abarca desde el realizador alemán Theo Solnik al argentino Iván Fundop; los brasileños Marcelo Guerra, Bruno Caetano y Marcos Felipe; el canadiense Etienne Desrosiers o los chilenos Renato Pérez y Sebastián Lelio, y el repetido español David Trueba (ya estuvo el año pasado). Hay más, pero el espacio no alcanza para detallarlos a todos.
El País Digital