Romuald Chapuy señaló que las 200 familias conforman un contingente de alrededor de 600 personas, las queen su mayoría son jubilados, pese a lo cual el número de jóvenes está creciendo y se ha llegado a plantear la solicitud al Liceo Francés para abrir una filial en el este uruguayo.
“Llegan atraídos por espacios que no encuentran en las grandes urbes, compran un terreno, montan una pequeña granja o una huerta: algo difícil en Europa” explicó el cónsul a la radio FM Gente, de Punta del Este. Explicó que buena parte de los nuevos residentes trabaja a distancia, por Internet, mientras que quienes así pueden o lo prefieren, viven de rentas o de sus jubilaciones.
“Es que uno se siente enseguida en casa: Uruguay es un país pacífico, no se siente agresividad de ningún tipo en la calle, como sí ocurre en las grandes urbes”, añadió el diplomático que se radicó en Punta del Este hace 16 años y fue designado cónsul honorario en 2011.
En cuanto a la posibilidad que el Liceo Francés abra una filial local, dijo que hasta el momento se habían alcanzado los 100 interesados, lo que no había sido suficiente para abrir el local, pero se estima que a futuro se llegará a unos 300 jóvenes por lo que la opción es más viable que antes. “Por ahora es un proyecto”, puntualizó.
La migración francesa también tiene su historia
Aunque históricamente los franceses no compitieron en cantidad de inmigrantes a estas tierras ni con españoles, ni con italianos, su corriente fue destacable desde el punto de vista económico que desempeñaron en el Río de la Plata. Si bien en el siglo XIX llegó buena parte de su población, las guerras revolucionarias que dejaron 13 millones de franceses muertos causaron tal déficit poblacional que incidió hasta en la emigración.
Según el libro “Uruguay en el corazón de los franceses”, de Jacques-André Duprey, los galos han emigrado a nuestro país desde la misma declaratoria de la independencia nacional, lo que se incentivo por políticas inmigracionistas que alcanzaron en 1837 el llamado “tiempo de los franceses”, que arribaron al puerto de Montevideo. La emigración vasco-francesa, tuvo además el gran incentivo para permanecer en nuestro país, de la presencia de los vascos españoles, una comunidad étnica con la que compartían idioma, hábitos y cultura, lo que estimuló sensiblemente la permanencia en estas tierras.
Fuente: La República